Ezeiza. Larga cola de argentinos en migraciones para volver a entrar a su país. Lo primero que sorprende es que todas las mujeres son anoréxicas o border-anorexia. Las empleadas del free shop, esqueléticas, sobremaquilladas, vestidas de largo y de raso a las 9 de la mañana ofrecen sus ofertas hablando gangosas, desesperanzadas, como colgadas de una fiesta que terminó hace mucho.
Dos empleados con barba de dos días, símil juez, atienden a la gente desganadamente. Una señora boliviana es puesta a esperar a un lado del mostrador. Aterrada porque no entiende lo que dicen esos dos en español espurio, custodia dos bolsas de tela con guardas incaicas. -Usté espere ahí, qué se cré, que puede entrar plantas de Bolivia?
Mientras uno chequea los pasaportes con cara de asco, el otro habla por teléfono de temas importantes con un colega:
-Quedate tranquilo, bebé, no saltó nada, no saltó nada, ta todo bien.
1 comentario:
Me pregunto en qué tipo de empleado se habrá inspirado Gasalla...
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