jueves, agosto 31, 2006

mi apá 2 (y hay mucho más)

En cambio mi apá me protegía. Cuando navegábamos me hacía poner los pies dentro de las botamangas de sus pantalones para que estuvieran abrigados. Y me cantaba -Muñequita linda, de cabellos de oro, de dientes de perlas, labios de rubí...
Muchos años después lo oí cantado por Nat Cole y muchos años después otra vez. Es la canción de los hombres que protegen a sus nenas, que no las dejan tomar frío, que les dan su sobretodo aunque ellos se mueran de frío. Nada más importa. Ese amor consuela y cicatriza las heridas para siempre.

A veces, cuando cruzo la calle tengo un recuerdo terrible, secreto. Tenía 8 o 9 años y estaba caminando por Palermo con mi papá un sábado o un domingo a la mañana. Cruzábamos una calle interna dentro del Rosedal y un auto celeste (me acuerdo del color y de la forma como de un animal aterrador) pasó a mucha velocidad rozándonos. Papá me empujó hacia atrás con un sólo movimiento, me puso a salvo, pero una rueda del auto pasó por encima de uno de sus pies. Había estado a punto de matarnos. Cuando me dí cuenta me meé encima.
Papá le estaba diciendo serenamente al conductor que era un irresponsable pero cuando vió que me había hecho pis pareció enloquecer: se metió por la ventanilla, extrajo al conductor agarrándolo de la camisa con una sola mano como quien saca un mejillón de su concha, lo tiró sobre el capot y le pegó tantas trompadas que abolló la chapa con la propia cabeza del tipo, que parecía desmayado. Dentro del auto estaban la mujer y un hijo, que gritaban y lloraban. Papá me alzó en sus brazos y me llevó caminando con sus trancos largos hasta casa, refunfuñando maldiciones. De ese episodio sólo recuerdo dos sensaciones ambivalentes, poderosas y atroces: una era que el hombre más fuerte y salvaje del mundo me amaba y me protegía de todos los males; la otra era que la furia amorosa podía ser tan destructiva como el peor de los odios.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Este blog es lo mas.Lo disfruto,esta bueno,bueno,bueno,bueno,bueno.
Soy padre de niña de 9 y niño de 3.Me separe en enero y es todo un super bajon...y lo unico que quiero es no transformarme en un padre de fin de semana...y me copa tu vision sobre los padres.
Yo soy muy invento y soy super amigo de los crios...andamos los tres en skate,nos gustan las tablas,nos reimos de la gente,de las reuniones de consorcio,de como se besan las viejas,tenemos mil personajes de los que hablamos y solo estan en nuestra mente y me cuesta mucho mucho mucho cada vez que los dejo en lo de la madre y el pequeñin me pide que me quede a dormir...o mi hija lee en el horoscopo de los dos que existen posibilidades de estar juntos...y me siento ultraforro,pero hubo algo en este mail que te aseguro que va a servir para que esos dos niños esten un toque mejor.
A

myrna minkoff dijo...

Qué bueno, me gusta mucho que además de gustarte te parezca útil para ayudarte a dealear con la ecuación CHICOS / DIVORCIO, tan espantosamente complicada y melancólica y tan imposible de imaginar hasta que uno no la vive.
A mí todavía me produce dolor recordar momentos como los que contaste con tu hijito. Pasaron casi 30 años y cuando me aparece el recuerdo se me cierra la garganta de pena por mis hijos, por todo lo que les hice sufrir.
Sin embargo, también sé recién ahora, que pasaron tantos años y que veo todo el tiempo hijos de padres separados y no separados, que la felicidad, la salud mental y todo eso no dependen en absoluto de esas experiencias traumáticas en la infancia. Es decir que se puede ser un infeliz sin esperanzas siendo hijo de una pareja aparentemente armoniosa.
Me parece que la síntesis, lo único que realmente importa, aunque parezca una boludez, es amarlos. Y por lo que contaste, esa cosita de estar con ellos con placer y con risa, debés amarlos mucho.

silvia gurfein dijo...

qué bueno es tu blog ememe...
lo que más me gusta es olviarme de él y cada tanto recordar su existencia, buscarlo en mis archivos y encontrarme con tanto para leer, una panzada de tus posteos. a veces me ponen melancólica, pero casi siempre me río muuucho y siempre, siempre los disfruto.