jueves, mayo 31, 2007

Cambio de planes

Me dejé convencer otra vez y compré la crema que recomienda Jane Fonda para parecer de 69 años. Era lo que me hacía falta para rejuvenecer antes de la fiesta de esta noche. Ayer, al volver de una fiestonga a las 3 de la mañana muerta de frío, a pesar de la fiaca me limpié muy bien la cara y pasé un rato largo frotándome la crema Jane Fonda por todas las arrugas. Hoy a la mañana me desperté efectivamente como de 69-70 años pero además con una alergia fenomenal. Me pican los ojos y los tengo hinchados, abatatados. Debe ser duro ser chino: hay que levantar o bajar la cabeza para poder ver por la rendija mínima que dejan los párpados.
Pensaba llegar a la fiesta de esta noche esplendorosa de juventud pero si no me deshincho a lo largo del día daré más Mickey Rourke que Jane Fonda. Voy a tener que cambiar el vestuario que había pensado: en lugar de todo negro con tapado ruso, llevaré pantaloncito de box con bata al tono.

martes, mayo 29, 2007

Lingerie d`hiver


A la mañana, antes de salir, nos vestimos como transilvánicos. Con B.3 rebuscamos en los cajones la ropa de invierno que saqué de los baúles y tratamos de combinar algo con algo. Hay dos cajones de gorros, dos de guantes y cuatro estantes de echarpes, echarpines tejidos y chales de lana.Yo me pondría todo junto. Hoy cuando se fue, B.3 apenas podía caminar, enfardada como estaba en varias capas de lana. Nos despedimos con saludos soviéticos, alabanzas a Stalin y deseos de una buena cosecha de papas. Después el aire acondicionado del consultorio, que andaba en modo calor y mantenía todo calentito, hizo un resoplido y dejó de funcionar. Revisé las fases eléctricas, los cables, las perillas; todo parecía alarmantemente normal pero a los diez minutos el aparato ya tenía rigidez calavérica.
Al mediodía, en un espacio de una hora entre dos pacientes, corrí a la casa de mi amá a pedirle un radiador precioso que tiene de repuesto. Pero ella lo tenía prendido y estaba tejiendo sentada al lado, pobrecilla. Tendría que habérselo quitado pero no tuve coraje. Entonces fui corriendo a Coto y compré un calefactor eléctrico alucinante, livianísimo (lo traje con una mano), como un pantallín chato, gris, re sobrio. En casa le armé las patitas, lo enchufé y enseguida dió calor. Los pacientes ya pueden ponerse en bolainas otra vez.
Pero todo este preámbulo era sólo para crear clima. Lo que quería contar es que hace dos semanas descubrí una lingerie paquetísima que quiero recomendarles a las chichis friolentas como yo. Son calzones de hombre pero curiosamente no tienen agujero para sacar ningún órgano. Yo no sabía que había calzones herméticos. El novio de B.3 me explicó que los hombres modernos se bajan el calzón, o algo así (no quise escuchar mucho porque me daba vergüenza), que lo del tajo adelante es una antigüedad. La cuestión es que son como chorcitos, suavísimos, re confortables, que abrigan el cuculillo pero también la parte de arriba de las piernas. Es divino andar con eso, y además quedan rebien. Hoy puse mis tres modelos sobre la cama y los fotografié para que vean. Se compran en los súpers (yo en mi Coto vecino, pero debe haber en todos lados) y son mucho más baratos que una braguita buena llena de encajes.
De nada, de nada.

lunes, mayo 28, 2007

Che gelida manina


Mi apá me cantaba Che gelida manina y me atrapaba las manos entre sus manazas para calentármelas. Por eso cuando oigo esa ópera, La Bohème, no puedo parar de llorar. Pero tengo un consuelo: mi riscalda mani marca Peacock Baby Size. Es como un encendedor pero que calienta suave durante todo el día. Lo llevo en el bolsillo y lo acaricio en su bolsita de terciopelo y él me canturrea che gelida manina y me la entibia.

domingo, mayo 27, 2007

Si esto no es invierno, qué es?

