domingo, octubre 14, 2007

Un sueño alemán


La profesora de alemán de este cuatrimestre se ha propuesto que aprendamos alemán. Nos inyecta gramática tres horas por semana por vía parenteral y después nos manda a casa con lecturas, ejercicios y deberes que le tenemos que mandar por mail con tiempo suficiente para que los corrija, nos los reenvíe, los imprimamos y le comentemos la corrección en la clase siguiente.

Yo no tenía el plan de saber taaaaaanto alemán. Empecé con la intención de llegar a entenderlo y ya lo entiendo bastante. No pienso escribirlo ni hablarlo porque me conformo con escribir masomeno en castellano y si hablando no puedo expresarme correctamente en ningún idioma, imaginate en alemán.
Tampoco supe nunca gramática española porque falté al colegio cuando enseñaron lo del sujeto y el predicado y ahí me perdí para siempre. Imaginate con el dativo, el genitivo y las declinaciones que cada vez más me parecen firuletes caprichosos al final de las palabras. No es que no entienda las reglas, pero me rebotan en la materia gris como pelotas de ping pong; de repente las sé de memoria y dos minutos después donde estaba una de ellas hay sólo un espacio en blanco. Las normas, las reglas y las tablas se me van evaporando del cerebro instantáneamente como gotas de agua que caen en una superficie al rojo vivo. Durante la clase me quedo atrapalhada en una palabra que me gusta, me imagino la etimología, me parece recordarla de habérsela oído a mi papá, o a Klaus Kinski en alguna peli, o a Marlene Dietrich, la despedazo mentalmente para ver cómo está armada, o me pongo a pensar cómo fue que un alemán primitivo la dijo por primera vez y por qué fue que los otros alemanes la repitieron y la adoptaron como la palabra exacta que indica una cosa precisa. Estarían en una canoa cuando alguien la pronunció por primera vez? En medio de una tormenta? O en una iglesia? Porque hay palabras raras y poéticas, te digo, que parecen inventadas por Kaspar Hauser. Yo estaría feliz si me permitieran saber sólo palabras, no estructuras.
Veo que la profesora nueva me mira con irritación creciente cada vez que me pregunta algo y no sé por dónde iban. Se ve que es una persona seria, con verdadera vocación didáctica, y mi existencia la exaspera. No puede aceptar que después de cuatro años no sepa todavía la gramática elemental. Como creo que tiene razón, me propuse enmendarme y ponerme a estudiar para las pruebas que nos toma casi todas las semanas. En estos ultimos dias se me puso dificil porque estoy teniendo un poco de fiebre todas las tardes y a la noche, cuando podría ponerme a estudiar, estoy muy cansada. Hojeo un poco los libros, miro la tabla de la declinación de los adjetivos y me quedo dormida. Con la fiebre tengo sueños increíbles. No son pesadillas, sino situaciones muy complejas, de larguísima duración, que empiezan en cuanto me duermo y se suspenden cuando me despierto. A la noche me levanto una o dos veces para hacer pis (por mi hipertrofia de próstata) y sigo soñando mientras estoy levantada. Si en el baño prendo la luz, la acción del sueño se diluye un poco pero en cuanto vuelvo a la oscuridad se reanuda como si volviera a apretar Play después de Pause.
El sueño de anoche:
Estoy en una casa que es la casa de Vivi Tellas. Tengo que hacer una prueba de alemán porque falté a la última clase. Vivi es la encargada de explicarme el test, pero en la casa hay una fiesta y ella está muy ocupada. Me hace esperar en el cuarto de un chico. Entra a cada rato y va poniendo sobre una de las camas los abrigos de los invitados. Hay una gran pila de sobretodos y tapados. Debe ser invierno. La otra cama está deshecha y hay un vaso de vascolet derramado sobre las sábanas. Pienso "es Vascolet", no "es Nesquik"como pensaría en la vida real.
Vivi extiende sobre una mesita infantil una especie de diario gigante de muchas páginas, completamente cubiertas de comics impresos en un tamaño ínfimo. Con paciencia, y simpática como es, me explica la consigna: tengo que detectar en las figuras cuál tiene relación con el contrabando de órganos. Me quedo mirando un rato largo mientras ella va y viene agregando tapados a la pila. Se acerca a ayudarme porque ve que no encuentro ninguna figura y me señala un cuadrito: es un señor que está cepillando un caballo. Le digo:

- Pero eso no tiene ninguna relación con el contrabando de órganos.

