lunes, diciembre 31, 2007

No me podía fallar

Respuesta de mi amigo aa:


Cara mía (qué celosos se ponen los que te dije, eh): no logro entrar mi comentario a tu blog. Cortedades del hombre oriental. Además, estoy mucho más limitado de comunicación que vos, lo que me limita la experimentacíón. Chequeo correo un minuto por día, y ya. Esta vez, dos, para contestarte.

Por tanto, te adjunto un textito para que me hagas el favor de subírmelo a tu espléndido blog.

Cuánto revuelo causó este amigo oriental, y en vano. Como muestra la foto del blog, “kun mannskap” se equipara al inglés “crew only”, y aunque no dicen lo mismo (y por eso la traducción es efectivamente, traición), el sentido del aviso retratado es que sólo siendo de la tripulación se puede pasar. En danés no dice “sólo” aunque el resto del mensaje sí se entiende en el uso cotidiano como “tripulación”. En la cultura nórdica no hace falta el “sólo”, porque con definir la especificidad va de suyo la exclusión del resto: ni pasajeros ni reyes pasarán por allí. Esos problemas de equiparación entre dos idiomas por un honesto pintor de letras muestran por qué los diccionarios son indefectiblemente descubiertos en sus cortedades y nuevas y nuevas ediciones tratan de subsanar lo irreparable. Entender el idioma de una cultura desde el de otra reclama de la etimología y en última instancia de la filosofía, disciplina de las definiciones.

Nunca quise ir tan lejos; aguas procelosas las de la filosofía en las que no oso: sólo quería jugar con ideas a partir de la incongruencia idiomática de la foto. Ahora me invitan a salir a jugar, y acepto. Si hay dialectos finlandeses no los conozco. Su único idioma con una raíz común es el húngaro, parte del contingente que emigró desde un punto impreciso del Asia y tuvo el buen tino de quedarse en la ribera del Danubio y las costas del Balaton. Así y todo, tienen sólo cinco palabras en común y recuerdo una de ellas, kés, mano.

Los pobres finlandeses fueron largamente dominados entre otros por los suecos, que tienen su propia minoría étnica en Finlandia, los “finlandsvenskar”, que hablan sueco (rico en consonantes) con acento finlandés (rico en vocales), lo cual lo hace divertido y más comprensible para los latinos. Helsinki es el nombre de la capital finlandesa en sueco; en finlandés es Helsingfors; hasta tanto llegó la dominación sueca.

Ahora bien, volviendo a “kun mannskap”, tertuliana Ana, concordemos en que pertenece a un idioma nórdico, junto con el noruego, que escribe la “o” en vez de con dos puntitos, o diéresis, arriba, cruzando la “o” con una barra así: /, y que sin referencia adecuada disponible creo que es danés. La capital de Dinamarca se llama en danés Køpenhamn: “puerto de compras”, que se beneficiaba de la ciudad fundada por la Liga Hanseática para que ciertos alemanes comerciaran con la costa báltica rusa, Stockholm, o pilotes sobre islotes: son siete los islotes que conforman la Estocolmo original, como es sabido. Se pronuncia esa letra poniendo la boca para la “o” y emitiendo una “e”; parte del desconcierto que causan los nórdicos y que encantaba a Borges.

Siguiendo: “kun” es originalmente conocimiento: “kunskap” es el conocimiento adquirido aunque en su uso diario y generalizado se lo defina específicamente en sueco como “conocimiento”. A su vez, “Skap” es “crear”, uso que vemos aludido en la formación de “mannskap”. Conocimiento, hombre y creación; quién no quisiera tripular esos conceptos.

Montevideo

Ayer a la tarde salimos a caminar y en una hora llegamos hasta la playita de Buceo. Se hacía de noche y vimos unos bares con sombrillas de lona y techitos de paja. Pedimos unos chipirones con cebollas, miniaturas de pescado y un Pinot Gris que nos llevaron a la mesa en un balde de hielo que los orientales llaman champañera. Se fue llenando de gente hasta que todas las mesas estuvieron ocupadas. Llegaban más y más personas pero nadie apuraba a nadie: ni los que estaban muertos de hambre ni los mozos. El nuestro era un amargo total, con la cara fruncida como si acabara de tomar un vaso de vinagre. Se olvidaba de todo, perdió el sacacorchos, trajo rodajas de limón mezcladas con una montaña de mayonesa de sachet, pero tenía humor, el típico humor ácido que te provoca el vinagre. Entre la gente que esperaba había un ciego que era guiado por una señora coja con esos andadores que parecen mesitas de televisión. Ni siquiera ellos tiraban mala onda: subían y bajaban con gran dificultad motriz y visual pero sin ansiedad los escalones ida y vuelta hasta que decidieron esperar sentados en un banco.
Morfamos maravillosamente y volvimos caminando por la rambla. En ese trayecto descubrimos lo único hinchapelotas de esta ciudad: tipos que andan en moto a 200 por hora con escape libre, como en Buenos Aires pero en uruguayo. Antes habíamos visto en una punta de la rambla un encuentro de jóvenes tuerca: diez autos parados con las puertas abiertas y música a todo dar. Entre los diez había dos Fiat 600 y tres Renault 4L oxidados. A los otros cinco no los reconocí, pero todos estaban completamente cachados como palanganas viejas. Eran como una peli de James Dean en vivo pero sin renovación de la utilería desde 1954.
Volviendo encontramos la primera heladería en todo este tiempo, pintada con esmalte mate violeta y naranja y con un menú de doce gustos, una modestia total. Me hizo acordar a Copelia, la heladería de La Habana. Yo pedí de mango y naranja. Llegamos, nos dimos un bañazo y nos quedamos dormidos. A las 12 de la noche me despertaron las miniaturas de pescado nadando contra la corriente y pugnando por volver al río. Tomé bicarbonato y me dormí hasta hoy a las 10 de la mañana. Después de tomar la leche criticando a dos alemanes gigantescos con relojes de oro fuimos al super de Punta Cajetas a renovar nuestro stock de cerezas, quesos de Colonia y vino para festejar esta noche.

sábado, diciembre 29, 2007

Nota de mi amigo oriental a un post anterior



Querida:
con el corazón tibio por nuestro encuentro, miré recién tu blog, para estirar el asunto. Encuentro una foto. Te cuento que kun mannskap es danés (ejemplo: Jeg har en del erfaring og vil etter noen måneder kunne ta ansvar for båten som skipper☐, Jeg vil ikke være skipper, kun mannskap ...) o sea, aprox: "tengo algo de experiencia y por algunos meses podría tomar la responsabilidad del bote como capitán. Yo no quiero ser capitán, (ser el) kun mannskap)
Aunque no tengo la traducción a un término preciso del español, kun es conocimiento y mannskap la calidad de ser humano; un humano con conocimiento, lo cual no tiene la belleza de la traducción literal.
beso beso
a a

Montevideo


Algo que me da mucha ternura es lo modestos que son en la República Oriental. Todos están tranquilos, nadie jode con la bocina, nadie está apurado. Nadie tiene aspiraciones disparatadas como en Buenos Aires. Las promesas son acotadas y nadie exige más que eso. Mirá este colegio elbiofernandez creado por los masones: una fachada llena de adornos de diseño te promete que te llevan hasta donde tú quieras llegar y ahí nomás, en el segundo piso, se terminó todo. No quieras llegar más alto.