Por qué hace tanto frío? Por qué? Me pone muy triste que haga frío, y que sea de noche a las 5 de la tarde me parece un mensaje horrible, la señal de que en realidad todos somos animalitos indefensos acurrucados para darnos calor. Y me dijeron que todavía no empezó el invierno. No lo puedo creer.
Ayer y hoy dormí hasta las 10, unas dormidas maravillosas de fin de semana. Sueño muchísimo cuando ya es de día. De noche no puedo. Me paso la noche tironeando con fantasmas y recién cuando aparece la luz me entrego, duermo de verdad y sueño. Pero si me tengo que levantar temprano, cuando todavía es de noche, es como un coitus interruptus, un paso brusco de la tibieza del nido de la noche a la luz helada del puto día sin tiempo para soñar ni un sueño chiquito.
Hoy soñé todo lo que mi celebro tenía guardado desde hacía semanas, una serie de historias malcosidas entre sí, mamarrachescas, alucinantes, horribles, graciosas, como si me hubiera clavado un ácido vencido. Me desperté feliz, con la cabeza vacía, con el cuerpo descansado, con los músculos alargados, riéndome de las escenas absurdas que salían y salían de mi cabeza sin parar.

jueves, mayo 24, 2007

Qué hay en esta taza?

Glühwein














En la clase del miércoles en el Goethe Institut estuve medio turulata, como si me hubiera aparecido un tolondro en medio de la cabeza. Es que me había acostado a las dos, me había dormido a las tres, me había despertado a las cinco y me había levantado a las seis después de soñar durante dos horas con espeluznantes persecusiones, desfenestramientos y degüellos.
En el aula hacía calor y yo me iba quedando dormida a pesar del entusiasmo de W., nuestro querido profesor. De repente me parecía que W. hablaba en danés y después me parecía que en sueco. En un momento estaba tan dormida que creí que hablaba en euzkara y eso me sobresaltó mucho y me quedé despierta como quince minutos.
El celebro me funcionaba mal: algunas cosas dobles me parecían simples y otras cosas me parecían dobles. Por ejemplo, fui a la máquina de café y puse 1 peso 50 en lugar de 75 centavos. La máquina me dió el café y se guardó el vuelto. Después fui a hacer pis y en el momento de apretar el botón se me cayeron los anteojos al WC. Los atajé raspando y pasé los siguientes diez minutos lavándolos frenéticamente. No me preocupaba la contaminación con mi pis, pero me imaginaba las horrendas bacterias colónicas de las personas que me habían precedido y me daba mucha impresión volver a ponerme los anteojos.
Lo único que recuerdo de la clase es que hablamos sobre el Glühwein, el vino caliente que mi apá me hacía cuando estaba enferma. Entre W. y yo tratamos de reconstruir la fórmula. Él se acordó de las cascaritas de naranja y yo del clavo de olor. Por eso, a la noche, cuando B.3 llegó resfriada, aterida de frío y sintiéndose morir, le dí una rica comida caliente (cómo me gusta que la gente se enferme para atiborrarla de comidas ricas, de sopas nutritivas, de frazadas, de equinácea, de agüitas de tomillo...) y le ofrecí un Glühwein. Lo preparé como recordaba que lo hacía mi apá y se lo tomó con mucho placer. Pero a la mañana seguía igual de enferma y además me contó que había soñado toda la noche horribles pesadillas.
Adelantándome al primer plomo que va a pedir la receta, acá va:
vino tinto, clavo de olor entero y molido, canela molida y en rama, cascaritas de naranja, azúcar, gengibre fresco rallado o en polvo. Hervir un buen rato para que se evapore el alcohol y se mezclen todos los sabores. Tomar muy caliente. Glüh quiere decir ardiente, inflamado, caliente.

