domingo, abril 27, 2008

Desde que volví de España todo me sale mal

En Madrid viví en la Residencia Estudiantil, que es un lugar histórico por varias razones. Ahí se alojaron muchos intelectuales y artistas desde la década del 20. Juan Ramón Jiménez plantó unos laureles blancos de olor maravillosos que siguen floreciendo en los canteros. Además hay romeros, lavandas y otras hierbas que largan un olor delicioso cuando vas caminando hacia (o desde) la salida. Los edificios son austeros y elegantes y la decoración y los muebles tienen un aire muy sueco, de un diseño perfecto.
En la Residencia fue donde se conocieron Dalí , Buñuel y García Lorca. En una de las habitaciones García Lorca, que estaba muerto por Dalí, trató de colocársela y Dalí gritaba como un despellejado, la muy histérica.
La Residencia es un lugar perfecto para garchar con García Lorca, sobre todo en primavera, pero Dalí se lo perdió. Ese flaco siempre me cayó mal.
Bueno, hasta ahí estuvo todo masomeno. En el vuelo de vuelta no dormí ni un minuto y ví tres largometrajes sin audio, que es como me gusta ver cine en los aviones. Lo de los auriculares precarios me deprime, las azafatas de Iberia hacen mucho ruido como si lavaran los platos de una taberna gallega aunque toda la vajilla es de plástico y se supone que deberían tirarla en silencio absoluto y además ver pelis sin sonido me encanta y eso sólo se puede hacer en los aviones. Así que sin oír los diálogos ví una que no me acuerdo, otra de un nene que hereda de los padres el don de la música y al fin se reencuentra con ellos que me hizo llorar cuando el nene está solo en la calle pero no cuando triunfa y es un repelente con gomina y trajecito mersa, y otra con un actor morochón hiper conocido requetebuenmozo que me gusta mucho pero que no me acuerdo el nombre, con Tilda Swinton que hace de mala. Como venía en ese estado de semilocura propio del jetset, con una desviación de cinco horas de mi ritmo circadiano, sin comer, pidiendo una botellita de vino tinto cada vez que pasaba el carrito, me pareció que quería ser como Tilda Swinton y decidí afeitarme las cejas en cuanto llegara a casa. Después me pareció que afeitármelas era demasiado radical, entonces esa misma noche me las aclaré con agua oxigenada de 30 volúmenes y polvo decolorante. Me llamaron y me distraje hablando por teléfono media hora. Cuando finalmente me lavé la cara tenía las cejas de un color amarillo Van Gogh fluorescente. Parecía un gusano tropical raro de esos que aparecen en National Geographic, esos que aparecen debajo de las hojas y uno no puede creer que existan. No se cuánto tiempo pueden tardar en crecerme cejas nuevas, pero por ahora soy impresentable, un ser diabólico, reptiliano, con mirada inexpresiva de marciano.
Hoy decidí hacer dulce de membrillo con el líquido remanente de los membrillos al natural que hice antes de irme. Lo herví durante horas, le agregué azúcar, después le puse gelatina sin sabor, lo licué, lo batí, lo puse en moldes y cuando vi que no fraguaba lo saqué de los moldes y lo volví a hervir y durante ese operativo me quemé dos veces las muñecas. El dulce quedó como un chicle gigante color negro con un peso específico que supera en tres veces al del mercurio y yo tengo los brazos como un domador de felinos, arañados, ampollados y enrojecidos hasta un punto que provoca alarma en los que me ven.
Mientras cometía todos esos desmanes me puse a arreglar las plantas del balcón. Podé todo demasiado porque vino mi amá de visita y su presencia me saca y me da ganas de recortar y de arrancar todo lo que crece sobre la superficie de la tierra y me clavé varias ramitas bajo las uñas.
Ahora tengo que levantarme antes de que salga el sol y pintarme las cejas para que la gente no se asuste y me veo a la madrugada como un viejo puto en camisón, con las manos destrozadas y laceradas y no puedo desmoldar el bloque de silicona negra que alguna vez fue un jugo de membrillos inofensivo y plácido.
Espero que mañana todo entre en el orden natural que tan bien funcionaba antes de irme a España. En el mapita de la pantalla del avión ví que no sólo había cambiado de hemisferio sino también de lo que no se cómo se llama, de oeste a este, de una manera demasiado radical, que me dejó descompensada tal vez para siempre. Mis cejas fluorescentes me hacen temer lo peor de ahora en adelante.

