Lo que te parece desechable, insignificante, inservible, para otro puede ser un tesoro. Nunca desprecies nada, ni siquiera una pelusa del ombligo: todo tiene valor para alguien.
La uña que te cortaste, voló por el aire y no pudiste encontrar encima de la mesa ni debajo del sillón puede ser algo tan fantástico como ganarse la grande de Navidad, el loto y el quini 6 todo junto de un saque. Sólo hay que encontrar al interesado, y eso depende del azar.
-Iupi! Me salvé para toda la vida! dijo la hormiga que encontró mi medialuna de uña del dedo gordo detrás de la cortina.
Se le hacía agua la boca pensando en el banquete de queratina y células epiteliales córneas que se iba a dar en cuanto llegara a su cueva.
Tironeaba con todas sus fuerzas y pensaba que bien valía el esfuerzo, porque no todos los días uno encuentra algo precioso y en buen estado tirado por ahí. Hasta que apareció la muerta de hambre de su prima relamiéndose y frotándose las manitos.
-Te ayudo?
9 comentarios:
¿Dónde estaban esas hormigas golosas esta mañana cuando se me volcaron los diez glóbulos en el piso de la ducha?
qué genial
hip
muy bien! cuando la comida se caía al piso mi mamaá decía "todo es vitamina".
Aunque no sean gastronòmicos, me encantan estos últimos posteos.
Mr.W.
es que son totalmente gastronómicos!
uno es de comer glóbulos rojos y el otro uña. O no?
oh, sí.
Mr.W.
Qué lindo leerte acá nuevamente.
yumi yumi :D
un placer cada vez que te leo... decime; ese día yo cocine semejante banquete, para esas glotonas??
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