Birdwatching 8, El play boy de Coto


Hoy delante mío había un Divorciado Reciente Ilusionado en Plan de Levante. Lo ubiqué rápidamente en su categoría, sub categoría y sub sub categoría con sólo mirar el carrito. Había camarones, crema, vino blanco (mediocre pero pretencioso), velas, endivias, roquefort, pimienta y un chocolate con un nombre increíble: Intense.
Ví la escena completa. Cenita a la sans façon onda masculina, es decir, mucho efecto con mínimo trabajo. Toquecito de sartén, chorrito de crema, vinito, queso y endivias, el postre te lo arreglo con un cacho de chocolate, y a la catrera. No dudé ni un minuto: el Plan de Levante estaba claro y que era un Reciente Ilusionado también. Que era Divorciado me lo dijo el resto del contenido del carrito: papel higiénico, detergente para platos, destapa cañerías, seis vasos, un trapo de piso, salsa de tomates, es decir, artículos de supervivencia que como no se ven -eso me conmovió- eran de una calidad ínfima, marca Coto.
El tipo era bajito pero parecía mucho más bajo porque tenía complejo de petiso; hablaba medio prepotente con el cajero, me echaba miraditas sonrientes como si fuéramos cómplices en alguna travesura, estaba muy inquieto y miraba el reloj todo el tiempo. Parecía una persona sobrepasada de responsabilidades y de compromisos. Actuaba como uno se imagina que podría actuar el presidente de Nextel, por decir algo. Además, no sé si le faltaba o si le sobraba un saque, pero era evidente que algo se le venía desbalanceando en los neurotransmisores y necesitaba irse pronto para solucionarlo.
Venía de trabajar: traje gris a rayitas, la corbata asomando del bolsillo, mocasines muy sucios, camisa mal lavada (ese lavado de lavadero que deja todo color polilla).
En el momento de pagar peló un toquito de tickets oficinescos, Ticket Canasta o algo así. Eran decenas. El cajero contó y contó y él preguntó:
-Vuelto no me podés dar, no?
Como el cajero le dijo que no, agregó los diez pesos que faltaban.
La confirmación gloriosa de mi acierto se produjo al final. El cajero le pidió su número de documento y le preguntó:
- ¿Uriburu XXXX? Él dudó un poquito, confuso y dijo
- No, no, no, la dirección cambió. Es Las Heras XXXX.
- Zácate, te agarré! estuve a punto de decirle.
Siempre me queda la duda de si acerté con la clasificación o no, pero esta vez salí del super orgullosísima de mi extraordinaria perspicacia.

Birdwatching 7. Flora y fauna de súper

No me molesta para nada ir al super. Entro en un estado de flotación sorda y muda, una especie de estupor del que salgo más descansada que si hubiera dormido diez horas. Me llevo siempre un libro porque las colas a veces duran casi una hora, pero casi nunca llego a leerlo porque la cola es la parte más interesante. Los personajes están ahí, inocentes, inermes ante mi mirada. Analizo el contenido de los carritos, miro al dueño y me imagino su vida, por qué compró esas cosas, qué va a cocinar, cómo es su casa, con quién vive y todo eso.
Tengo una clasificación muy completa con títulos, así los agrupo y les atribuyo la vida que me parece: Solterones, Viejas, Divorciados, Frígidas, Golpeados por la Vida, Pendejas boludas, Madres Sacrificadas, Cagadores Seriales, Pusilánimes, Rugbistas. A su vez, cada categoría tiene subtítulos. Por ejemplo, Rugbistas se subdivide en Juan Cruces, Flacos Engordados, Venidos a Menos, Cansados de la Vida y Lesionados Crónicos. Madres Sacrificadas se subdivide en Sacrificadas Auténticas, Sin Opciones, Manipuladoras Pasivas y Tirapálidas. Divorciados se divide en Recientes, Percudidos, Todavía Ilusionados, Desilusionados, Cojedores, Pantufleros, Homeros y Gatodumas.

Después, en la farmacia encontré un cepillo de dientes ideal para el hijete de A. Seguro que ya tiene uno, pero ahora va a tener dos.
Antes de dárselo hice esta bonita composición.

