viernes, agosto 24, 2007
... un día tiene que subir
No había otra posibilidad. Hoy a la mañana me mandaron los nuevos libros de alemán. Después de tres intentos y ocho días lo lograron, pero hay que entender que no era fácil. Tuvieron que hacer coincidir la dirección, el horario y el libro correcto. La erraron una vez con la dirección, dos con el horario y una con el libro. Ayer salí a comprar naranjas para B.3, que seguía inmersa en la fiebre devoradora y encontré una especie de ferretería bonsai tapada por tenders y escobas con la vidriera atiborrada de objetos y un cartel que decía "arreglo sanitarios". Entré y encontré al arreglador de sanitarios milagrosamente desocupado y a punto de irse a su casa a almorzar. Aceptó venir a ver el WC y lo arregló en media hora. Era un caño obstruído con sarro. Fue muy oportuno porque media hora después llegaban los pacientes, que usan ese baño. No los podía hacer pasar al baño de B.3 donde reinan los tampons, las hebillas con pelos enredados, las rompechampers desteñidas, las bombachas mal lavadas colgando de la ducha, los Prime en grandes cantidades, las pastas de dientes destapadas y apretadas por el medio. Después probé un largo rato el nuevo memoristic y anduvo bien. Estoy empezando a confiar en mi nueva camarita y en cualquier momento la voy a empezar a querer. Ayer vino un técnico superespecializado en aparatos sofisticados y diagnosticó que el problema con la conexión de internet era una pavada: sólo había que desenchufar esto de acá y enchufarlo acá abajo y listo. Después se sentó y nos pidió que escucháramos atentamente su explicación así no volvíamos a hacer las cosas mal. En un papel grande empezó a hacer gráficos infantiles comparando las conexiones de internet con cosas más sencillas, como vacas y perros. Por encima de su hombro, M.4 y yo nos mirábamos con estupor. Después llegamos a un estadio más avanzado en el que empezó a comparar la conexión de internet con la conexión telefónica y finalmente la conclusión apareció en toda su sencillez frente a nuestros ojos. El problema se debía a que el router estaba mal conectado. Él había solucionado el problema pero nos aconsejó comprar otro más compacto, más canchero, que tiene mil funciones y que conecta todo con todo. Cuando estaba guardando sus herramientas y aparatos, que de tan modernos uno no sabe si son teléfonos, modems, batidoras, afeitadoras o vibradores, a M.4 se le ocurrió probar la conexión. No andaba. El técnico volvió sobre sus pasos y murmurando explicaciones que ya no escuchábamos, lo intentó varias veces durante cuatro horas más, sin éxito. Hoy a la mañana vino otro técnico con el router super moderno. Lo enchufó, reconfiguró todas las máquinas y helás! acá estamos más comunicativos que nunca. Los dos seres vivos que también eran parte de la zandunga caótica de estos días también están mejor: B.3 ayer no tuvo fiebre, comió y adquirió un aspecto casi humano. Igual, cada dos o tres horas se paraba delante mío con la boca abierta de par en par como el león de la Metro Goldwyn Meyer y me preguntaba: -Toy muy enferma? después me acercaba la cabezota enrulada y me decía: -Tengo fiebre? Recién la ví hecha un pimpollo yéndose a dar una clase. A Alonso le dí ayer un ultimátum: -Morfás o te morfamos. Y hoy empezó a mordisquear tímidamente unas hojas de lechuga. Igual le embutí en la garganta un jeringazo de Ensure, el alimento para gente que no come. El lunes caminé por la plaza que me gusta y me pone un poco triste, donde está el árbol psicodélico que tintinea y lanza destellos. Estaba completamente pelado. No lo reconocía. pero me acerqué y miren lo que ví: miles de brotes pimpantes a punto de estallar y de convertirse en hojitas nuevas! Amo, amo, amo la primavera. Y lo que me gusta más es que empieza dos meses antes que en el almanaque. Uno cree que es pleno invierno pero si mira de cerca, todo está a punto de florecer y de echar hojas. Se está acabando el reputo invierno y todo lo que estaba en el fondo volvió a subir. Qué contenta que estoy.
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3 comentarios:
Yo tambien amo la primavera. Hoy me vine caminando casi 5km desde la oficina a mi casa y el sol calentaba mucho.
A los proveedores de cable y TV habria que encarcelarlos.
Que suerte que tus pollos se estan mejorando.
Hay que mirar mejor, si
q lindo recibir libros de aleman! extraño el Goethe!
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