Montevideo



Todo el tiempo estamos solos, en silencio, escuchando música, embutidos en nuestras lecturas y escrituras. A veces lavo cerezas o preparo mate o unos sanguchitos de jamón crudo mientras trabajamos. Hoy terminé el cuarto libro de los cinco que traje para leer. Fui demasiado rápido y ahora no sé qué voy a leer durante todos los días que me faltan. Pensé que cinco me iban a alcanzar pero calculé mal. El error fue pensar que Damas Chinas me iba a durar dos o tres días. Lo leí en una hora porque Bellatin siempre me agarra del pescuezo y me da miedo pero no puedo dejarlo hasta que no se acaba. Ni hacer pis puedo cuando lo estoy leyendo. Siempre que leo varias cosas lo que más me gusta es lo que leo de él. Todo el tiempo vuelvo a la solapa para mirar su foto tratando de empatar su cara con su escritura. Me asusta porque me recuerda una sensación vaga de maltrato en la infancia, de sadismo solapado, de algo espantoso y mudo que no puedo describir.
El de Marai me puso de mal humor: me parece un viejo amargo y solemne con una alta idea de sí mismo, un perverso pudoroso, un reprimido sexual. No me extrañó porque todos esos libros de Salamandra tienen un aspecto de algo rancio y monjil que me rechaza. No sé si es el color té con leche de las tapas (color inmundo que odio, como de consultorio de dentista) o esos montajes antiguos de fotos que les meten, pero siempre me resisto a leer libros de esa colección aunque me los recomienden. Esta vez tengo dos: La Hermana, de Marai, y La Historia del Amor, de Nicole Krauss, a quien no conozco pero le desconfío porque me parece una de esas novelistas profesionales americanas tipo Diane Krall, chicas atléticas y positivas alimentadas a corn flakes desde la infancia.
Amé el de Woody Allen aunque está traducido a ese lenguaje de pollas y neveras como todo lo que se publica para España. Lo amé igual porque adoro lo graciosito y tontuelo que es y me salteo lo de las pollas y las neveras porque ese idioma artificial ya está decodificado dentro de mí y no me molesta.
Y después, el de Tabarovsky, qué querés que te diga.

Montevideo


La rutina es así: dormimos como chanchos, nos despertamos justo para bañarnos y bajar al comedor a tomar un desayuno pantagruélico (included) con huevos revueltos, jamón, quesos y pancitos ricos que nos deja pipón pipón hasta las 4 de la tarde. A veces voy a Disco en el subsuelo de Punta Cajetas a renovar el stock de cerezas, jamón y queso, que son el tentempié de todo el día. Escribimos y leemos toda la tarde pero a veces nos vence la fiaca y dormimos una siesta. Cuando baja el sol salimos a caminar una hora y media o dos por el golf, por la costanera o por la ciudad vieja. Hay un olor delicioso a leña por todas partes, pero al volver también nos encanta el olor artificial del lobby del hotel. Respiramos hondo para llenarnos de ese aire helado y falso y volvemos a sumergirnos en el silencio maravilloso de nuestra habitación. Ayer nos aventuramos caminando hasta el centro por la ciudad vieja. Fuimos al museo Torres García y a la salida fuimos al café Bacacay que yo hubiera querido que se llamara Bakakai, frente al Teatro Solís. Alli tomamos unas Patricias, la cerveija preferida de Emma Peel, y nos encontramos con nuestros amigos uruguayos A. y A. Ellos nos llevaron a una pizzería donde se come fainá superfinita, la faina del borde, la llaman los natives.

viernes, diciembre 28, 2007

Puerto de Montevideo

miércoles, diciembre 26, 2007

Montevideo

26 de diciembre

Creíamos que el viaje duraba tres horas y media pero duró ocho. A las tres estábamos en Buquebus, el paquebote salió con una hora de retraso, el cruce del río duró un poco más que lo previsto, en el puerto tuvimos que esperar a que salieran los autos de la bodega y en el hotel tuvimos que esperar más de una hora a que limpiaran la habitación. Mientras tomábamos un agua en el bar especulábamos sobre qué clase de suciedad habría, que les llevaba tanto tiempo eliminarla. M.4 se inclinaba por un descuartizamiento y confiaba en que pudieran sacar toda la hemoglobina de la bañadera. Yo me imaginaba una orgía navideña, a las mucamas campeando forros y vibradores detrás de las cortinas y arrastrando a los últimos ebrios por las piernas. Cuando por fin tomamos posesión de la habitación y pudimos marcar el territorio, eran las 10 de la noche, pero como acá es una hora más tarde que en el mundo real, eran las 11. Sacamos nuestros cables y conexiones, enchufamos las compus y descubrimos que Wifi no funcionaba. Comimos chocolate con bourbon y nos fuimos a dormir.
Hoy a la mañana miramos por la ventana y vimos que el tiempo estaba espléndido: llovizna, viento y frío invernal; perfecto para las vacaciones que soñamos.
Estamos a dos cuadras de Punta Carretas, lugar histórico que ahora es un chópin con un supermercado en el subsuelo. Fuimos a abastecernos de yerba pal mate, vinos chilenos, camembert y brie de Colonia, pan fresco, cerezas y pelones y volvimos a casita con nuestras provisiones como cuando las ardillas Pi y Olín llenan el hueco del árbol de nueces y avellanas antes del invierno.

Buenos Aires-Montevideo






25 de diciembre

Cruce del Río de la Plata a bordo del Eladia Isabel


Todos los que van a Montevideo en este viaje son argentinos o europeos. Aunque son las 4 de la tarde siguen under the influence del morfi y la resaca de Nochebuena. Se rempujan frente a las ventanillas con su billete de Buquebus en la mano; los argentinos con la clásica cara de culo nacional y los extranjeros despistados porque el lugar está en obra, la señalización es confusa y no saben si deben hacer cola ahí o en la ventanilla de al lado. Nadie los mira, nadie les contesta. Van hasta delante y preguntan en italiano, en alemán, en inglés, y los empleados les hacen gestos vagos con las manos para orientarlos. Cuando vuelven perdieron su lugar en la cola y los argentinos les hacen con el pulgar hacia atrás, que se pongan al final.

Dentro del paquebote los extranjeros acomodan su equipaje bajo el asiento para no invadir el espacio entre los asientos. Los argentinos distribuyen las valijas y las mochilas en los asientos vacíos y en el pasillo tratando de ocupar el mayor espacio posible. Las mujeres con nenes actúan con una impunidad mayor: abren la valija, extraen ropas, pañales, mamaderas, sachets de leche y van armando un pequeño campamento sórdido alrededor de su persona. Los nenes más grandes piden plata, corren al kiosco, vuelven con maníes y papas fritas y se ponen a morfar sin darle al Eladia Isabel ni tiempo para zarpar. Todos en general toman y comen todo el tiempo, aunque todavía están digiriendo (con dificultad) el lechón, el pan dulce y los turrones de maní. Los nenes comen y corren al mismo tiempo y arrojan migas de papas fritas dentro de la valija abierta y sobre la cabeza del hermanito que también toma una mamadera tras otra sin respiro como un chainsmoker de leche. Curiosamente, las madres no parecen irritarse por la violencia aeróbica/gastronómica que las rodea. Miran lánguidamente al nene y le sonríen cuando para no caerse se agarra del pantalón del señor de al lado con las manos engrasadas. Las argentinas leen Para Ti y Vogue en español; los argentinos leen el diario de ayer porque hoy no sale. Después, todos desparraman su revista abierta y su diario deshojado sobre el piso y se duermen con las piernas y la boca abierta. Los extranjeros se conectan el Ipod, cierran los ojos y tratan de entrar en un estado zen que los sustraiga del espectáculo.