Cinco notas de color en Alcalá de Henares


Una cabeza tapizada con un material español experimental que se está dejando de usar por sus malos resultados.

Una carucha interesante

Detalle de las patas. Me distraje todo el tiempo mirandoselas para saber por qué caminaba así, pero a simple vista no daban mucha información. Después ví que el problema no eran las patas sino la columna. Desde la primera lumbar hacia arriba estaba escorada unos 70 grados. Eso no hay hija ni bastón que te lo compense.
a
Esta señora era alguien muy conocido y respetado. Todos la saludaban y la festejaban. Hasta el rey y la reina se acercaron a saludarla.
Durante la ceremonia se iba resbalando de costado en el banco duro y la hija la enderezaba para que no terminara en el piso. La llevaban agarrada entre dos porque apenas podía caminar. Tenía un bastón de acrílico recool. Mirá cómo me mira cuando le saco la foto.

En la Universidad de Alcalá el día del premio circulaba gente rarísima y a nadie le llamaba la atención. Uno era Peter Sellers caracterizado como profesor universitario de 1780. Estuvo casi una hora discutiendo amaneradamente con otro personaje de civil.

sábado, abril 26, 2008

Pepino



Algo impresionante del rey Juan Carlos es su cabeza. Parece que lo hubieran apoyado cuando todavía estaba fresco.
O será que pasa demasiado tiempo acostado?

Por qué no te despiertas?



A Barcelona fui para presentar un trabajo sobre medicina. De eso no voy a hablar porque es mi parte seria de la que nunca hablo.
A Madrid fui para la entrega del premio Cervantes a Juan Gelman. No voy a reproducir lo que dijo en su discurso porque ya lo repitieron todos los diarios del mundo. Fue una hermosura oírlo y verlo, con su voz y con su sonrisa cada día más linda. Pero pensé en los blocks cuando habló de los neologismos y dijo "hace unos años ciertos poetas lanzaron una advertencia en tono casi legislativo: no hay que lastimar al lenguaje, como si éste fuera río coagulado, como si los pueblos no vinieran lastimándolo desde que empezaron a nombrar".
La ceremonia fue en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá. Filmé y fotografié todo todo el tiempo a pesar de lo nerviosos que se ponían los muchos monos reales diseminados entre la gente. Logré pescar al rey durmiéndose mientras el ministro de Cultura decía con una voz rupestre su discurso aburridísimo y previsible. Estaba por cabecear pero se ve que está entrenado para mantener el tono muscular del cuello aunque esté profundamente dormido y apenas se advertía una inclinación de la cabeza de menos de dos grados hacia adelante. En ese momento se suspendieron automáticamente los disparos de las máquinas de fotos de los periodistas. No crean que no me dí cuenta. Me pareció que la reina o Zapatero le pegaban una patadita para despertarlo. No se vio porque la parte de adelante del mostrador estaba cubierta con un terciopelo, pero el rey se sobresaltó, abrió los ojos y recuperó la vertical perfecta de la cabeza como si nada. Debe haber estado muy mal que yo lo fotografiara con frenesí en ese momento. Es que los códigos de la realeza son muy raros para la gente que no tiene rey. En cambio los españoles los conocen y los toman con naturalidad. Por ejemplo, cuando Juan Carlos y Sofía estaban por entrar se hizo un silencio absoluto y profundo como de tres minutos que daba miedo.
Después de la ceremonia, en el jardín donde tomábamos unas champañas, quise fotografiar a la reina mientras hablaba con los nietos de Juan y un mono de civil me detuvo.

-Señora, no se puede fotografiar a la reina ni al rey cuando están en un cojtél!
-Por qué no se puede?
-Pues porque no está permitido!
-Pero usted sabe por qué no está permitido? Le pregunto porque yo no sé nada de protocolo y quiero saber si hay una razón.
-Bueno, pues imagínese que después circula una foto de la reina con una copa de vino en la mano!
-Ah, claro, o masticando un canapé.
-Esacto, usté lo ha dicho, o masticando un canapé!

