jueves, mayo 24, 2007

Birdwatching 8, El play boy de Coto


Hoy delante mío había un Divorciado Reciente Ilusionado en Plan de Levante. Lo ubiqué rápidamente en su categoría, sub categoría y sub sub categoría con sólo mirar el carrito. Había camarones, crema, vino blanco (mediocre pero pretencioso), velas, endivias, roquefort, pimienta y un chocolate con un nombre increíble: Intense.
Ví la escena completa. Cenita a la sans façon onda masculina, es decir, mucho efecto con mínimo trabajo. Toquecito de sartén, chorrito de crema, vinito, queso y endivias, el postre te lo arreglo con un cacho de chocolate, y a la catrera. No dudé ni un minuto: el Plan de Levante estaba claro y que era un Reciente Ilusionado también. Que era Divorciado me lo dijo el resto del contenido del carrito: papel higiénico, detergente para platos, destapa cañerías, seis vasos, un trapo de piso, salsa de tomates, es decir, artículos de supervivencia que como no se ven -eso me conmovió- eran de una calidad ínfima, marca Coto.
El tipo era bajito pero parecía mucho más bajo porque tenía complejo de petiso; hablaba medio prepotente con el cajero, me echaba miraditas sonrientes como si fuéramos cómplices en alguna travesura, estaba muy inquieto y miraba el reloj todo el tiempo. Parecía una persona sobrepasada de responsabilidades y de compromisos. Actuaba como uno se imagina que podría actuar el presidente de Nextel, por decir algo. Además, no sé si le faltaba o si le sobraba un saque, pero era evidente que algo se le venía desbalanceando en los neurotransmisores y necesitaba irse pronto para solucionarlo.
Venía de trabajar: traje gris a rayitas, la corbata asomando del bolsillo, mocasines muy sucios, camisa mal lavada (ese lavado de lavadero que deja todo color polilla).
En el momento de pagar peló un toquito de tickets oficinescos, Ticket Canasta o algo así. Eran decenas. El cajero contó y contó y él preguntó:
-Vuelto no me podés dar, no?
Como el cajero le dijo que no, agregó los diez pesos que faltaban.
La confirmación gloriosa de mi acierto se produjo al final. El cajero le pidió su número de documento y le preguntó:
- ¿Uriburu XXXX? Él dudó un poquito, confuso y dijo
- No, no, no, la dirección cambió. Es Las Heras XXXX.
- Zácate, te agarré! estuve a punto de decirle.
Siempre me queda la duda de si acerté con la clasificación o no, pero esta vez salí del super orgullosísima de mi extraordinaria perspicacia.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

en mi carrito
sólo litros
de jarabe de
arándonos

Hipólita

myrna minkoff dijo...

en el mío gomitas

Anónimo dijo...

¿y qué dirá entonces
de nosotras
otra ememe
socióloga de coto?

myrna minkoff dijo...

De mí, que soy una diosa excéntrica que no necesita alimento terrenal para mantenerse divina. De vos, que con unos días de ciprofloxacina podrías cambiar arándanos por un rico vino.

m dijo...

Tal cual. Y lo mejor son los departamentos de divorciado. siempre a estrenar.Sus pisos flotantes, su kit recien comprado de microondas-home theatre-heladera enorme-dvd-sillones de diseño-etc.
Todo nuevo pero sin estilo. Al principio hacen esas compras (experimentan con la cocina) y despues con el tiempo solo guardan una botella de agua en la megaheladera. Llevan todo al laverap y comen afuera mientras leen un libro (ahora que tienen la mente al pedo). se llevan pendejas a sus casas y sufren como condenados cuando son abandonados al revelar sus personalidades infantiles o psicoticas. (si, lo digo por experiencia. Tuve 2, y yo era la pendeja).

Cosima dijo...

Me encanta esta seccion!

Que contraste no? El petiso se sentia mil pero la verdad parecia un poco patetico...

myrna minkoff dijo...

chancha,
yo también fui la pendeja varias veces. Las primeras veces me sentía como en una peli de Godard (era lo más canchero en mi época), esa cosa medio existencialista de no hablar, de mirar los libros (cuando había libros), eso de ser muy joven y él con arrugas y canas, era buençísimo. Pero indefectiblemente se enamoraban de una forma abyecta, hacían planes de casamiento y ahí no me gustaban más.

EmmaPeel dijo...

jajaja me encanta mirar el contenido de los carritos y hacer el perfil del comprador (gran entretenimiento para las colas eternas del Coto Villurca)

Tommy Barban dijo...

Para completar el cuadro, faltaban los paquetitos de Danette de chocolate, los cappelletini y la caja de Lego Transformer para resolver la visita de los martes del nene.

guaz dijo...

me`encantòòò!!!