sábado, diciembre 15, 2007


Al día siguiente fui a La Plata a presentar el libro. El editor organiza una reunión en la que la gente conversa con los autores. El lugar se llama Auditorio Malvinas. Era de noche, había una fuente, no hacía ni frío ni calor, todo estaba calmo, cuando nadie hablaba se podía oír el susurro de las hojas de los tilos.

Igual cada vez que camino por La Plata no puedo sacarme de la cabeza el pensamiento de los tiros y los gritos que sonaron en esas casas y esas calles. Gente que corre, gente que se esconde, gente que sangra, chicos que lloran. Esas son las secuelas que tengo para toda la vida.

Una chica muy linda leyó un cuento del libro con muchísima gracia. Oyéndolo me gustó más que cuando lo escribí. Ahora me parece que está bastante bien.

Morfamos unas empanadas absolutamente extraordinarias. Yo me zampé dos de carne y una de jamón y queso. Hacía varios meses que no comía empanadas.

Después caminamos por la calle. Eran las 11 de la noche y la gente paseaba, los chicos jugaban al fútbol en las plazas. Cuando pasamos frente a la catedral empecé a creer que estábamos en Strasburg. El hotel también parecía de Strasburg y me lo pude creer durante toda la noche. Recién a la mañana siguiente, haciendo una cola de 200 metros en la terminal de órnibo, tuve que aceptar que estábamos en Buenos Aires. Pero qué palabras preciosas: La Plata, Buenos Aires, Argentina, Río de la Plata. A mí me matan esos nombres.

4 comentarios:

Maggie dijo...

qué bien que mi ciudát te recibió tan bien!
saludos desde acá.

myrna minkoff dijo...

si, Maggie, me parece una ciudad divina. Cuando era chica mi papá me explicaba que había sido diseñada, por eso funcionaba tan bien. Me explicaba que en cambio Buenos Aires fue creciendo a parches, sin planificación y que por eso es caótica.
La Plata es como cuando uno es chico y cree que todo está bien, todo bajo control (de los padres). Nunca había estado de noche. Es todavía más bella que de día. Y hay mucha gente en la calle, aunque sea jueves y muy tarde. Pero gente tranquila, que la pasa bien.

Cosima dijo...

Querida MM,

Te quiero felicitar de nuevo por la presentación de tu libro, por los souvenirs ad-hoc que estoy segura que despues de leer tu libro, todos entenderán la metáfora.

Seguro que te sentirás totalmente satisfecha de vos misma como madre, esposa, escritora y médica: toda mi admiración.

Anónimo dijo...

Cósima o Mirna Delma?