Así que me quedé sin las mejores fotos. A Zapatero, en cambio, se lo puede fotografiar tomando vino o morfándose una longaniza, que a nadie le inquieta.
Y qué bonito es! A pesar de eso no es un Bambi, como le llama la derecha. Está refuerte, es remasculino y tiene una mirada que te afloja el elástico de la bombacha.

El protocolo a mí me mató con el tema de la ropa. Tenía miedo de hacer quedar mal a Juan si iba vestida en una forma incorrecta. Había pensado usar mi tailleurcito azul noche y mi collar de botones antiguos, pero cuando recibí la invitación leí que las señoras invitadas debían usar "vestido corto". Con lo mal que me quedan a mí los vestidos cortos.
A la noche no podía dormir: pasaban por mi cabeza infinidad de páginas de Hola! que había leído en mil peluquerías y veía los trajecitos chanel color pastel, las pashminas, las medias color piel, los sombreros con plumas, los voladitos, y me sobresaltaba y gritaba en medio de la noche imaginándome vestida como nuestra princesa holando-argentina.
Entonces metí en la valija el único vestido que tengo, una especie de jumper negro con falda tableada y medias grises y me compré unos zapatos negros bajos en Sybil Vane porque me pareció que también los tacos altos eran incorrectos en una mujer alta. Me vino un ataque de discreción espantoso. No quería sobresalir por arriba y tampoco por la ropa, ni por los colores. Ví en Accuweather que ese día iba a haber entre 12 y 20 grados y pensé que me iba a cagar de frío, asi que agregué una especie de vestido-tapadito canchero gris gomoso arrugado con cinta atada atrás y mangas globo, qué se yo, como para tapar de paso un poco el jumper de oficinista.
Cuando llegamos no lo podía creer: todas las mujeres normales estaban con pantalones, con jeans, con polleras largas, todas vestidas en la boutique Me Cago en el Protocolo. Hasta Sonsoles, la mujer de Zapatero, estaba con un traje de pantalón y saco negro y una blusa blanca así nomás. La única idiota vestida con vestidito de chica buena era yo, en medio del viejerío con chaneles y collares de perlas, que son las que aparecen en Hola!
Eso me pasó por respetar la indicación de la tarjeta real con coronita. Pero como el único rey que tengo es el que está en mi casa, no le debo obediencia a ningún otro y puedo vengarme del borbón publicando su foto cuando ronca a pata suelta frente a cincuenta periodistas y quinientos invitados de todo el mundo.
Por qué no te despiertas, coño!

Qué bueno estuvo España pero qué lindo estar aquí

Bueno, ya volví. La diferencia horaria entre España y acá te afana cinco horas de vida a la ida y te las devuelve a la vuelta, así que te queda un pequeño jet set durante unos días. A mí me dió por no dormir la primera noche y por dormir tres horas la segunda. Por eso estoy escribiendo estas boludeces a esta hora, cuando todavía no amaneció.
Cuando llegué a Ezeiza esperaba aterrizar en medio de una nube de humo negro pero no sentí ni vi nada. No sé si creer lo que leí sobre el humo. Debe ser un invento de los argentinos, una variante oscura de El Eternauta.
Después de Barcelona fui a Madrid en el AVE, que es como un avión que se arrastra. Al llegar la gente se sacaba fotos delante de la locomotora. En Madrid morfamos como pantagrueles. La fauna marina de la zona fue declarada en estado de alarma por la depredación descontrolada y se la considera en riesgo de extinción hasta la próxima temporada.
También vimos la muestra de Picasso del Museo Nacional de París y la de Goya de El Prado con los óleos restaurados sobre el 2 y el 3 de mayo.
Picasso siempre es una alegría. Sobre todo en España, donde es tan de ellos que las señoras lo tratan sin miramientos como a un chico díscolo.

-Pues mira que también sabía dibujar bonito! Por qué no pintaría todo así? -dice una vieja señalando una figura pintada al modo clásico en medio de un delirio de formas nada realistas.