Un parlante anuncia que se abrió el free shop. Todas las argentinas nos levantamos del asiento al unísono. Como un predador adaptado para detectar su alimento en la jungla, detecto instantáneamente la botella de bourbon que estoy buscando. Es el combustible que necesitamos para cumplir nuestro plan, que es escribir, leer, caminar por la ciudad al atardecer, volver al hotel, tomar unos bourbons y seguir escribiendo. Examino la etiqueta con ojo clínico. Dice que tiene 1 Liter. Está bien: justo para dos semanas. Cazo también 14.1 Oz. de chocolate negro 85% cacao, alimento esencial para el cerebro del escritor.

Las argentinas ya somos decenas. Unas esculcan los percheros con ropa norteamericana de la temporada anterior y otras se prueban anteojos de sol con el logotipo Dior estampado en letras blancas enormes sobre las patillas negras. Hablan muy fuerte, tratan a los empleados como si la esclavitud no se hubiera abolido en 1813 y ocupan todo el ancho del pasillo con los canastos de plástico, los codos y el culo como si fueran las únicas personas a bordo del Eladia Isabel. Una pareja de novios muy jóvenes discute frente a un espejo si es mejor la boina Kangol que quiere él o el sombrero Versace que quiere ella. Ella dice tarado, éste es mejor, tarado, comprate el Versache y él le contesta hacé lo que quieras, tarada, total la plata es tuya, yo llevo la Kangol azul, tarada.

Tres adolescentes porteños llegan a la caja con una botella de whisky y un cartón de cigarrillos. Hablan jovialmente intercalando la expresión bolúo cada cuatro palabras. Se ríen, se empujan y discuten un largo rato cómo van a pagar, hacen la cuenta de cuántos dólares le corresponde pagar a cada uno, bolúo, sin percibir que detrás de ellos se acumulan quince personas esperando para pagar. Finalmente un petiso con camiseta blanca y bíceps hipertrofiados decorados con muchos tatuajes les grita desde el extremo de la cola: -Che, bolúo, dejate de joder, tómenselá, terminenlá, loco! Los tres pendejos se quedan mudos, uno paga, meten el whisky y los cigarrillos en una bolsa que dice DUTY FREE SHOP BUQUEBUS y se escabullen fuera del alcance del petiso justiciero. Yo vuelvo a mi asiento, que está en el sector A, abajo y al fondo. Al final hay una puerta pesada que da a una cubierta, al aire libre. Tiene un cartel con un signo de prohibido en rojo que dice SOLO TRIPULACION en inglés y en un dialecto del finlandés. Cada quince minutos llega un grupo de argentinos. Van hasta la puerta, forcejean con la manija de acero, la sacuden, la fuerzan, le pegan un empujón con el hombro y salen. Se quedan un rato fumando de cara al viento para que el pelo no se les despeine hacia delante, que es tan incómodo. Después vuelven a entrar forcejeando la puerta en sentido inverso.

domingo, diciembre 23, 2007

Por qué no escribía?


Hace dos semanas que estoy preparando una Navidad más aberrante que todas las anteriores. En realidad la preparo desde el 26 de diciembre del 2006 porque paso el año deseando que lleguen estos días sudados y deprimentes en los que todos se odian, para desplegar toda la alegría navideña que está inscripta en la mitad bávara de mis genes.
Me siento un poco rara porque soy la única persona en el mundo que ama la Navidad, salvo tal vez alguna ama de casa de Minessotta en una serie de TV o un personaje de una novela rosa muy elemental.
No hay nadie que comparta conmigo este placer degenerado? Si hay alguien me gustaría conocerlo, porque en mi casa todos deambulan puteando a Papá Noel y no puedo hablar con nadie de los menúes que planeo, de los papeles divinos que conseguí para envolver los regalos y de las grandes dudas que me quitan el sueño. El mantel blanco de mi abuela o el rojo paraguayo? Velas verdes o velas blancas? Y de postre? Cerezas con hielo o la torta de almendras de El Progreso?
Desde marzo vengo comprando y guardando regalos preciosos para todos y entre ayer y hoy los envolví y les puse tarjetas con los nombres.
Hace quince días empecé a invitar gente. La lista es más espantosa cada año. Será porque nuestros amigos se van deteriorando con el tiempo o porque mi criterio de selección se inclina cada vez más hacia la catástrofe psicológica?

Primero invité a mi ex cuñada, hermana de M.2, que tiene un Alzheimer muy avanzado. Ya no sabe nada: sólo reconoce y quiere a cuatro personas y una de ellas soy yo. También invité a su hijo, una especie de bosquimano solitario que se comunica con voces estentóreas. Iban a pasar Navidad solos en su casa.

Para subir la apuesta M.4 invitó a tres de un saque: su hermana, su amiga más antigua, que no es la más vieja, y su ex- ex mujer (su M.2, vendría a ser). Las tres viven solas y no tienen nadie con quien estar en Nochebuena.

A mí se me ocurrió invitar a Edith Piaf. Edith Piaf es J., mi ex suegra (la madre de M. 3), que tiene 80 años y siempre me cayó muy bien. Con ella vienen su hijo, que es M.3, y su nieto, que es nuestro por todos querido Z.

Hoy M.4 pensó en su amigo E., que también está solo y deprimido. Lo invitó y E. aceptó encantado. Yo invité a mi amiga M.E., que vive sola porque su marido (mi querido amigo R., que tuvo un stroke hace dos años) está internado en un geriátrico.

Nos pusimos a hacer una cuenta para calcular el promedio de edad de nuestros 12 invitados. Da algo así como 60 años. Gracias a Z. no da 70.

A lo largo de estas semanas fui construyendo el menú, no como lo hacen las señoras serias, sino alocadamente, dejándome llevar por fantasías que me asaltan en medio de una lectura o viendo una peli. Fui sumando platos exóticos y hoy caí en la cuenta de que la idea general es una Navidad árabe. Fijate:
1. pollo marinado a la oriental.
2. hummus
3. tapenade (una pasta de aceitunas negras anchoas, aceite de oliga y ajo. Seguramente no es una receta árabe sino francesa, pero tiene una pinta de árabe terrible)
4. berenjenas con miel y especias
5. taboulé (ensalada de trigo burgol con aceite de sésamo, limón, menta y tomates. Reárabe).

Aparte, salmón ahumado con alcaparras y peceto mechado (qué palabra, mechado) con panceta, jamón y perejil.
No sé por qué me vino esa
onda tan Abdullah Bin Abd al-Aziz. Será una conjunción perpendicular de la constelación de Ad-dubb al-asghar (la Osa Menor) con mi signo del zodíaco?