Hoy en el super encontré la más codiciada de las gomitas: la dentadurita postiza. Compré varias bolsas para llevar el 31 a la fiesta. Me puse una para fotografiarla in situ pero no me animé: me dió mucha impresión. Parecía El Regreso de los Muertos Vivos protagonizada por Samantha Farjat.

Cielito del 25


Una nube-ñoqui patriótica por si mañana está nublado.

sábado, mayo 19, 2007


La revista que vendían en la caja era muy linda pero costaba 7 mangos. La nota de tapa sobre Mao y Alicia Kirchner es lo que más me intrigaba. Habrá alguna relación entre ellos?

Qué te pasa en la cabeza?



En el super chino no sólo venden morfi. También se ocupan de la cultura. El libro de texto llamado El Chino de Hoy enseña a comunicarse en castellano coloquial y a hacer preguntas comunes en la vida diaria. Qué es un tolondro?

Directo de Gunung Putri

















Después de Todos Contentos nos fuimos Muy Contentos al gran supermercado de la vuelta. Hoy estaba impresionante: eran todos chinos menos nosotros. A veces hay representantes de la mafia rusa con sobretodo largo de cuero negro y otras personas de distintas etnias, pero hoy, todos chinos. Fuimos al fondo, a la pescadería, y levantando la voz para ser oídos a través de las cumbias, les pedimos a los empleados paraguayos una corvina, un pulpo y un salmón gigantesco. Esos empleados son simpatiquísmos. Te coquetean y revolean los pescados por el aire.
Había como cuatro chicos chinos, todos idénticos, todos de la misma edad: un año. Pensé que los vendían ahí mismo porque eran todos del mismo tamaño. Uno roía un buñuelo del tamaño de su propia cabeza y se le desmenuzaba encima. Estaba relleno de una carne rara, medio azul, como extraída de un animal anémico (el buñuelo, no el nene).

Descubrí con sorpresa que no hay más esos hatos de fideos donde se podía clavar el dedo. Se ve que se dieron cuenta y ahora los envuelven, qué pena.
Espero no haberlos avivado con mi post. En cambio, encontré estas pizzas de yummie. Toda amante de las gomitas debería probar una. Están fabricadas en un material extraño, un derivado del petróleo con unos toques de cuerina o de esponja, no sé, que le dan una textura enloquecedora. Atrás está todo escrito en chino. Lo único que se entiende es esto: PT. Yupi IndoJelly Gum Pancasila 4 Cicadas Raya Km 9 Gunung Putri, Bogor-Indonesia.

Sábado en Saigón


Hacía tiempo que no lo hacíamos. Hoy nos levantamos y nos fuimos caminando a Chinatown. Tardamos una hora y media. Fuimos directo a Todos Contentos y almorfamos unas delicias con hongos y camarones con una botella de torrontés bien frío. Antes entré a dos de esos negocios que me pierden y compré dragoncitos para regalar a las mujeres chancho que este año deben llevar uno todo el tiempo atado con cinta roja. También compré una cartera alucinante y un llavero con muñequito con sombrero de piel que parece más ruso que chino.
Después fuimos a Casa China a proveernos de cereales y legumbres por varios meses. Burgol para hacer cous cous, arvejas partidas para hacer sopa, porotos negros, colorados y blancos, avena, arroz yamaní. También conseguimos maracuyás y brotes de rabanitos para ensaladas. Y un postre que me encanta: orejitas de bebé. No sé cómo se llaman pero las llamo así porque al tocarlas con los labios son suavísimas y un poco frías. Adentro tienen dulce de aduki. Me encanta morderlas y pensar que me como la oreja de un bebito.

domingo, mayo 13, 2007

Un poco de Barcelona más y no jodemos más.


El mercado es lo primero que visito en cada ciudad. El de Barcelona es maravilloso.
Estas son montañas de yummies de todos colores y sabores. No pude comprar ni uno porque era imposible elegir. Era como un sueño. Carolain me va a entender.

Había frascos inmensos con frutas misteriosas al natural.

Y en los puestos de verduras, frutas frescas preparadas en una forma que daba pena comerlas. Venían con un tenedorcito o con una cucharita de plástico para morfarlas por la calle.