-La madre está bien, pues que la ves, pero mira al niño: es que no te enteras! -dice una joven mientras mira un rejunte de fierros extraordinario que representa a una mujer llevando a un chico en su cochecito. La mujer está hecha con cañerías y cachos de placas de hierro y el bebe es un amasijo de tubos más pequeño.

Picasso era un viejo de los míos. La pasó bomba hasta el final y se ve que pensaba que viejos son los trapos. Las últimas obras son cada vez más despreocupadas y graciosas. Algunas te hacen reír.

Es increíblemente diferente ver las obras en vivo. Ahí te das cuenta de que ver reproducciones es sólo para conocer el argumento. Los tamaños, la textura, el punto de vista cambiante cuando te movés alrededor, todo eso es el cuadro y es lo que nunca vemos. Qué pena que no haya una forma de ver todos los cuadros del mundo en forma tridimensional para que todo el mundo pueda verlos como son.
Lo que se ve por la ventanilla del AVE

domingo, abril 20, 2008

Bueno, algún defecto tenían que tener los catalanes.

En la orquesta todos están muy aburridos también. El de la microflauta tiene un tamborcito agarrado a la manga. Se ve que piensan en cualquier cosa mientras tocan. Uno piensa en el butifarrón que se va a comer dentro de un rato. Otro piensa en la hipoteca que tiene que pagar dentro de una semana. A otro le duelen las hemorroides. Ninguno piensa en lo que está tocando. Todos parecen empleados públicos haciendo horas extra. Un argentino que vive en Barcelona comenta: "Es un coñazo. Bailar la sardana es la única actividad que te exige una enorme atención para hacer algo terriblemente aburrido".
Otro agrega: "Bueno, es una música aburrida pero por lo menos es triste".

Descubrí la primera cosa plomífera de Catalunya

Despedida de Barcelona. Domingo a la mañana frente a la catedral. Una orquesta en las escalinatas toca sardanas. Siempre quise saber cómo es una sardana. Me imaginaba una música divertida y alocada, de pescadores que tiran sardinas por el aire festejando una buena pesca. Mientras tomábamos un café mi amigo A. me advirtió que es una música seria que se baila con una coreografía muy complicada. Que si uno no conoce su historia y su tradición puede parecerle aburrida, pero que es molt interessant cuando uno sabe de qué se trata.
A medida que nos acercábamos a la Catedral se iba escuchando la música. Yo pensé que estaban afinando pero no, era la sardana, nomás. Desteñida y gris como un par de medias viejas. Y con un toque de melancolía extra para mí: era una de las músicas que pasaban en la calesita del Zoológico cuando era chica. Será por eso que me parece muy dulce.
Las personas forman un círculo y bailan repitiendo pasitos con cautela como si estuvieran probando si el agua está fría. Detrás del círculo un viejito solitario baila también. Por qué no se une a la ronda? Se ve que sabe los pasos pero se queda fuera del círculo. No habla con nadie. Termina de bailar y se va caminando por una callecita lateral.

sábado, abril 19, 2008

Benedicto consuela a víctimas de obispos bufarrones

Qué amor, me encantó cómo Benedicto reconfortó a diez o quince tipos abusados en la infancia por obispos de Estados Unidos.
Uno de ellos contó que no le dijo nada pero lo miró a los ojos y después bajó la vista. Tímido? Avergonzado? Caliente? Qué sentimientos habrá tenido frente a esos hombres con la vida trastornada por esas experiencias que les quitaron la confianza en el mundo de los adultos?
Cómo puede hacerse el afectado si no da de baja y denuncia ya a esos pedófilos que siguen abusando de la inocencia de chicos en todo el mundo?
Cómo podés ser tan cínico, viejo mariposón?

Cuando lo votaron yo tuve un lapsus de ingenuidad increíble. Leía en internet todo el tiempo para saber el resultado de la fumata y de repente leí en un diario en inglés white smoke rose from the Sixtine Chapel chimney in Rome... bajo la foto de Benedicto saludando con la manito en alto, la muñeca quebrada, demasiado rimmel para su edad, y salí corriendo hacia el living y dije¨:

- "No saben qué bueno, eligieron a Ratzinger y hizo soltar humo rosa! Por fin un papa puto que sale del closet! Por fin la Iglesia va a dejar de ser hipócrita!"

