miércoles, marzo 28, 2007

Paseaperrosgrandes


También hay esos otros paseaperros jóvenes y fornidos que tratan a sus clientes bastante mal. Los atan de a manojos en los árboles de las plazas y los dejan ahí ladrando o echados aburridos durante horas. Éste había dejado a la jauría esperando un largo rato y uno de los perros se echó medio sobre la calle. Los autos le rozaban las patas. Me gusta mirar cuando el manojo de perros está esperando que aparezca uno de la manada por la puerta de una casa. Siempre miran con una concentración extraordinaria, todos apuntando el hocico hacia la entrada. Cuando el perro nuevo aparece se levantan y mueven la cola con mucha alegría.

1 comentario:

Demóstenes dijo...

Poor little dogs!
O como diría Minguito "¡Pobrecitos, animalitos de Dios!"