El 25 al mediodía nos las picamos a la República Oriental y hay que dejar todo organizado, el morfi de Alonso, las cuentas que hay que pagar a fin de mes, los services que tienen que venir a arreglar diversas cosas que no funcionan, los llamados que hay que contestar, las valijas que hay que hacer.
Las dos hijas mujeres pasan Nochebuena en casa. Los tres hijos varones la pasan con los padres de sus novias.
La casa está medio desbaratada porque todo quedó sepultado bajo parvas de papeles de regalo y cintas de seda y yo no me ocupé de mantener todo el quilombo doméstico bajo control.
La heladera no enfría. El freezer está lleno a rabiar.
Me levanto muy temprano para ir a hacer compras antes de que la gente se agolpe a los codazos en los negocios y me acuesto muy tarde después de dejar todo limpio y organizado para el día siguiente. Debería estar cansada y de mal humor pero me imagino la cara de alegría de todos cuando abran sus regalos, lo rico que va a estar el morfi, lo buenos que van a estar los turrones españoles, cómo todos van a hablar y se van a sentir acompañados, cómo vamos a mirar los fuegos artificiales desde el balcón, el montón de champagne que me voy a chupetear y todo eso me hace mucha ilusión.
Será que eso me gusta tanto porque mi apá nos hacía unas Navidades muy lindas?
Y algún día también a mí me deprimirá la Navidad?

miércoles, diciembre 19, 2007


26 de diciembre
20:30 hs.
Centro Cultural Pachamama

Presentan:
Santiago Vladimir Llach
y
Pedro el remisero absoluto Mairal.

Entrada libre y gratuita.

martes, diciembre 18, 2007

http://vidavitaleven.blogspot.com/2007/12/boris-prometeo.html

para que vean a Boris Prometeo con su carita de cereza y a su mamá con cara de felicidad.

lunes, diciembre 17, 2007


Mi amiga Angelita y su bebé, hace una semana.

http://vidavitaleven.blogspot.com/


No se pierdan esta historia.

domingo, diciembre 16, 2007

Au secours! Au secours! Robo pantagruélico en el restaurante Rabelais!


Viernes a la noche, tarde. Somos seis. Estamos festejando a nuestra amiga L.H., que cantó maravillosamente esa noche, como siempre pero más que nunca.

El restaurante que nos queda más cerca es Rabelais, en Libertad 1319. No nos gusta mucho porque la comida es pretenciosa y preparada con desgano. A veces vamos porque nos queda cerca de donde estamos, porque está abierto hasta tarde y bué, por ejemplo el strudel de camembert les sale bien.
El camarero nacido en la Provence es uno de esos flacos ulcerosos que te desprecian porque no sos francés y te lo hacen saber. Le pregunto:

-Cómo son las papas a l'ancienne?
-Son como papas a la española pego con panceta -me contesta con cara de suficiencia.
-Y las papas a la española son fritas? -pregunto, porque la verdad que no sé.
-Señoga, todos sabemos como son las papas a la española -me corta el rostro.

Asi que pido el strudel de camembert y unas milanesas de lomo con papas a láncienne, porque me gusta el nombre, aunque no sé cómo se hacen.
Morfamos, tomamos vino y lo pasamos bomba. Son más de las 12. En el restaurante no queda ningún comensal. Se retiran dos cocineros santiagueños y cerca de la puerta esperan los dos únicos personajes que sugieren que estamos en un restaurante francés: dos jóvenes completamente argelinos que deben estar esperando a que el fgancés termine para empomárselo bis a bis.
Llega la cuenta: 400 morlacos. Pagamos en efectivo entre todos, hacemos cuentas cuidadosas y ponemos una buena propina. Nos sentimos culpables porque el francés y el camarero tucumano se están quedando hasta tan tarde por nosotros. Dejamos 480 pesos en la libretita de cuero y nos vamos. Nos quedamos en la calle, frente a la puerta del restaurante, despidiéndonos y decidiendo quién se va con quién. A los cinco minutos aparece el camarero francés con la libretita de cuero en la mano sobreactuando una sorpresa mayúscula:

-Pego ustedes no han dejado el dinego!! Se han ido sin pagag la cuenta!!

Volvemos a entrar. El mozo tucumano espera parado al lado de la mesa con una sonrisa misteriosa, alevosa. Revisamos los manteles, las alfombras, las sillas. La guita no está.
La dueña del restaurante se hace presente. Es como una monjita civil, pálida y huidiza. Le explicamos la situación, le mostramos que ahí mismo dejamos cinco minutos antes 480 pesos. Dice que tiene que consultar con su marido. Lo llama por teléfono. El camagego francés hace aspavientos con los brazos, revuelve los manteles, explica otra vez que no había nada en el sobrecito de cuero y nos reconviene:

-Debiegan haberme entggegado el dinego en la mano!

La dueña vuelve al lugar del crimen. Dice que el marido dice que tenemos que pagar de nuevo. Le explicamos que hasta para el detective más obtuso el caso es clarísimo: si hubiéramos querido irnos sin pagar no nos hubiéramos quedado en la puerta cinco minutos. Y que como la nuestra era la única mesa ocupada, si la guita no hubiera estado los mozos se hubieran dado cuenta enseguida, no cinco minutos más tarde. Ninguna argumentación la convence.
Uno de nosotros pela una tarjeta y dice:

-Terminemos con esta sordidez. Cóbrese otra vez, madame.

Les aviso para que amplíen el catálogo de sospechosos por si en sus fantasías paranoicas había sólo chorritos pobres y morochos.

Las milanesas de lomo venían empanizadas con telgopor molido. El recubrimiento se separaba y se desprendía y dejaba asomar una lonjita triste de carne dura. Las papas a l'ancienne, para el que quiera saberlo, son papas al horno medio frías, medio crudas y con cuatro pedacitos de panceta tostada flotando en aceite.

sábado, diciembre 15, 2007


Al día siguiente fui a La Plata a presentar el libro. El editor organiza una reunión en la que la gente conversa con los autores. El lugar se llama Auditorio Malvinas. Era de noche, había una fuente, no hacía ni frío ni calor, todo estaba calmo, cuando nadie hablaba se podía oír el susurro de las hojas de los tilos.

Igual cada vez que camino por La Plata no puedo sacarme de la cabeza el pensamiento de los tiros y los gritos que sonaron en esas casas y esas calles. Gente que corre, gente que se esconde, gente que sangra, chicos que lloran. Esas son las secuelas que tengo para toda la vida.

Una chica muy linda leyó un cuento del libro con muchísima gracia. Oyéndolo me gustó más que cuando lo escribí. Ahora me parece que está bastante bien.

Morfamos unas empanadas absolutamente extraordinarias. Yo me zampé dos de carne y una de jamón y queso. Hacía varios meses que no comía empanadas.

Después caminamos por la calle. Eran las 11 de la noche y la gente paseaba, los chicos jugaban al fútbol en las plazas. Cuando pasamos frente a la catedral empecé a creer que estábamos en Strasburg. El hotel también parecía de Strasburg y me lo pude creer durante toda la noche. Recién a la mañana siguiente, haciendo una cola de 200 metros en la terminal de órnibo, tuve que aceptar que estábamos en Buenos Aires. Pero qué palabras preciosas: La Plata, Buenos Aires, Argentina, Río de la Plata. A mí me matan esos nombres.

Presentación de mi libro


El libro se llama Secuelas. Por eso había juguetes mutilados.
Lo digo por si nadie lo entendió.
A mí me pareció una idea buenísima hasta que ví que nadie sabía qué hacían esos juguetes ahí.

