jueves, junio 19, 2008

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No estaba escribiendo porque pasaban miles de cosas todo el tiempo. No quiero hablar de eso porque acá no es el lugar. No me divierte discutir con desconocidos ni con conocidos queridos que me entristece ver transformados en energúmenos desconocidos.

El sábado y ayer estuve muchas horas en la Plaza y tuve tanto, pero tanto frío, que me enfermé. Igual valió la pena porque ví y oí la realidad (conmovedora) y pude compararla (atónita) con la versión de los diarios.

Hoy me siento morir de fiebre y de tos pero se que u
na vez superada la neumonía queda la experiencia directa que es lo que más se acerca a la única verdad.

Yo estoy moribunda pero mi amigo H. G. está peor: el sábado a la noche correteando por la Plaza se cayó a una de las fuentes y después se quedó una hora empapado de las rodillas para abajo con 5 grados y un viento que pelaba. Sí, no lo digan: no podíamos perder la oportunidad de gastarlo diciéndole que después de mucha teoría había hecho los prácticos, pero que había sido un error no hacerlos a las 3 de la tarde en octubre sino a las 10 de la noche en junio.

Es todo lo que voy a decir acá, dulces. Escriban lo que quieran: me chupa un huevo.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

no entendí nada...

pero está bueno que te chupe un huevo

saludos

FlorA

Anónimo dijo...

A pesar del frío, no me pasó nada, ni a mí ni a mis amigos. Nos fuimos disparados y helados y tomamos chocolates hirvientes con medialunas. Nada light.
Y nos llevamos el calorcito de la plaza adentro.
Pero no está nada mal quedarse unos días en cama, durmiendo y leyendo.
Besos
Olga