Jamón jamón


Y esta forma medio bestial de cortar el jamón...

Un profesional callista en el Barrio Gótico.

Todo era tan, tan, tan caro, que además de libros me propuse comprar una sola cosa pero que deseara mucho. Todo el tiempo miraba los precios y multiplicaba por 4. Esa tabla de multiplicar no la sé muy bien, así que me llevaba un largo rato hacer los cálculos con los dedos delante de cada vidriera. La del 5 la sé de memoria y la del 3 bastante bien, pero justamente para los oiros me hacía falta la del 4, qué mala suerte. Dudé un poco entre unos zapatos de Camper alucinantes y esta caja para guardar mis pasteles pero en seguida me decidí por la caja, que además era mucho menos cara. Es especial para pasteles porque se pueden separar por colores y el polvillo cae para abajo y no ensucia los otros colores. También compré cinco o seis pasteles que me hacían falta.

sábado, mayo 12, 2007

Para Fabiana







Me enternece que hayas pedido precisiones sobre los membrillos justamente en el post de los santos erectos.
Esa asociación libre merece que te dedique este post científico/culinario ilustrado.

1. Las velas tienen que ser de parafina, blancas. Las de estearina, que son amarillas y grasientas, no sirven para esto.
2. Se parten dos o tres velas en pedazos y se ponen en una ollita al fuego suave, con pabilo y todo.
3. Se echa la parafina derretida sobre la superficie de la mermelada o la fruta en conserva hasta formar una capa gruesa, de 1 cm. por lo menos. El pabilo se tira.
3. La parafina se endurece y forma un cascarón sobre la superficie, que impide el contacto con el aire. Igual, siempre queda una rendija y ahí puede aparecer moho, pero si eso ocurre se retira con una cucharita y listo. En cambio, si se enmohece toda la superficie, es muy difícil sacarlo sin tirar la mitad de la conserva.
4. De todos modos esos hongos o mohos que aparecen en la superficie de los dulces y de los panes no hacen mal: son de la familia de la penicilina. A lo sumo te agarra una cagadera y nada más. Las bacterias jodidas son justamente las que hay donde no hay oxígeno, por ejemplo en las conservas de verduras o en los escabeches que se cubren con aceite. Si las verduras no fueron cocinadas pueden tener unas bacterias anaeróbicas llamadas chlostridium botulinii (o algo parecido) que provocan botulismo, fatal en prácticamente el 100% de los casos.
5. Heladera, sí, claro, con frío todo dura más. Pero si no, una alacena que esté fresca y oscura es suficiente para que dure mucho tiempo. En el campo yo tardábamos un año en terminar todos los dulces y conservas de cada temporada.

jueves, mayo 10, 2007


Las mujeres no tienen tanto rollo como las argentinas con la depilación.
Como en todo el mundo, los negocios chinos tienen gatos chinos que saludan para atraer clientes.


Más palabruchis en idioma de nens


Ma qué Rivotril


En el aeropuerto encontré esta cajita de chupetines. El nombre Chupa Chups me pareció glorioso, pero lo que convenció de comprarla fue la advertencia al dorso.
Por suerte las tenía a mano: cuando el avión empezó a sacudirse me chupé dos al hilo y me relajé bastante.

Temblor fino


En el avión me endrogué y me tomé dos vasos de vino berreta para anestesiarme pero igual no pude dormir. Cuando volaba sobre las islas Madeira el avión empezó a sacudirse para arriba y para abajo, de esa manera que me hace desarrollar a toda velocidad hipótesis sobre resistencia de los materiales: vibración, tensión, pandeo, cosas que no sé dónde aprendí y que me permiten prever por dónde se va a rajar el fuselaje, qué pedazo de ala se va a salir primero, dónde va a pegar, si va a haber fuego o si se va a congelar todo de repente. Mientras pienso en eso miro a la gente, pobrecita, dormida en posiciones grotescas, los gordos con la boca abierta, los jóvenes enrrollados como pescaditos, los bebes regresados a la posición fetal, las viejas extendidas como bacalaos y tapadas hasta las orejas con frazadas robadas al pasajero de al lado.
Anoche dormían todos porque Aerolíneas está tan desmejorada que no tiene ni música ni películas de Mr. Bean, nada, sólo una pantalla virada al rosa que muestra melancólicamente un pedazo de mundo con una línea tosca que señala por dónde debería volar el avión si todo saliera bien.

