viernes, enero 20, 2006

QUEDOS Y REQUECHOS

Alguien recuerda los requechos de su infancia y me recuerda los de mi vida como madre.
En épocas de pobreza uno se siente afortunado cuando encuentra una moneda olvidada en el bolsillo y le parece un lujo abrir la heladera y encontrar material de descarte suficiente para fabricar una nueva comida.
Yo reunía pedacitos de pollo o de carne, verduritas, arroz, trigo o fideos y les agregaba una o dos aceitunas, un tomate fresco, perejil o albahaca y lo llevaba a la mesa bajo el exótico nombre de Ensalada de Quedos si era verano. Si era invierno lo calentaba, le ponía un poquito de manteca encima y lo presentaba como Guiso de Quedos.
A veces como gran festín hacía Panchos Electrónicos, delicia que se fabrica con una salchicha envuelta en una masa de empanada, frita en aceite bien caliente. La masa se infla y la salchicha queda sumida en ella como un bicho canasto. Se come con la mano, asi que no ensucia platos ni cubiertos, lo cual es una inapreciable ventaja cuando hay muchos chicos propios y ajenos.
A veces no había ni una salchicha pero siempre había arroz blanco. Desde entonces le estoy muy agradecida al arroz por su lealtad durante esos largos años malos. Para imaginar que comíamos cada día algo diferente lo teñía con colorantes vegetales: un día comíamos arroz rojo, otro verde, otro azul y el efecto era siempre estremecedor. El verde era francamente fluorescente pero no parecía tener efectos neurológicos inmediatos. En cuanto al rojo, todavía no existían Tarantino ni Kitano, asi que mi arroz podría ser considerado un precursor de esa estética sanguinolenta. El azul era impresionante, como si te sirvieran un Pitufo atropellado por un tren y todavía tibio, humeando en el plato. Lo bueno es que permitía las combinaciones boquenses más festejadas.
Un día en Anteojito vino un molde de plástico para hacer huevos duros cuadrados (es decir cúbicos). Había que cocinar el huevo, pelarlo mientras estaba caliente y encerrarlo en el molde, que se ajustaba con un tornillo. Después se dejaba enfriar y se obtenía una especie de dado de huevo. Just imagine: rodajas cuadradas de huevo duro sobre una pirámide de arroz azul.
Viví convencida de que los chicos creían que todo ese arte de birlibirloque era pura diversión, pero hace poco me confesaron que se daban cuenta de que no teníamos un mango.
Hubo una Navidad en la que no teníamos arbolito ni plata para comprarlo. El de todos los años había quedado perdido en un divorcio y su mudanza subsecuente. Para mí, que paso todo el año esperando que lleguen las fiestas, pasar una Navidad sin arbolito es inimaginable. Entonces pinté con aerosol blanco un arbusto seco que encontré en la calle y le colgué unos adornos de cartón que salieron en Billiken y unos muñequitos de Jack que lucían como ahorcados. A mí me parecía que estaba muy bien, pero este año mi hija # 5 me confesó que le había parecido patético y que aunque era muy chiquita le parecía obvio que había armado ese engendro a falta de un verdadero arbolito de Navidad. Me dió tristeza retrospectiva.

4 comentarios:

la enmascarada dijo...

Yo también me acuerdo de Anteojito y la maquinita de huevos cuadrados!! Te acordás cómo se llamaba? Se llamaba "La compactadora Corococó" y yo estaba fascinada con ella, era chica y me deleitaba mirando esos huevos cuadrados, que escapaban a la lógica natural.
No te pongas triste, para un hijo tener una madre creativa y que trata de vestir lo mejor que puede la dureza de una realidad de pocos mangos es sinónimo de amor, y de alegría y de entereza.

la enmascarada dijo...

Nosotros somos 4 y ahora que tengo 32 años, acordarme de los malabares que mi vieja hacía con la comida y con la ropa me provoca una inmensa ternura.

myrna minkoff dijo...

Gracias, enmascarada, por tu visión tierna de los errores maternos. Yo también creo que fue bueno para mis hijos verme inventar situaciones de alegría y placer en medio del bolonqui nacional y personal en que los crié.
Creo que hay pocas cosas más tóxicas para los nenes que una madre con cara de culo permanente.
Ellos no me reprochan nada, pero se ríen bastante de mí (además de quererme) y creo que esa es la mejor forma del amor.

Barbiechik dijo...

Hola! Antes que nada, muy bueno tu blog. Leyendo este post me hizo acordar a mi infancia, mis viejos estabas re mal ecocnomicamente cuando yo naci, se habían casado hacía 11 meses (fui regalito de la luna de miel)y mi viejo era periodista y mi vieja ama de casa. Recuerdo los inventos de ellos en cuanto a la comida y los juegos. Por suerte eso me ayudó a desarrollar la imaginación y la creatividad, podía entretenerme con una caja y los "globitos" que viene para embalar y jugar por horas a que era un auto de carreras, o hacía "cuevas" con los sillones (cuando tuvimos sillones, porque mis primeros años la mesa era hecha con la coleccion de latitas de mi viejo y una tabla de madera...si..pobrisimos!!)
Otra vuelta mi viejo fue al jardín a hacer su comida (cada padre/madre tenia que ir 1 dia a hacer algo) y nos hizo "panqueques pitufos" que eran panqueques con colorante vegetal azul, por eso me acorde con tu arroz pitufo. Te juro que fue lo mas!!!

Comparo mi infancia con la de mis hermanos (uno de 18, otro de 19 y el peque de 5, yo tengo 26) y no es nada que ver, mis viejos ya tenian plata para sus nacimientos, ya teniamos casa con pileta y colegio privado con juguetes multicolores y polifonicos, y yo...yo sigo pensando que la caja era lo mas, que aprender el valor de las cosas y poder apreciar un libro, una salida a la plaza o a ver los titeres de Don Floresto son la mejor crianza que uno puee tener. Por supuesto que me daba cuenta que no teniamos un mango, pero creo que yo fui la que mas tuvo, porque yo fui la que mas amor recibio, porques una relacion inversamente proporcional: + trabajo y cosas materiale__-tiempo y - afecto

Estate segura que vos les diste lo mas importante y sab´´e que eso forja caracter, yo hoy x hoy hace ya 6 años que vivo sola, vivo en Recoleta, me mantengo solita, trabajo, soy traductora de ingles, modelo grafica y actriz, y te juro que no cambio mi infancia x nada, porque gracias a eso pude arreglarmelas en la vida sin necesitar mucho, y tome consciencia del valor que tiene cada minuscula cosita.

Bueno, me re extendi. Gracias x hacerme acordar de todo esto

Besos

B.C