Pero mientras les contaba lo que había leído me daba cuenta de mi error. No era rose smoke (qué señal simpática hubiera sido!) sino straight y decente humo blanco que emergía de la chimenea de la Capilla Sixtina. Todos se reían de mi error y enseguida yo también me sorprendí de mi propia ingenuidad. ¿Cómo pude creer por un minuto que un político astuto como un cardenal fuera capaz de asumir su verdadera personalidad y de enfrentar a los poderes de todo el mundo?

Verlo careteando con los pobres tipos que recibió para lavar su imagen ante la opinión pública es más nauseabundo que sus mocasines de gamuza roja de Prada o la cara de perverso sadomaso de Rudi, su chongo de siempre.
Deberías dejar de martirizar conciencias con mensajes beatos, viejo pedorro. Deberías jubilar a todos los curas cojenenes y soltar de una vez y para siempre mucho rose smoke por las chimeneas del Vaticano para merecer el Cielo.

Por si quedaba alguna duda sobre el estado de la moral en este país.

En el Mercado de la Boquería


-No veo nada.
-No sé qué pasó.
-Dónde estoy?
-Qué me va a pasar?

En el Mercado de la Boquería



-Cómo llegué acá?
-Qué me pasó?
-Dónde está el mar?
-Qué es este ruido?
-Por qué no me puedo mover?
-Qué me van a hacer?

Diálogo hispanoamericano acerca de la superioridad argentina.

Hay que cosas de nosotros los argentinos que los pobres españoles no entienden ni entenderán jamás. Yo trato de explicarles.

Preguntan : -Coño, cómo puede ser que en Buenos Aires tengan una nube de humo sobre la cabeza durante tantos días?

Les digo: -Bueno, no sé si saben que durante varias semanas las principales ciudades del país sufrieron un bloqueo. No llegaban los alimentos y se tiraron toneladas de frutas y verduras y miles de litros de leche. Después aumentó mucho el precio de la comida porque el gobierno, en una actitud obstinada y soberbia, tomó medidas para reducir las ganancias de ese sector tan castigado y empobrecido que son los productores rurales. Qué quieren? Que se dejen robar lo poco que tienen para que Cristina se compre una nueva cartera de Chanel? Qué se creen? Que somos pasivos como ustedes?
Y ahora, después de todo el tiempo que le hicieron perder piqueteando en las rutas, la pobre gente del campo tiene que hacer todo apurado y todos al mismo tiempo, querido, si no se les pasa el tiempo de la siembra, viste? Hace como un mes que tendrían que haber quemado los pastizales para poder sembrar! Setenta mil hectáreas quemadas de una vez no es joda, viste?

Preguntan: -Pues es que lo tengo claro, coño, y no puedo entender cómo se cagan en las consecuencias de sus actos! Acá es inimaginable que un grupo cualquiera dañe a otro grupo bloqueándolo, desabasteciéndolo, ahumándolo, sea en defensa de sus intereses o de ninguna otra razón! De sólo imaginar esos pastizales que seguramente fueron tratados con pesticidas y ahora son humo y cenizas cayendo sobre la ciudad, contaminando a millones de personas, pues es que se me pone piel de gallina!

Le digo: -Es que no entiendes, chavalín! Los argentinos somos cancheros, guachos duros, que siempre hacemos lo que queremos! No pagamos impuestos, no respetamos las normas, no usamos cinturón de seguridad, truchamos, cometeamos y garroneamos, nos tomamos todo y nos largamos a la ruta a 150 por hora! No nos gusta una ley que favorece a la mayoría y nos desfavorece a nosotros y quemamos lo que venga! Que se vaya todo al carajo, que se vayan todos! Somos jugados, somos machos! Entendés, bolúo?

Los españoles se quedan pensando.

Les contesto: -Querido, para entender hay que ser argentino. Si sos gallego ni trates de entender. Entendiste?

viernes, abril 18, 2008

CHE, DESPIÉRTESÉN!!!

