viernes, agosto 22, 2008

Ser abuela es más fácil que ser madre y mucho más divertido


Y eso que todavía soy nonata. Estoy descubriendo la joda viva que es prepararte para la vida abuelar. Tenés todo lo lindo de tener un bebito a mano sin ninguna de sus contraindicaciones. Primer problema que te ahorran: los embrollos del embarazo. Dónde acomodar las tetas y la panza para dormir. Qué ropa ponerte para no parecer un transatlántico. Ir todo el tiempo al obstetra que te escudriña la sangre, el peso, la glucosa, la presión, el pis y que cuando te duele algo y lo llamás no te contesta. Pelearte con el papá del bebe acerca del nombre, la obra social, de qué cuadro va a ser, si el parto es en casa o en el hospital, dónde poner la cuna, si dejarlo llorar o traerlo a la cama y no cojer nunca más, si vacunarlo o no, hasta qué edad darle la teta, quién se va a levantar de noche cuando llore. Tener miedo al parto (cómo carajo voy a hacer para que esta persona salga de adentro de mí?). Escuchar los consejos inútiles y las boludeces inquietantes que todos tienen para decirte en cuanto ven que estás embarazada. Y algunas otras cosas más.
La abuela, en cambio,
se va y vuelve cuando quiere, camina a mil por toda la ciudad porque no lleva ninguna persona adentro, no se marea, no se cansa, tiene las piernas livianas, no camina como un buzo con escafandra. Compra ropitas graciosas, dicharachea con las vendedoras que adoran a las abuelas con buena onda, explora los tenderetes del Once y descubre un tesoro: los géneros estampados para hacer libros. Encuentra unos ingleses de plegarias con estampados victorianos de nenes muy putillos orando, con volados y ojos vueltos al cielo onda Padre Grassi; otros norteamericanos con personajes country con cara de osito saludable y otros con conejitos Beatrix Potter con abecedario.
La abuela amplía sus talleres. Al primitivo de reparaciones y construcciones y al segundo de encuadernación, agrega el de costura para poder abastecer de fruslerías no a uno sino a dos nietos. Cose el libro de plegarias y el de conejitos pero ya va pensando en uno medio selvático como de las FARC con dinosaurios recortados de un género de tapicería montados sobre otro de fondo verde rabioso con hormigas negras proveniente de un viejo calzoncillo abandonado.

6 comentarios:

Au drey dijo...

Qué divinura el libro selvático con hormigas negras!!! Quiero foto de ese cuando esté listo, porfi!
Muchos besos, Ememe diosa.

Fulana dijo...

qué grosso Ememe! yo me llevé siempre medio para el culo con mi mamá; estoy de 4 1/2 meses y de golpe se desconchó, compra cosas graciosas y no útiles, se ríe y no habla de límites, quiere hacer mierda un dpto. para tener guita para gastar con su nieto... lo contrario que ha sido conmigo y la crianza... ¡felicitaciones por el abuelazgo!

EmmaPeel dijo...

Libro de Alonsos devoradores de beibis para que esos pebetes tengan pesadillas muejeje

EmmaPeel dijo...

Pesadillas que darán excusa suficiente para que te los lleves a saltimbanquear a la cama grande

lou dijo...

Pregunta:
Los géneros estampados para forrar libros es una categoría especial, o básicamente con cualquier género se puede forrar un libro.
En septiembre hago el intensivo de Encuadrrnación, vistesss, y ya me puse curiosa.
BESO

myrna minkoff dijo...

Yo uso cualquier género. También para pegar en el cartón y hacer tapas de cuadernos. De hecho, el de calzoncillo es cualquier género, salvo que está intervenido por años de culo y bolas y se lo ve bien macerado. Pronto voy a colgar fotos. Los dinosaurios quedan espeluznantes. La idea de emmapeel no está mal: van a tener unas pesadillas horrendas y me los llevo a la camuchi.