Hoy a la mañana la noticia de la muerte de Miguel Brascó estaba en la primera línea de La nación. A la tarde temprano la empardó Carmen Argibay y Brascó pasó al fondo de la página. Sus notas necrológicas pasaron a la velocidad de un cuete espacial, de la primera plana a la mescolanza de crímenes irresueltos, negocios turbios y declaraciones de impresentables. Qué bronca le hubiera dado de haber estado vivo. Por lo menos que te den un rato para ser el muerto del día.
Lo primero que hago a la mañana es leer las necrológicas de La Nación. Siempre lo hice cuando el diario era de papel y ahora no podría empezar el día sin hacerlo. Igual para los dos fiambres de hoy no era necesario ir a la sección Fúnebres.
Bueno, cuando me muera, si soy famosa, quisiera durar por lo menos un día completo en la primera plana. Al día siguiente que se muera el que quiera, pero que no me eclipsen mi momento de gloria.
5 comentarios:
Veo que tenemos los mismos hábitos, querida MM
Pasé para ver si estabas escribiendo. Tuve nostalgia de aquel tiempo tan divertido.
Muchos cariños
Qué bueno volver a leerte, MM!!! De casualidad volví a tipear el nombre del blog y me encontré con esta hermosa sorpresa. Abrazo!
Z.-
hola ememe, hola tete
también yo tuve nostalgias
hipólita
Ememe, Hipo, Tete,
yo también con la nostalgia.
Eleonora.
no se porque tengo una antena que me dice que volviste a escribir (nos)
Hoy lei tu nota en Radar (la de MadMen) y ayer me acorde x otra cosa de vos, y el finde vi pandemia en mi biblioteca, y para no conocerte te diria que sé bastante de ti jajaja
Me alegro q vuelvas!
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