Acá son las 12 del mediodía y seguro que ustedes están durmiendo. A algunos menos afortunados les está por sonar el despertador, pero a los degenerados y drogadictos como A., que me llamó a las 5 de la mañana (de acá) la vida les sonríe y ni siquiera tienen despertador.
Seguro que ponen el I Pod como alarma a las 11 con esas músicas eléctricas que les gustan a ustedes y que les cuece el celebro. Así están.

Dale, levántesén!!!

Yo me levanté a las 7, me bañé, me morfé un desayuno constituido por jamón de jabugo, lomito a la pimienta, chorizo colorado, huevos revueltos y tarta de almendras y salí a reventar Barcelona. Fui en subte a la Universidad mirando cómo son los españoles a la mañana y descubrí que tienen más cara de acelga que a la tarde y a la noche, un fenómeno extraño que requiere más investigación.

En la Universidad escuché dos horas de las clases más aburridas que oí en toda mi vida, me eché un sueñito escondida detrás de una pendeja que escuchaba su MP3 y se balanceaba isométricamente sin separar el culo de la silla y después me tomé el subte de vuelta. Por supuesto que elegí los andenes pijos, pero ahora, no sé por qué, la ciudad no me pareció desvergonzada como ayer.
Hoy era como estar dentro de la revista Hola. Todas las mujeres parecían Isabel Preysler o la Duquesa de Alba y todos los hombres parecían los yernos del rey, esos altísimos que hacen deporte y sonríen todo el tiempo.

Debe ser por la falta de sueño.

Voy a dormir una siestita y después veo.

jueves, abril 17, 2008

Hasta en el sucte


Bueno, esto es el colmo pero tengo la responsabilidad de mostrarlo.
Ahora no digan que soy histérica o que tengo problemas sensuales.
Además de éstos, hay andenes conchos y hasta unos con preferencias sexuales no tradicionales.
Véanlo ustedes mismos con sus propios ojitos y después digan si este país no se está yendo al carajo con tanto libertinaje.

Cuánto calza, caballero?


Ah, no me creés?
Fijate entonces en esta vidriera de zapatos de hombres.
No se llama Tom de Finlandia ni nada por el estilo. Es una zapatería reseria, onda López Taibo, pero por todos lados hay estas especies de novios de Barbie que no encuentran pantalones apropiados y tienen que vivir así, merodeando entre los zapatos de la vidriera.
Ahora me creés?

Qué le pasa al caballo de maese Berenguer ?


Yo no creo que sea un problema mío.
Debe ser que con Rodríguez Zapatero y su sensibilidad de Bambi la moral de España se relajó y aparecen estas cosas que antes se mantenían en una discrecion más bien púdica.
Fijate esta estatua ecuestre que fotografié con gran sentido artístico al salir del subte en la estación Jaume I.
Me gustó que la silueta se refleja en el edificio de enfrente, pero cuando revelé la foto -oh, sorpresa!-, descubrí que tanto en la estatua como en el reflejo es una grosería como se le ve el tobul al caballo.
Vuelvo y miro: el nombre del jinete es Berenguer. Qué más se puede agregar? Está clarísimo, no?
Seguro que no es un problema mío. Es que con eso de la libertad acá andan en cualquiera.

miércoles, abril 16, 2008



Algo que siempre me sorprende de los aeropuertos es la cantidad de gente que duerme desparramada en los bancos y en el piso. Siempre son jóvenes y parece refugiados de un lugar arrasado, exhaustos y entregados como sobrevivientes de una bomba neutrónica.

Frente a un grupo de ellos, cambio de opiniones con mi chico:

Yo: -Por qué duermen así, despatarrados, en medio de platos de comida y chancletas, con la boca abierta?
Él: -Duermen en el piso porque tienen que esperar muchas horas.
Y.: -Es que si duermen tan profundamente pierden todos los vuelos.
É.: -Pero duermen porque son del tercer mundo o extracomunitarios, montenegrinos, no tienen un mango para comer nada y sacan pasajes baratos con escalas de 12 horas.
Y.: -Sin embargo, fijate: son todos rubios bien alimentados con mochilas norteamericanas. Yo creo que lo hacen como protesta, como acciones relámpago de Greenpeace, porque las conexiones no les coinciden y tienen que esperar dos horas entre un vuelo y otro.
É.: -Puéser (aburrido de la discusión)
Y.: -Si fueran del tercer mundo no hubieran morfado tanto y no dejarían los platos con comida al lado de las chancletas. Y dejarían a uno despierto de guardia por si llaman a embarcar.
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El aeropuerto de Barajas tiene caritas del fabuloso mundo de Jack por todo el techo y nadie las mira.