Uno de los factores que influyó en mi insomnio fue la visión del azafato al subir al avión.
Parecía un hijo no deseado de Keith Richard y Rodolfo Fogwill. Cuando lo ví quise bajarme pero ya habían cerrado las puertas. Si así era la persona que representaba a la tripulación ante los pasajeros, cómo sería el piloto que llevaban escondido en la cabina, pensé. Lo fotografié con mi telefonino para que los que me sobrevivieran miraran mis últimas fotos y comprendieran todo sin necesidad de desgrabar la caja negra.
Cuando servía algo, la mano le temblaba con lo que en medicina se llama temblor fino, característico de la abstinencia de alcohol, y volcaba pequeñas cantidades de café (que de todos modos estaba frío y era espantoso) sobre los hombros de los pasajeros.
Salvo el incidente sobre las islas Madeira, que de todos modos me gustó porque caer sobre un lugar con un nombre tan bonito no es lo mismo que caer sobre Villa Ortúzar, el vuelo fue suavísimo y tranquilo. Todos se lo perdieron porque dormían, pero yo lo pasé rebien: mirando un poco el cielo gris y otro poco leyendo, terminé La lámpara roja, Realidades y fantasías de la vida de un médico, de Conan Doyle.

miércoles, mayo 09, 2007

Tres milagros más

Estoy en el aeropuerto de Barcelona. Eso sólo ya es un milagro: el taxista que me trajo había montado una empresa de radiotaxis en su propio móvil. Atendía llamados urgentes de personas pidiendo taxis y daba instrucciones sobre rutas y horarios sin dejar de manejar a 100 por hora culebreando entre motos y camiones.
El segundo milagro es que conseguí conectarme con WiFi después de buscar una zona en toda la ciudat. En algunos lugares tenían pero abrían (?) después de las 4 de la tarde. En otras cobraban un huevo el minuto de conección pero tampoco andaba. Y acá, en un negocio de cosas electrónicas, el empleado me regaló una tarja con una raspadita con un código para conectarme y lo logré! La red se llama kubi. Un rugbista porteño muy banana, de esos que caminan con las patas abiertas y expresión de dolor de huevos como si recién hubieran bajado del caballo, me da instrucciones todo el tiempo desde su mesa, frente a la mía. Es tan musculoso y está tan trabado que se choca con las sillas cada vez que se mueve, y se mueve mucho.
El tercer milagro les va a interesar más. Después de buscar sin descanso los cuatro locales de Body Chot anunciados en la página web, que eran absolutamente inexistentes, hoy por pura casualidad me topé con uno. Aunque ya había cerrado la valija, entré y compré los pomos de crema de Hemp que unos perversos polimorfos me pidieron cuando supieron que venía a España. También compré dos latas. Ahora vamos a ver cómo las distribuyo. Pienso citarlos, hacerlos sufrir, someterlos a prácticas aberrantes durante un rato y finalmente darles sus cremas arbitariamente, según mis más locos caprichos.
Toy contenta de volver.

martes, mayo 08, 2007

Milagro! Milagro!


Acá los santos no pisan a la gente como en Roma pero hacen verdaderos milagros, de ésos que sólo los santos pueden hacer. En Buenos Aires, cualquiera que tenga uniforme de vigilante te hace lo de Roma, pero esta acrobacia contra la fuerza de gravedad, fuera de Barcelona no te la hace ni Dios.

