Jenny Diski . EXTRAÑA EN UN TREN
Dormimos solos, por mucho que estemos en brazos de otro o lo tengamos entre los nuestros. Cuando nuestro acompañante se duerme es como si se retirara a un lugar privado rodeado de espesas zarzas y muros de inconsciencia tan impenetrables como la piedra. Tras de sí no deja otra cosa que una efigie indiferente y hasta descuidada, una cáscara vacía que gira y se revuelve, resopla y ronca, tan poco digna de ser considerada el recipiente de la mente y el corazón con los que poco antes te comunicaras como lo sería una lata de arvejas vacía. El sueño es un refugio. Todo hombre es una isla cuando duerme.
Brillante, nunca mejor descripto
ResponderBorrarRaku
Me dejaste sin palabras. O sólo con estas.
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