jueves, octubre 27, 2011

Not dead

jueves, octubre 13, 2011

Dónde estoy?

Quién soy? Quién pidió chuletas de ternera? Eso decía el personaje de una peli que ví hace mucho. Ni idea de cuál era ni de quién la dirigía, pero me parece que uno de los actores era John Belushi o su hermano, y otro ese Aykroyd del que no me acuerdo su nombre de pila, tal vez John también. En un momento estallaba una bomba en una oficina y un señor muy formal y elegante salía de los escombros cubierto de polvo diciendo eso. Ahora que lo cuento no tiene ninguna gracia, pero creeme que en la peli era muy gracioso.
Asi de turulata estoy yo cuando me despierto a la mañana en la oscuridad del cuartito en el que estoy viviendo desde hace una semana, Más o menos se quién soy, pero ni idea de dónde estoy y mucho menos, de quién pidió chuletas de ternera. Parece que estoy en Nueva York, que está empezando el otoño, que hay solcito y que tengo dos días más para hacer huevo. Ayer pasamos el día entero en el Central Park, tirados en el pasto, oyendo hablar en todos los idiomas posibles, sobre todo en las diversas formas de lenguas latinas de por acá cerca, pero también en árabe, kurdo, italiano, irlandés, ruso, francés y un poco de inglés.
Hoy vamos a boludear por la calle todo el día y mañana nos volvemos a casa.
El boludeo callejero me es muy útil para descubrir características importantes de los extranjeros. La última vez descubrí La Pierna de Mujer con Minifalda y sin Medias en Pleno Invierno. Esta vez descubrí La Teta Armadura cuando fui a comprar corpiños para abastecer a las seis que hay en casa (dos de la hija #1, dos de la hija #2 y dos mías). Resulta que allí los corpiños no son de generitos suaves, finitos, respetuosos, sino cáscaras rígidas con un espesor que va de 1 a 3 (coverage 1, 2 y 3). El efecto es que te levanta las gomardas hasta las clavículas a la vez que te las esconde bajo una semiesfera de superficie lisa. Eso hace que si bajás apurada una escalera o corrés un colectivo se te podrán sacudir adentro como un licuado de banana con leche pero por fuera siempre parecerán erguidas, impasibles. Y si hace frío, algo te roza o se te van los ojos mirando al guachito que bultonea en el subte, los pezones se te pararán dentro del caparazón pero nadie los verá y podrás seguir tu viaje aparentando ser cool y decente. Le pregunté a un empleado si no existen los corpiños sin armadura y me dijo que es muuuy difícil encontrar algo así. Amo los corpiños nacionales, amigables y tiernos.
La foto es del altarcito espontáneo que la gente armó en la vidriera de un local de Apple para despedir a Steve Jobs.