Qué lindo es el catalán






La primera vez que oí hablar en catalán estaba medio dormida en un ómnibus que subía despacito y en primera hacia la punta de los Pirineos. En esa época estaba prohibido hablar en catalán pero yo no lo sabía. Era chica, estaba por primera vez en España y creía que en España se hablaba español. No conocía la diferencia entre español y castellano.
Me desperté en la oscuridad del ómnibus y me pareció que hablaban en broma un idioma de niños, cortando las palabras y mezclándolas con otras en francés y en italiano. Pensé que estaba muy dormida y que por eso entendía las palabras deformadas y me volví a dormir.
Qué ignorante era. Recién muchos años después supe que lo que había oído era catalán y que alguien lo hablaba clandestinamente en ese espacio oscuro y cerrado del ómnibus porque creía que nadie escuchaba.
Después amé esas palabras aniñadas, inocentes, como tardor, que quiere decir otoño.
Ahora todo en Catalunya está escrito en catalán.
Miren estos carteles, si no están escritos con palabras de juguete. Cómo, disculpin? Cómo, esperi? Hay palabras más bonitas?

Quim Monzó y Sergi Pamiès en mi cuaderno de dibujos



No era un taller: era una mesa redonda. Hablaban en catalán, asi que me perdí bastante, pero lo que entendí estuvo buenísimo. Me gusta que no son nada solemnes, no parecen creérsela y son ácidos y escépticos, casi como porteños.

Hablaron sobre a quién darle a leer lo que uno escribe y dieron ejemplos de malas elecciones que te frustran o te confunden. Y hablaron de editores y de ferias del libro.

Yo dibujé todo el tiempo porque así me concentro mejor. Si no dibujo la mirada se me dispersa en detalles como las cortinas o la nuca del de adelante o los pelos de la nariz del que habla o me imagino que se electrocuta con el micrófono o que le da un bobazo y cae pataleando bajo la mesa enmantelada. Asi que dibujo. Los dos de hoy eran fenomenales para eso: Quim Monzó es una especie de actor de Jólibud hecho mierda, con la cara color obispo y tics que se la recorren todo el tiempo como relámpagos en el cielo antes de las tormentas. Seguramente para atajar los movimientos está todo el tiempo con la mano agarrándose la cabeza o pedazos de cara y como tiene unas manotas enormes muchas veces habla desde detrás de los dedos. El otro, Pamiès, parece un profesor de geografía. Tiene la más perfecta cara de nada y dice cosas preciosas y brillantes todo el tiempo. Hoy leí un libro de cuentos de él que me maravilló. Es sintético, preciso, minimalista. No sé cómo lo logra pero tiene más peso y sustancia lo que no dice que lo que dice. Uno se queda viendo el negativo de lo que leyó, como al cerrar los ojos después de mirar algo muy luminoso. Busqué otros pero sólo encontré en catalán. Tiene un librito acerca de los pedos, que me hubiera encantado leer. Espero que en Buenos Aires haya libros de él en español.

Después de la mesa redonda me vine caminando al hotel mirando a la gente, cruzándome con horribles manadas de alemanes que van y vienen de La Pedrera todo el tiempo con sus sandalias Birkenstock y sus bermiudas color caca. En un bar compré una especie de alpargata ungida en mucho tomate y queso de mala calidad, pedí que la calentaran y la comí por la calle, chorreando líquidos orgánicos de origen incierto desde la mano hasta el codo. Y saqué esta foto romántica de la Casa Batlló para que se imaginen, nada más.