La presentación del libro estuvo buenísima. El Nacional es precioso: un cubículo pintado de bordeaux con luces que no molestan, tranquilo y limpio, una especie de teatro antiguo en miniatura. Yo llevé un montón de muñecos de cotillón lesionados para que los invitados se los llevaran como souvenir. Les corté patitas y gañotes con un cuchillo caliente. Había gallinas, caballos, conejos, bebitos, aviones, astronautas, todos mutilados. Quise hacer una metáfora pero no se si se entendió. L., el dueño, y Obelix me sirvieron un güiscacho, el que no tomé en casa para no asumir que soy una choborra. Los otros tomaban vino. La música era buenísima, música de viejarros elegantes como yo. Me saludaban amigas y amigos, me pedían que les firmara libros, me abrazaban. Yo me sentía como una novia, como deben sentirse las novias cuando saludan en el atrio. Mis tres hijitos circulaban, lindos y graciosos. Y generosos porque no me odian, aunque deberían porque soy una madre hinchapelotas. Son como un caballito, un bambi y una hormiga atómica. La novia del caballito no estaba porque estaba en el campo. Los novios de las dos nenas estaban. A uno lo conozco y lo quiero mucho, es mi tanito consentido. Al otro lo conocí ese día. Estaba con sus hijos. Eso me gustó, que tuviera hijos y que los llevara a una cosa así. Los dos juntaban muñecos y se los llevaban para curarlos en la casa. Ellos sí entendieron la metáfora. Mi chico lucía elegantísimo y cool como Humphrey Bogart. Me miraba apoyado en la barra y su mirada me hacía sentir segura y tranquila. Desde el escenario veía a gente que quiero. En un sector se agruparon los que nos hicimos amigos en este block. Los miraba y me daba cuenta de que nos queremos mucho. Por suerte había escrito algo para no divagar y no me olvidé de decir que somos como una combinación química imposible, impresentable, inesperada, que sólo puede suceder en el mundo paralelo de los blocks. En la foto estoy agitando la manito como haciendo una admonición. Debo estar diciendo algo trascendente pero no me acuerdo.

miércoles, diciembre 12, 2007


Las siete menos cuarto será demasiado temprano para tomarme un whisky?

Porque estoy tan nerviosa por la presentación del libro que me encantaría tomarme uno antes de salir. Pero es muy de borracha hacer eso, tomar un whisky para tranquilizarme.
Leí que antes de ir a una fiesta Ava Gardner tomaba dos cucharadas de aceite de oliva para poder tomarse todo sin emborracharse demasiado rápido. El aceite impermeabiliza la parte de adentro del estómago, que es donde se absorbe el alcohol.
Si primero me tomo dos cucharadas de aceite de oliva y encima un whisky?

domingo, diciembre 09, 2007

El centro del amor
no siempre coincide
con el centro de la vida.

Ambos centros
se buscan entonces
como dos animales atribulados.
Pero casi nunca se encuentran,
porque la clave de la coincidencia es otra:
nacer juntos.

Nacer juntos,
como debieran nacer y morir
todos los amantes.


Roberto Juarroz

sábado, diciembre 08, 2007

A veces parece

que estamos en el centro de la fiesta.

Sin embargo

en el centro de la fiesta no hay nadie

En el centro de la fiesta está el vacío

Pero en el centro del vacío hay otra fiesta.




Roberto Juarroz

De DUODECIMA POESIA VERTICAL

Un jueves


El jueves hubo nuevo encuentro de VSLT. El lugar era la casa del amigo con rulos. Alguien pidió empanadas, alguien llevó vino, alguien llevó flores pra fumar. Yo no llevé nada pero prometí tortillas sin chorizo para Obelix y con chorizo para su hermano en el próximo encuentro. Esta vez había varios nuevos:


1. ab, la cordobesita que es divina y tiene acento y todo
2. P., un escritor que lee graciosísimamente. Me parecia muy serio hasta que lo ví medio trincándose a dos personas de algún sexo contra una pared
3. El hermano chico de Obelix, que es más grande
4. Un amigo de alguien que me preguntaba si alguno de los chicos era gay. Yo no sabía bien. Le dije que averiguara.
5. El novio de Eleonora. Se churrasqueaban a lo bestia los dos en el balcón ese vertiginoso del amigo con rulos.

Y faltó uno fundamental:

1. Tête de Porongue, al que le había llevado fotocopias de un libro donde se explica en detalle cómo se fabrica el color momia.

No me acuerdo de mucho más. Ah, sí: A. olisqueando como un sabueso rastros de polvo sobre la mesa, risas en la oscuridad de tres en una cama (vestidos, boludeando), alfajores riquísimos de la cordobesa, un encuentro triste y final en la cocina.
Después la vuelta en un auto paquete manejado por Tommy Barban y sus nuevos abdominales trabajados. Nos repartió como un caballerete casa por casa. No sabía muy bien dónde tirar al pequeño Obelix que creía que la noche estaba en pañales.

viernes, diciembre 07, 2007

jueves, diciembre 06, 2007

miércoles, diciembre 05, 2007

martes, diciembre 04, 2007

lunes, diciembre 03, 2007

domingo, diciembre 02, 2007


Mi hija B2 es una de esas chicas lindas a las que los hombres les regalan peluches.
Vieron en el cine? Siempre hay una linda que va a un parque de diversiones con un tipo y el tipo tira al blanco y gana un oso panda de dos metros de alto y se lo regala a ella. Vuelven a la casa (ella acarrea el puto oso) y se dan un beso en la puerta. En general esas historias de amor del cine terminan mal. Debe ser por el efecto peluche, algo muy difícil de sobrellevar.
Por suerte ahora los hombres enamorados les regalan muñecos de globo a las chicas. Son más portables, más livianos y tienen una vida infinitamente más breve, lo que los hace menos patéticos si la historia de amor se acaba (Dios no lo permita). En cambio el oso panda de dos metros sobrevive a todo y es un recordatorio permanente de lo que iba a ser y no fue.
A B.2 le tocó una Pantera Rosa. Llegó a casa alborozada con ella. Lo que más le gustaba era que tenía "un ojito un poco desviado", pero en realidad era completamente estrábica. Como tenía un día típico (desde casa tenía que irse a un ensayo, después a comprar algo, después a la depiladora, después a ver a una amiga, después a cambiar un regalo, después a visitar a su papá y después a la función), dejó a La Pantera en casa, sentada sobre una canasta. Yo cerré el cuarto para no verla porque el arte de la globología en general me recuerda que el fin de la humanidad está muy cercano, pero igual, por pura perversión, todos los días abría la puerta y la miraba.

