domingo, agosto 20, 2006

Regalo



Miro mis existencias de cosméticos y descubro que hay varios que uso poco. Son sombras de Lancome, rubores de Sisley, labiales de Clinique. Compras que hago cuando creo que una sombra puede hacerme parecer a Greta Garbo o que cierto lápiz labial es lo que me falta para ser irresistible como Betty Boop y que descarto en cuanto compruebo que no cumplen su promesa.

Cuando mi mamá ve esas cosas menea la cabeza y me dice que soy farolera o que tengo los ojos más grandes que el estómago. Esa imagen siempre me obsesionó. Cómo se puede tener el estómago más chico que los ojos?

A veces decreto que todo lo que no haya sido usado durante un año debe irse. Esa línea divisoria arbitraria deja fuera de circulación una gran cantidad de polveritas, estuchitos de colores iridiscentes y coloretes primorosos.

Primero se los ofrezco a mis hijas. A una le repugna maquillarse y me mira con horror como si le propusiera untarse la cara con ácido nítrico. La otra suele pintarse como Piñón Fijo pero no con los colores que uso yo y me lo recuerda sin rodeos -Ay, mamá, cómo podés usar ese color tan grasa!

Entonces junto todos esos tesoros, los envuelvo cuidadosamente en papel de seda blanco y los meto en una bolsita de nylon con cierre azul, pero antes introduzco un cartel manuscrito que dice SEÑORA CARTONERA para que ningún macho bestial los tire al fuego.

Mis hijos me sorprenden haciendo el envoltorio. –Señora cartonera, juá juá, qué absurda!, se ríen. A mí no me importa. A la noche busco el campamento cartonero más cercano y dejo el paquete refulgente sobre una gran bolsa de residuos verde para que nadie se equivoque. Me pone contenta saber que una mujer que nunca tuvo un rubor de Christian Dior hoy lo va a tener, nuevo y elegante, todo para ella. Ustedes creen que las cartoneras sólo deben desear comida y trabajo? Yo creo que además tienen derecho a sentirse divinas y lujosas.

Me cago en los frívolos que no entienden las cosas profundas de la vida.

4 comentarios:

explorador54 dijo...

Por supuesto que la belleza nunca fue algo superficial. Con sólo comer no hacemos nada. Habría que hablar con Telerman para que organice un "Miss Cartonera".

sergio dijo...

...me gustó una nota sobre puig del pagina de este domingo, alguien menciona el interés de puig por ese costado teatral, de representación, de lo femenino...
leo con gusto e interés tu blog, me gusta el ritmo claro y exacto de tus frases...
saludos

Anónimo dijo...

Petit historia:llegan unos ingleses a campo de concentracion en el 45.Muchas escenas espantosas,la gente que caia muerta,el pibe se da cuenta que es al pedo taratr de salvar a todos...la gente comia gusanos por que era mas digerible que el pan...todo muy bajon.la cosa es que a los 10 dias les mandan medicamentos y comida..y mandan un monton de rouge..y el pibe dice para que carajo mandaron eso..y de golpe algunas prisioneras se empezaron a´pintar y pintaban cosa..y pinto el rojo entre tanto gris..y la onda es que en algun punto retomar el comando estetico de sus vidas les devolvio alegria y dignidad.Esto coso,que tan mal resumo,esta en una carta que escribe este militar y actualmente esa carta funciona como manifesto de organizaciones que pintan las calles y los trenes y esas cosas.Me gusta este blog.
A

Anónimo dijo...

Me hacés llorar c tu visión profunda ds cosas. TB