Mirá cuánto hacía que no entraba que el sistema me pidió mi nombre y mi password y yo me los había casi olvidado.
El vuelo de Iberia fue buenísimo, salvo el mapa que aparecía en la pantalla y daba todo el tiempo esta información aterradora: INVALID. Era tan invalid el punto de partida como el de llegada. Llegaríamos algún día a algún lugar de la Tierra o quedaríamos dando vueltas por el espacio buscando un punto available donde aterrizar?

jueves, abril 10, 2008


Bueno, creo que mejor hago como Greta Garbo y me retiro a tiempo.

No tengo la acridad de hace dos años. Creí que acridad era algo malo y no, fijate vos, es como una alegría optimista y mañanera. Lo busqué en la Real Academia. Bueno, no siento eso desde hace varios meses. Por eso abandoné el viejo estilo siniestro y me voy poniendo más Sarah Kay cada semana que pasa.
Me siento atosigada por los lectores que suman varios miles cada día. Hay unos raros que entran desde el mar, a lo largo de la costa africana y unos enfermoides que se conectan desde Pekín, desde Tel Aviv, desde Burkina Faso, lugares rarísimos que me da malestar imaginar.
Me siento en deuda, me debo a mi público, y eso es una garcha en todos los órdenes.
Ahora me gusta más entrar al blog de Tommy Barban, enternecerme de él y reírme de los comments. Amo ese block. Y me gusta y me río cuando leo los comments de A., que picotea como un colibrí apolillado por distintos blocks y me hace reír a carcajadas.
Además, dentro de tres días me voy a Barcelona.
Estoy recansada, me aburro de mí misma. Leer mis últimos posts me da casi tanto sueño como leer una línea de un post del blog del Licenciado Herrera. Me han encontrado dos veces desmadejada frente a la compu con su blog en la pantalla. Juro que no lo voy a intentar nunca más.
Cuando vuelvo de Barcelona veo qué onda. Por ahora no me atosiguéis. Soy una señora mashor, vistes?

domingo, abril 06, 2008


Siete de la mañana. Luz doradita se filtra entre las cortinas de blackout que anoche a las 3 de la mañana cerré mal. Silencio, silencio total. Sólo se oye, como siempre el zumbido que viene a ser la respiración de la ciudad.

Me gusta cuando en casa y en el barrio todos duermen. Me levanto, preparo mate mientras miro Pueyrredón por la ventana de la cocina, abro la puerta y busco el diario, que los domingos es gordo como un almohadón de gato.

Mi hija A. duerme en el futón del cuarto de huéspedes. Mi hija V. duerme en su cuarto con su chico L. Dentro de tres horas van a llegar mi hijo J. con su mujer R., mi tío P. con su hija A. y mi amá.
A las 11 nos va a buscar una van que alquilé para ir a la casa de mi hermano, donde vamos a festejar el cumpleaños 90 de mi amá con un almuerzo pantagruélico. Cincuenta invitados, amigos, parientes, músicos, morfi rico, mucho chupi.
Ayer estuve cocinando todo el día. Hice una olla gigante de arroz con leche, un crumble de manzanas y peras (mal sucedido: quedó medio petiso) y una torta de chocolate con salsa de chocolate blanco.

Cargué la batería de la filmadora y la de la máquina de fotos. Pienso registrar cada momento de este día histórico. Se juntará toda la familia italiana, habrá nenes corriendo, diálogos interrumpidos, situaciones confusas y chistes viejos.
Me acuerdo todo el tiempo de una peli de Saura que se llamaba Mamá cumple 100 años. Todo se iba desbarrancando y terminaba como el orto.

Lo mejor va a ser la ida en la van, once personas y mi tío P., que es absolutamente sordo y se empeña en participar de todas las conversaciones con opiniones y chascarrillos.


Si vuelvo en condiciones de escribir, les contaré.