Al día siguiente tenía algunos miembros desinflados y al tercer día se le había dado vuelta la cara y tenía el hocico encima de los ojos. Al cuarto día se le salió una tripa, una especie de intestino globológico que cayó al suelo al lado de la canasta. Ya sin ese órgano su deterioro se aceleró, perdió otros miembros y se fue achicando. Ayer B.2 la vió y se puso muy triste. La quiso llevar a su casa pero le pedí que la dejara. Le prometí darle cuidados paliativos y le aseguré que no iba a dejar que sufriera. Mientras tanto voy documentando el proceso para ustedes, para que tomen conciencia de lo corta que es la vida.

viernes, noviembre 30, 2007

Digan si no


Soy daltónica incompleta. Quiere decir que mis genes llevan la información del daltonismo y puedo transmitírselo a mis hijos varones. Las mujeres sólo pueden tener daltonismo incompleto. Por eso no confundo todos los colores. Sólo veo raro algunos. Hay ciertos grises, beiges y verdes que se me confunden. Tengo una campera gris que todos dicen que es verde. No sé por qué eso produce mucha hilaridad en la gente. No entienden que el que ve el color distinto a como lo ven los otros lo cree de verdad y no le gusta que le digan que está equivocado y que encima les cause gracia. Hay gente que mata por eso. Un paciente que conocí en el Borda había matado a un tipo porque no le creía que era San Martín.
En mi familia materna hay muchos hombres daltónicos. Para manejar tienen que aprender la ubicación de las tres luces del semáforo para saber si está en verde o en rojo. A mí me parece que estas sandalias son verdes y todos se ríen y me dicen que son doradas. Ya sé que no son verdes verdes, pero igual son verdes. Hoy me las hicieron comparar con una hoja de espinaca y claro, eran muy diferentes. Al aceite de oliva se parece más porque los dos son cálidos. Estas confunden un poco porque son metalizadas, pero a pesar de eso se ve claramente que son verdes.
El que descubrió el daltonismo fue John Dalton (creo que se llamaba John). Estaba obsesionado por conocer la causa de su defecto y tenía mil hipótesis descabelladas. Le encargó a su ayudante que cuando él se muriera le sacara los ojos, los abriera y los estudiara. El ayudante lo hizo pero no vió nada raro.

Todo tiene su explicación

.
También qué querés; en una hora de Outlook entran 80 spams con estos asuntos: you can experience multiple orgasms you wont need to furtively put socks into your trucks anyomore hard erections on demand huge holiday discounts for penis enlargement caresing an erection blood flow to penis greater penis size in a new year is a reality enlarge your dick for lower price this holiday season make your penis bigger by christmas holidays te gusta el sexo growth up to 4 inches in lenght is now real turn your small knob into a huge meat stick two lesbians enjoying one dick increase your sperm volume drive she crazy with your huge stick. Claro que no los abro. Los borro de a decenas sin mirarlos pero las palabras saltan subliminalmente a mis ojos y entre mis ojos y mi celebro se transforman en imágenes y las imágenes se quedan merodeando por el inconsciente y después sueño esas cosas. Uno no es de fierro.
Cuánto es 4 inches?

sábado, noviembre 24, 2007

Chatanooga Vibrator is back. Y me visita en sueños


El viernes soñé esto: entraba a una boutique para ver unas bombachas y unos soutiens divinos que estaban en la vidriera. Me parece que era como la tienda de Susila Tantrik pero gigantesca y maravillosa y que todo ocurría en San Pablo porque la vendedora era una chica brasileña resofisticada, había mucho ar condicionado y flotaba un olor de pitanga.
Había las chabombas más divinas exhibidas de una manera que no te podías resistir. Me acuerdo de unas medio grisecitas cortadas en una sola pieza sin costuras, del material más suave del mundo. Y había miles de soutiens de las formas y los colores más inocentes y más retorcidos. Al fin elegía una bombacha y la llevaba al mostrador para pagarla. La chica brasileña la pasaba por el lector de código y me decía:

-Ah, pero ésta viene con una promoción -y sacaba de abajo una caja preciosa, la abría y me mostraba un vibrador.


-Lo vas a llevar? Viene con dos pilas -decía lánguidamente, como si hablara de cualquier otra cosa y probaba el interruptor haciéndolo vibrar.


Yo no podía dejar de pensar "merde, qué moderna es esta pendeja!" y me apuraba a decir que sí, que me la diera con la promoción, pero trataba de mantener una expresión de indiferencia. Me agarraba avidez, pensaba que ella pensaba que no me interesaba el coso, pero me daba vergüenza porque otras mujeres esperaban frente al mostrador y lo miraban (haciéndose las distraídas pero lo miraban).
Todo ahí era raro, cool, como esos relojes brasileños de diseño que parecen curitas, arandelas, cualquier cosa que no relojes. También el vibrator tenía un diseño rarísimo: era como una manija de maleta (digo maleta porque manija de valija suena mal) y tenía un color rosa, pero rosa carne, desvaído, y en cada extremo -los dos se enfrentaban- tenía una especie de sombrero de hongo de un color rosa más fuerte, como dos glandecitos que se miraran a los ojos desde una distancia mínima. Era increíblemente delicado y bonito y estaba hecho en una especie de plástico suave como entalcado. Yo olía el olor del talco y pensaba "qué perversos estos brasileños, les ponen talquito de bebé a los vibradores!" y me intrigaba porque no entendía qué utilidad se le podía dar a esas dos puntas enfrentadas. Lo que quería era llevármelo rápido para examinarlo en casa. La bombachita ya no me interesaba.

jueves, noviembre 22, 2007

Cómo tira onda un/a aleman/a


Ahora que en cualquier calle de Buenos Aires te tropezás con una alemana mórbida amoratada por el agujero de ozono y aterrorizada de que la agarre un cartonero, te doy las claves para que sepas si está con vos. También se aplica a un alemán de esos que tienen que andar plegados para caber a lo alto en el subte y tienen pelitos dorados en las patas.
En general te va a pasar que te las vas a tener que ver con un par porque siempre andan de a dos: alemán/alemán o alemana/alemana. Fijate primero en uno/a y después en el otro/a, pero fijate con atención, porque esto que te digo salió en el libro de alemán que acabamos de terminar este año, en el capítulo LIEBE (AMOR) , así que es la posta.
Se trata de las señales que emiten los/as alemanes/as cuando están enamorados/as. Traduzco (aproximadamente) para los que no tienen la fortuna de acceder a este material tan práctico:

a. Ella levanta alto las cejas.
b. Ella inclina la cabeza hacia un lado.
c. Ella mira hacia abajo.
d. Él menea los hombros.
e. Él se estira.
f. Él agita las caderas.
g. Él se tira de la corbata.

Entonces, si en la cola del cine, en el 152 o en un kiosco alguien te sorprende haciendo frenéticamente estos rituales de apareamiento, no lo dudes: es un alemán/a que te quiere machetear. Metele sin miedo.

miércoles, noviembre 21, 2007

Oigan, chotis,

ya sé que hace tiempo que no cuelgo nada. Y que los últimos posts fueron bastante garchos. Pero me pasó de todo, todo mal:

1. Asaltaron a mi bebita B.3 con fierros y la desvalijaron y desde ayer estamos tratando de recomponer su identidad, con todo el tiempo, el esfuerzo y la tristeza que eso implica.

2. Mi amá tuvo una infección en el ojo y eso quintuplicó su poder de hinchapelotismo durante una semana.

3. Mi corazón se puso más arrítmico y tuve que hacerme estudios horribles.

4. Me pidieron que atendiera a dos nuevos pacientes muy graves esta semana y no supe decir que no. Trabajé un sábado y un domingo, trabajé hasta muy tarde y aunque todo salió más que bien me quedé muy triste porque es triste ver a la gente cuando está grave, las unidades de terapia intensiva, el olor, el miedo y todo eso. Después todo sale bien y uno es gardel, pero mientras tanto las noches de insomnio recapitulando síntomas y tratamientos te licúan el celebro.

5. Mi ex cuñada, hermana de M.2, que tiene Alzheimer, está muy mal y todos los días hablo con su hijo al que conozco desde chico. Es esquizofrénico y es una ternura y se ocupa de ella con un amor de oso carolina. Todo eso me pone espantosamente triste un poco por ella, mucho por él y terriblemente por la humanidad en general.