- Claro que sí -me dice ella -el hombre está acicalando al caballo para que parezca más saludable porque quiere venderlo para que que le saquen los órganos.

Abatida, sigo buscando en los cuadritos otras ilustraciones pero no encuentro ninguna. Pienso que me va a ir muy mal también en esta prueba.
Entra otra vez Vivi, se agacha y saca del fondo de un ropero una bota de goma larguísima.

-Mi hijo trabaja en Pepe Cantero, así que estamos salvadas -dice para alegrarme, y me obliga a pararme para probármela.

La bota es como esas de los pescadores, que llegan a la ingle, pero es azul y tiene un taco altísimo medio deforme, con detalles de metal. Para ponérmela me tengo que sentar en el piso. Vivi me obliga a pararme en una pata frente a espejo. Me levanto la pollera para ver hasta dónde llega la bota. Vivi me dice que me queda muy bien porque tengo piernas largas. Saca la otra del fondo del mueble y me la da. Yo me quedo sentada así frente a la mesita, con un zapato normal y la bota de goma, que es incómoda, fría y húmeda. Doy vuelta las páginas: son muchísimas, llenas de indicaciones intrincadas, tablas para completar y textos en tipografía gótica para interpretar. Trato de concentrarme en un ejercicio; pienso que tengo que tratar de resolver por lo menos uno antes de que se termine el tiempo. En la habitación de al lado sigue la fiesta. Se oye música fuerte, voces y risas y digo en voz muy baja dos veces:

-De esta tristeza sí que nunca me voy a recuperar.

Pero no lo digo pensando en la prueba sino en la situación de estar en el cuarto de los tapados mientras al lado hay una fiesta. Se abre la puerta y entran invitados que me saludan y revuelven la pila de abrigos buscando los suyos. Vivi me dice que me apure, que todos se van, que tengo que entregarle la prueba. Me pone una mano en el hombro:

-Si no hiciste nada hasta ahora, no vas a poder hacer nada en cinco minutos -dice para consolarme.

La puerta se abre todo el tiempo y se acelera la entrada de gente, el saludo, la búsqueda de abrigos y yo sigo desesperadamente tratando de entender el test.
Después no se oye más ruido, ni siquiera el que hace la gente cuando levanta las copas después de una fiesta. Me parece que se olvidaron de mí.

-Podré quedarme acá? Podré dormir en la cama del Vascolet? Quién me va a llevar a casa ahora?, me pregunto con inquietud.

Vuelvo a la mesita infantil pero la prueba no está más. Pienso que se la llevaron mezclada con un tapado.

24 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Las mujeres tienen próstata?

myrna minkoff dijo...

Es un chiste, cariño. Perdón: era un chiste.

Anahí Lazzaroni dijo...

Tenés fiebre al atardecer como los personajes internados en la clínica de La montaña mágica.

Anónimo dijo...

mi vida como estudiante es exactamente igual.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Que miedo me da esa profesora de aleman, y Vivi Teshas en el suenio... Que tambien tiene cara de profesora rigida y neura, de esas buena onda q quieren a algunos alumnos, pero q si no estudiabas te maltrataban cancheramente.
Queria empezar a estudiar el anio que viene, pero ahora me imagino cuantos suenios de estos me puede costar, y voy a tener que pensarlo bien antes d decidirme.
Ememe, para q estudias aleman?? Es absolutamente opuesto a tu esencia... muy raro!
Besos,
Borba.

