Salgo a caminar. Antes de cruzar Las Heras compro un agüita fría. En cuanto cruzo, dos atorrantes en patas, de 5 y 10 años, me piden
y les ofrezco Fierro, que llevaba para leer en la plaza.
–Uy, qué bueno, pero cuesta más que el agua! dice el más grande.
–No importa, le digo, agua pueden conseguir en cualquier canilla.
En cuanto me doy vuelta oigo
El más chiquito se incrimina tapándose la cara con la revista. Reprimiendo a duras penas la risa los encaro con los brazos en jarra representando la imagen de la Señora Escandalizada:
–Qué bonito, no? Qué boquita!
Y el más grande me dice :
Sí vieja, no te las operes por favor.
ResponderBorrarNo pienso operármelas. Son célebres, están muy bien y les tengo mucho cariño.
ResponderBorrarcopada la tetona que lee Fierro.
ResponderBorrar;)