6. Dí hoy la última prueba de alemán (como el orto).

7. Tomé exámenes todo el sábado a la tarde.

8. Corregí y califiqué cuatro monografías casi todo el domingo y hoy les expliqué a los cuatro alumnos el porqué detallado de cada nota.

9. Ahora son las 12 y media. Estoy cuidando a Z., el hijito póstumo (quiero decir, el que tuvo después de mí) de mi marido 3 (M.3), que se queda en casa a dormir mientras su hermana (B.3), fue a un cumpleaños.
Z. juega a uno de esos juegos garchos de asesinos en la compu y trato de convencerlo de que se vaya a la camuchi, le llevo juguito de naranja, le prometo que mañana a las 7 va a tener pan caliente recién hecho para el desayuno, pero está destruyendo a teclazos a un monstruo cubierto de verrugas verdes y no me escucha. Hasta qué hora debo dejarlo jugar sin imponer mi autoridad de falsa abuela y mandarlo a la cama sin más? Es chiquito, un ratoncito flaco,
se hace el machito pero tiene miedo a la oscuridad. Le prometo que me quedo escribiendo en el cuarto de al lado y que dejo las luces prendidas toda la noche. Me sonríe con su carita muy pálida y es raro: sólo el 50% de su dotación genética puede coincidir por azar con la de su hermana, mi hija, y te aseguro que no tiene ni un cromosoma mío, pero es como si el 100% de sus genes fueran míos, como si yo fuera su abuela, madre de su padre y de su madre. Estoy loca? Es una alucinación? Una construcción? Un constructo? Una interpelación?

10. Aparecieron los jazmines. Largan un olor que me entristece mucho y me alegra mucho al mismo tiempo. Mi chico me trae manojos y los embuto en fuentes y los olisqueo y me acuerdo de las navidades, de los veranos, de mi papá que amaba los jazmines.

jueves, noviembre 15, 2007

Asesoramiento laboral


Tenés un problema en tu trabajo.
Vas al ministerio de trabajo a pedir asesoramiento. No te lo pueden dar en ese momento porque hay que pedir turno.
Tampoco te pueden dar el turno en ese momento ni por teléfono. Tenés que ir personalmente entre las 10 y las 12. Para eso tenés que irte a la mañana de tu trabajo, lo que seguramente va a agravar el problema por el que fuiste a pedir asesoramiento.
Cuando te vas te dan este papelito infecto.
Es una Tomada de pelo?

domingo, noviembre 11, 2007

p.m.


My funny Ballantines.

a.m.


A que no sabés a quién le copió el estampado?

Beatitud




Desde hoy el 11 del 11 será el día de Ceferino. Hasta ahora era el día de San Martín de Tours pero seguramente no habrá problemas de cartel entre ellos porque Ceferino recién llegó a beato en el escalafón y San Martín tiene muchísimos años trabajando de santo. La ceremonia estuvo buenísima aunque el escenario, montado en medio de las tierras que Roca le birló a la familia Namuncurá, vibraba con el viento espantoso de la Patagonia. El obispo italiano miraba a la multitud desde la altura de sus dos metros y la oscuridad de sus anteojos de mafioso sin perder en ningún momento la elegancia de sus pashminas y sus mantones Hugo Boss. La multitud escuchó con devoción los sermones con las consignas de siempre (callar y acatar, perdonar y olvidar, esperar con confianza la justicia divina aunque nunca llegue). De los cánticos mapuches no puedo decirte nada porque sólo los entienden los mapuches y algunos antropólogos especializados, pero quiero pensar que instan a no perdonar a los blancos que les saquearon sus bienes, su dignidad y su cultura y a recuperarlas acá y no en el más allá. Alrededor del escenario se extendía la pobreza infinita de la Patagonia. Al beato Ceferino le falta un solo milagro para ser ascendido a santo. Mirá qué bueno si lo hace acá en vez de hacerlo en Roma.

sábado, noviembre 10, 2007

Es que no puedo dormir.

Cómo es besar como se debe?



Cuando el sol se pone, durante un rato las gotas que la lluvia dejó pegadas en el vidrio parecen planetitas dorados.


A veces cuando llueve y al atardecer deja de llover todo se pone amarillo y da un poco de cuicui.
Todos miran el cielo, señalan hacia el norte y hacia el este y dicen


-Uy, mirá ese pedazo de cielo violeta!

-Qué bestia esa nube negra que pasa por allá!

-Mmmmm... qué luz rara!


La planta de orquídeas no se entera de nada. Reina como una reina de día y de noche y es ella misma siempre aunque le llueva encima, aunque el sol salga y se ponga como un tonto todos los días y aunque el viento la sople como un loco tratando de hacerle perder la calma.

miércoles, noviembre 07, 2007


Chuchis del block,


Mi libro va a salir en la última semana de noviembre o en la primera de diciembre. Con el editor estamos buscando un lugar donde presentarlo. Hay algunos posibles pero a mí no me convencen mucho. Ustedes conocen y tienen acceso a alguno que sea lindo, ni muy grande ni muy chico, donde haya escenario y equipo de sonido para hacer la presentación? Y que no cobre nada o que cobre poco y donde se pueda servir un vino o esas cosas que se sirven en las presentaciones?

Cuando se sepa el lugar y la fecha subo la invitaçao para que vayan todos!!!

lunes, noviembre 05, 2007



Ayer al mediodía, después de comer dos zapallitos y media planta de lechuga, Alonso se evaporó. Primero lo busqué en los balcones de abajo (imagen temida: verlo estampado como un felpudo verde en medio de los malvones de mis vecinos), después debajo de los muebles, dentro del WC, debajo de los almohadones y detrás del lavarropas. Me fui a dormir medio preocupada porque no se lo veía en ninguno de los lugares que suele frecuentar.

Esta mañana, en pleno proceso de guardar la ropa de invierno y sacar la de verano, abrí el placard y pegué un grito espeluznante: estaba ahí, agazapado detrás de las perchas, clavándome su mirada maligna. Es inútil tratar de extraerlo porque se resistiría, desgarraría con sus uñas filosas como bisturíes mi saquito de seda que ya cumplió 30 años y me dejaría los brazos hechos flecos. Sólo espero que a la hora de cagar, que le llega con una puntualidad envidiable, haya decidido salir a tomar aire.

domingo, noviembre 04, 2007

Hace 24 años?

Un día antes de internarme en ese sanatorio de la avenida Córdoba que poco después fue abandonado y desguazado, fuimos con panza y todo al Bar Einstein a ver a Omar Chabán. Fue un espectáculo grandioso: Omar reventaba paquetes de tallarines secos contra las paredes y decía textos extraordinarios. No me acuerdo de nada, pero sé que era genial, que me reía mucho y que 12 horas después fuí como una dócil corderita al quirófano a que me extrayeran mi bebita horizontal.