lunes, mayo 07, 2007

Un día

Las patas hirviendo de caminar todo el día. La mochilla pesadísima llena de libros y dividís cazados en cincuenta librerías distintas. En la otra mochila, una botella de tinto de Rioja, 200 gramos de jamón ibérico cortado en pedazos bestiales, un pan y un turrón de almendras y figuritas de mazapán, que son mi postre favorito.
Hoy dijimos nada de ver cosas terribles y basta de leer libros tristes. Yo traje Elegía, de Philip Roth, y La Edad de Hierro, de Coetze y después me pasé tres noches sin poder dormir haciendo apocalípticos razonamientos sobre la decadencia.
Mi amigo RF que escribe y sabe de libros buenos me aconsejó tres o cuatro autores que encontré y me parece que hoy a la noche lo voy a pasar re bien leyendo algo un poco menos negro.
Al mediodía fuimos al mercado, compramos dos bandejitas de frutas fresquísimas recién cortadas y las morfamos tomando horchata de chufa y cerveza en una calle donde acampaban motoqueros malolientes.
En el barrio gótico encontré el lugar donde mañana da el taller Quim Monzó y me inscribí, porque los mails note los contestat ni os debet ni siquer abrir, pa qué.
Llego al hotel, subo y alcanzo apenas a echarme un clorito, el segundo en todo el día. Vacío las mochilas sobre la cama, me lavo las manos, abro el vino, despliego sobre el escritorio nuestros manjares y nos disponemos a ver una peli que acabamos de comprar. No les digo qué porque ustedes son unos modernos de mierda y no les va a interesar y se va a perder toda la magia.

sábado, mayo 05, 2007

Agarrame el chuletón


Lástima que no me gusta mucho la carne normal porque me tentaba entrar y pedirlo aunque fuera solo para mirarlo un rato. Seguro que te lo sirven en una fuente gigante que ocupa toda la mesa.

Mostras


Hoy fuí a ver una muestra terrible en La Pedrera: la historia de los artistas que trabajaron durante el nazismo en los campos de concentración.
Después caminé hasta el Barrio Gótico y en el Museo del Puerto ví una sobre el bombardeo de Mussolini sobre Barcelona, con testimonios de viejitos que eran chicos en esa época y películas documentales impresionantes, con un audio delicado y real que sólo se oye ubicándose en determinado lugar. Es un efecto muy raro, porque es muy íntimo; los demás no lo oyen y al mismo tiempo suena como dentro de la cabeza. Después ví otra sobre la caza de brujas muy buena porque explica minuciosamente cuál era el fundamento para denunciarlas, ponerlas presas y matarlas y los argumentos de los jueces y los de la iglesia para convertirlas en sospechosas. Termina mostrando lo que sería hoy una bruja y la suma es un fantástico alerta sobre la discriminación y el prejuicio.
Hace dos o tres días ví esta de la foto, un tipo llamado Salcedo, que hace personas de tamaños reales, horriblemente creíbles, feas, ridículas. Estas son dos cabezas enormes que cuelgan de sogas y dan mucha impresión.

viernes, mayo 04, 2007

Emergensiat

Toy en Catalunya oyendo ablar en catalá y tratando d´entender algo de lo q´ablan acá. Son todos muy simpatics y me dan mucho vin y mucho bacalá y pintchos d´centolia y d´otros bitchos que no conotzco pero me los como todots sin preguntart.
Hoy me distrajet y en ves d´ir a morfar me quedét comiend un tchocolat gigant qu´e comprat en el free chot. Aura teng un ragut ferotz pero es tard per salir.
Minscribeu en un taller que dicta Quim Monzó el martes q´acá se dit dimarche. Es a las siet de la tard en un lugar raro que no conoscot pero ya me voy a ubicar y voy a llegart.
Quería comprar crema de hemp pra los drogadicts q´intervients en la pelicul que habiamos filmat pero no encontrat Body Chot por aquí, que pena.
Libros encontret buenisimos con mis amigos qued´e deso saben un montó.
Quisero quedarm en Catalunya pero me parezt que pronto me harán volvert. Que pen me vadar.

martes, mayo 01, 2007

Me las pico

Dentro de media hora viene un taxi a buscarme para ir a Ezeiza. Ahí me tomo el buque para Barcelona.
Mi plan es caminar mucho, recorrer librerías en busca de tesoros y morfar todas las delicias que hacen los gallegos. Muchos mariscos, muchas gambas, langostinos y carabineros, mucha tortilla, sopa de ajo y salmorejo y mucho chupi del bueno.
Si tengo algo interesante para contar lo cuento. Si no, me borro hasta el 10.

Portense bien, no hagan lío, no se droguen, no quiero oír quejas de los vecinos a la vuelta.