Despedida de Barcelona. Domingo a la mañana frente a la catedral. Una orquesta en las escalinatas toca sardanas. Siempre quise saber cómo es una sardana. Me imaginaba una música divertida y alocada, de pescadores que tiran sardinas por el aire festejando una buena pesca. Mientras tomábamos un café mi amigo A. me advirtió que es una música seria que se baila con una coreografía muy complicada. Que si uno no conoce su historia y su tradición puede parecerle aburrida, pero que es molt interessant cuando uno sabe de qué se trata.
A medida que nos acercábamos a la Catedral se iba escuchando la música. Yo pensé que estaban afinando pero no, era la sardana, nomás. Desteñida y gris como un par de medias viejas. Y con un toque de melancolía extra para mí: era una de las músicas que pasaban en la calesita del Zoológico cuando era chica. Será por eso que me parece muy dulce.
Las personas forman un círculo y bailan repitiendo pasitos con cautela como si estuvieran probando si el agua está fría. Detrás del círculo un viejito solitario baila también. Por qué no se une a la ronda? Se ve que sabe los pasos pero se queda fuera del círculo. No habla con nadie. Termina de bailar y se va caminando por una callecita lateral.
5 comentarios:
Momentito, qué eso de "mi amigo A."? Cómo puede haber lugar para otro A. en tu vida? No te alcanza con Cariños, mujer de corazón generoso?
Esta A. es un catalán nacido en Barcelona. No firma Cariños A. Es más bien austero.
a mi me gusta como bailan esos viejos trapitos.
Bueno, y después de todo, si uno piensa en nuestro tango...
Efectivamente, es un rollo.
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