Mañana cumple años mi bebita tierna


Mañana a las 15.20 nació mi última bebita hace 24 años. Estoy esperando que sean las 12 para golpear su puerta y abrazarla sin decirle nada porque no es necesario.
Hoy me acordaba de su nacimiento. Fue por cesárea porque nunca se puso patas para arriba como deben hacer todos los nenes. Ella se quedó a mitad de camino ensartada horizontalmente con la cabeza cabeceando mi hígado y las patitas pataleando intermitentemente mi estómago durante nueve meses. Ese era uno de los días finales de la dictadura en la que habían caído muchos amigos nuestros. Jorge, mi obstetra, y yo pensábamos igual y nos cargaban las dos enfermeras que habían votado a Alfonsín y estaban eufóricas. Nosotros eufóricos no, porque los radicales no nos gustaban, pero nos reíamos durante la cesárea bromeando con las enfermeras porque como ellas estábamos felices porque era verdad que la dictadura se había terminado. No teníamos más miedo, pensábamos que los amigos desaparecidos iban a reaparecer en una granja en el sur y mi bebita aparecía en un mundo distinto, como si hubiera amanecido después de una noche densa que había durado siete años. Cuando Jorge la sacó de adentro de mi panza ella nos miró a todos con severidad, como un extraterrestre que llegara de otro mundo y pudiera ver en medio segundo todo lo espantoso que era el nuestro. No lloró y cuando la enfermera quiso pegarle en laplanta de los pies para que llorara, Jorge le dijo que no. "No necesita llorar, dejala tranquila. Está respirando bien y sólo necesita estar con su mamá". Me la puso sobre el pecho y yo me presenté y la saludé con respeto porque aunque era una persona pequeñita era muy seria y entendía todo. Su papá y yo le hablamos, le acariciamos el lomito que todavía estaba húmedo y le dijimos que la estábamos esperando y que la queríamos mucho.

jueves, noviembre 01, 2007

Che, gorda, cuchá!


Una de las cosas buenas de la Argentina es que todavía está permitido ser políticamente incorrecto. Mi homenaje a esa tara nacional tan simpática es el label INCORRECCIONES POLITICAS que alimento con bastante frecuencia.

Así como desde la ley 1799 los fumadores se transformaron de la noche a la mañana en unos sucios antisociales, en cualquier momento estará prohibido decirles gordos a los gordos y pelados a los pelados, como sucede en los países civilizados de los que nos vamos copiando el Halloween y otras costumbres. Mirá sino: hace unos años, en Nueva York, estaba con un amigo escuchando una conferencia y yo le pregunté por un tipo interesante al que quería conocer. Mi amigo señaló con la cabeza hacia un costado del público y me dijo: "es el de camisa a rayitas". De camisa a rayitas ví tres hombres: uno negro y dos blancos. Le pregunté: "Cuál es? El negro o uno de los blancos?". Mi amigo me dijo en un susurro: "el negro, pero no lo digas, que queda muy mal".
Qué locura, los gringos, hacerse los que no perciben la diferencia entre un negro y un blanco, pero sí entre una camisa lisa y una a rayitas! Después mi amigo me explicó que entre la gente progresista queda mal diferenciar a un negro de un blanco o de un chino, o llamarle gordo a un gordo y hasta está mal visto diferenciar a un hombre de una mujer. Por eso omiten el género y les llaman "personas" tanto a los hombres como a las mujeres.
Mamita, qué enfermos que son!
Yo no podría vivir en un país tan civilizado. No me gusta hacerme la que no veo cuando estoy con un rengo o una persona a la que le falta una oreja. Les pregunto (porque me interesa sinceramente) "señor, cómo fue que perdió la oreja?" o "señor, por qué está rengo?" y nadie se ofende, para nada.
Tengo un amigo al que le falta un brazo (no es Scioli). Nunca nadie le pregunta qué le pasó. Todos se hacen los que no ven que es manco, y eso lo hace sentir más manco todavía. En cambio, le encanta que yo le apriete el muñón porque eso le produce como unas descargas eléctricas muy agradables en la mano fantasma, la que ya no tiene.
Cuando uno es diferente no le gusta que todos actúen como si fuera igual a los demás, porque eso es ostensiblemente un engaño. Es como si todos se pusieran de acuerdo para hacerse los boludos y así dejaran afuera al que circunstancial o definitivamente no es como la mayoría.

En Ghana, donde todos son negros, después de unos días los blancos nos sentimos defectuosos y raros, sobre todo si somos rubios. Ahí uno toma conciencia de que la escasez de pigmento es una mutación errónea que prevaleció por azar en el planeta. Si vas caminando por una zona no turística la gente te mira, se aparta un poco y las adolescentes se codean y se ríen cuando se cruzan con vos. Un día le pregunté a un hombre por una calle y mientras me contestaba sonreía con una gracia increíble, reprimiendo la risa, y
con la punta de los dedos me sacaba de la cara el pelo que se me movía por el viento. Cuando se lo conté a una amiga ghanesa, me dijo que seguramente ese hombre no había estado nunca ante una persona blanca y que le parecía muy gracioso que mi pelo se moviera, porque el pelo de los negros no se mueve como el pelo lacio de los blancos. Debo haberle parecido una venusina. Todavía debe estar contando que tocó un material horrible que una señora descolorida tenía en vez de pelo y que se le movía con la brisa.
No sé si dije lo que quería decir: que todos somos raros para alguien y que mirar para otro lado cuando alguien no es como uno es privarlo de la oportunidad de hablar de lo que le pasa o de como es y termina aislándolo más en su rareza.

miércoles, octubre 31, 2007

En exclusiva, el menú de los martes de la Triple A.
Los otros días no sé qué hay, pero la mila con lechuga machucada es imperdible.
El sindicato de la Triple A ofrece entretenimientos gratuitos para sus afiliados. Uno puede comerse un sánguche húmedo de paty con queso mientras juega al backgammon. Qué me dichirichi?
La útima vez, en la puerta de entrada encontramos este cartel. Divino Vivas acababa de entrar a la inmortalidad en algún lugar del Uruguay. ¿Quién fue Divino Vivas? Alguien lo conoce? ¿No es conmovedor que en la AAA lo tengan en cuenta y lo recuerden así? ¿Quién sabe cuánto tiempo pasó en esta sala de espera repasando un guión de mala muerte mientras hacía cola para cobrar un bolo?

La Triple A


A veces acompaño a B.2 a cobrar a la Asociación Argentina de Actores. Me pide que vaya con ella cuando tiene que cobrar mucha plata (que en este caso es cualquier cifra más allá de los 500 pesos). Yo acepto para que se sienta segura y porque me fascina esa inmersión en el mundo de los ex actores nacionales. Haciendo un paneo sobre las sillas de las salas de espera y sobre los parroquianos del bar se puede tener la experiencia timburtonesca de ver a los protagonistas de la revista Radiolandia (entre 1945 y 1960) como si en realidad siguieran vivos, aunque en realidad han muerto hace varias décadas. Los extras desdentados esperan con infinita paciencia para cobrar su óbolo de 50 pesos tratando de hacerse simpáticos a seres aparentemente más afortunados que cobran 80 por una noche de grabación a la intemperie. Con suerte se puede divisar a un actor que fue conocido y que hoy arrastra una pierna o lleva un peluquín apolillado encima de la cabeza. Uno piensa "¿Éste era Ante Garmaz o Jorge Barreiro?"," Ésta era Erika Wallner o Claudia Lapacó?", pero nunca le atina a una respuesta definitiva porque después de cierto punto de deterioro y de determinada cantidad de cirugías todos se parecen a todos.
La AAA es un edificio precioso habitado por fantasmas de actrices, de bailarines y de actores dramáticos y cómicos que tienen en común el desencanto y la resistencia a resignarse a la declinación final. Pasan horas esperando para cobrar sus honorarios y matan el tiempo comiéndose un sánguche de mala calidad en el tristísimo bar del primer piso. Ahí vamos con B.2 a almorzar y contemplamos con fruición a los que llamamos Cadáveres Exquisitos.