Candelaria Frías dijo...

eso de no recuperarse de la tristeza por estar entre los abrigos cuando al lado hay una fiesta es maravilloso. Yo tengo esa sensación a cada rato, por eso cada vez que escucho música y ruido de copas salgo corriendo, para que ningún abrigo me atrape. La próxima fiesta viene Borba, que acaba de salir de un abrigo oscuro y está lista para bailar chin chin

Anónimo dijo...

pls mm tenés la receta del chicken pie? ese que tiene manzana!
Gracias!

Fulana dijo...

listo! ya tengo los limones cosechados y el miércoles te encontrás con ellos.
dame algunas coordenadas para comunicarnos...un beso

Au drey dijo...

Y a todo esto, ¿Alan dónde estaba?

myrna minkoff dijo...

una desconocida,

no tengo receta de chicken pie ni de apple pie. Ahora, esa que me pediste, la que se llama chicken pie y tiene manzanas, sí que debe ser buenísima. La voy a buscar en el libro de cocina de Tim Burton.

myrna minkoff dijo...

fulana,
te dejo mi dirección:

ememe06@yahoo.es

escrebime y decime dónde están tus limones.
Qué bueno! me encanta tener limones nuevos para hacer una serie de lemoncellos! Decime si te gusta crema de lemoncello o lemoncello común. Con etiquetitas y botella linda te lo voy a hacer.

myrna minkoff dijo...

meki,

me parece que Alan estaba con vos debajo de los tapados.

myrna minkoff dijo...

una desconocida,

no tengo receta de chicken pie ni de apple pie. Ahora, esa que me pediste, la que se llama chicken pie y tiene manzanas, sí que debe ser buenísima. La voy a buscar en el libro de cocina de Tim Burton.

Anónimo dijo...

¿tim burton cocinero?
stabién, espero novedades
gracias, ememe

Au drey dijo...

El libro de cocina de Tim Burton es fascinante. Las ilustraciones son una morbosa maravilla.

Anónimo dijo...

Mierda que sos complicada. ¡Qué sueños, por dior!
Yo sueño tan sólo con hermosas mujeres con las que tengo maravillosos romances.

myrna minkoff dijo...

Pero, ¿existe en serio el libro de cocina de Tim Burton? Yo lo decía para gastar a Una Desconocida.

Anonymous,
un día voy a contar los sueños que tengo con hombres. Vas a ver lo complicada que soy.

Muppets de Balcón dijo...

Cuando leí la frase de estar en el "cuarto de los tapados mientras al lado hay una fiesta" pensé que te referías a esas personas de las que se dice que son "unos tapados" y después entendí que te referías a los abrigos.

Besos

Unknown dijo...

hace falta un plan de salvataje en alguna salita, pero vos tenés que bailar con la profe. vas a ver los sueños que vas a tener después.

Au drey dijo...

Ememe, yo también lo dije en tren de chanzas, lo del libro. Es que una receta de chicken pie con manzanas, merecería que Burton considerara hacer un libro de cocina.

Loca xq sí dijo...

yo que vos le diría a la profesora exactamente lo que escribiste (salvo lo que comentás sobre ella, claro); hay muchos profesores que se toman tan a pecho lo suyo que creen que uno va a aprender "eso" porque van a vivir "de eso", "con eso" o como sea, cuando muchas veces uno sólo quiere satisfascer una curiosidad con "eso"

y tu sueño supera en extravancia a los míos por varios cuerpos...

myrna minkoff dijo...

Pero yo estoy de acuerdo con la profesora. Es muy responsable y cuando ve que entre sus pollitos hay un pajarraco negro que grazna, se pregunta qué pasa y quiere resolver el problema. Ella sigue el programa del Goethe, que es excelente, y ve que no encajo en el nivel correspondiente a ese curso. Yo haría lo mismo en su lugar.

Anónimo dijo...

ememe