sábado, junio 30, 2007

Birdwatching 9. El rabino de Recolecta


Tiene la barba y el pelo largos y blanquísimos. Anda siempre con kipá y con esas como fajitas colgantes blancas con flecos que usan los judíos ortodoxos. Hasta ahí, todo normal. Lo que es fantástico es todo lo demás. Tanto en invierno como en verano usa un sobretodo muy gastado con los bordes cortados a tijera. Es evidente que lo heredó de alguien más grande que él y que lo adaptó a su medida mediante el simple trámite de cortarle un cacho de abajo. Debajo del sobretodo lleva siempre una musculosa blanca, un pantalón enorme muy gastado y unas hawaianas rojas. Da frío verle las patitas blancas al aire cuando -como ahora- hay poquísimos grados. Siempre camina a mil y sin mirar a nadie, como si estuviera ocupadísimo. Lo seguí varias veces y descubrí dónde vive y qué es lo que hace tan apurado. Va a Coto, agarra una canasta, se sube a la escalera mecánica y recorre el piso de arriba como un ratón, por los bordes, sin mirar nada. Después baja y hace lo mismo en la planta baja. Nunca lo ví sacando nada de las estanterías, pero dos veces lo encontré en la caja muy impaciente por pagar y salir corriendo. Las dos veces les preguntó a las cajeras: -Ésta es la oferta de hoy? Está segura? Se ve que detecta sólo las ofertas y las caza al vuelo, sin detenerse. La primera vez llevaba una caja de puré instantáneo y un paquete de algodón. La segunda vez la oferta era unos saquitos de té berreta, un shampoo para pelo teñido y un paquete de jabón en polvo. Él parecía contentísimo con la ganga. Otras veces lo ví por la calle propulsado a gran velocidad con una bolsita de nylon vacía flameando en la mano. Seguramente iba a por otras ofertas. Pero lo que más me conmovió es que desde que empezó este frío reputo ya lo ví dos veces parado al sol, muy quieto, apoyado contra un poste con los ojos cerrados. Estuve a punto de preguntarle si me permite regalarle un sweater abrigado, medias de lana, unas zapatillas cómodas, una lata de té bueno y alguna comida kosher con proteínas porque me parece que está demasiado flaco, pero tuve miedo de que se ofendiera. También me gustaría conocer su casa, saber qué hace cuando no está campeando ofertas ni calentándose al sol. Pero ya sé que es imposible. Nadie habló nunca con él, salvo las cajeras del super. Me imagino que un día se va a morir solo en su casa y que se va a ir deshidratando tranquilamente como una pasa de uva sin molestar a nadie. Y dentro de cuarenta años, cuando demuelan el edificio, lo van a encontrar hecho una cascarita con sus hawaianas rojas y agarrado a su bolsa de Coto.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

genial

Mascaró dijo...

El sobretodo tiene que haberse cortado de otra forma: los ortodoxos no pueden cortar con tijeras, me contaron.

Anahí Lazzaroni dijo...

Me encanta esa mitad de perro ¿salchicha? que se ve en la acuarela. Le da movimiento parece que lo que vemos está sucediendo en este preciso instante.

myrna minkoff dijo...

anahí,
sí, me gusta la indiferencia con que el perro se va dejando un recordatorio de su presencia.
crab,
¿en serio? Entonces lo cortó con los dientes.

Anónimo dijo...

Los pies del rabino son lo mas logrado de la obrita, que es hermosa.

A sus pies hay una caquita de perro o es una descuidada hoja invernal?

es uno mas de los personajes increibles de Buenos Aires...

Ana

Anónimo dijo...

Coincido con Anahí me encantó la mitad del perro que se ve pasar...


Anoni

Anónimo dijo...

No había notado el detalle de la bolsita que dice "Coto"!
Buenisimo!

Anoni

Anónimo dijo...

Hya me matoo .. que bonito me dan ganas de llorar a gritos y no como el nino pol.. sino de verdad con el corazon estrujado, el otro dia en una ciudad chiquita de alemania ( ando de paseo) me encontre un viejo no flaco ni tan viejo pero sentado en la vereda enfrente de unos chicos que tocaban el violin, con su gorra en el suelo, sin hacer nada y sin pedir nada ,, amenazaba llover, le deje en su gorra un chocolate unos euros y el corazon roto... no se porque pero los viejos pobres pero con dignidad me rompen el alma .. los quiero gracias por la nota y el dibujo Ivana

EmmaPeel dijo...

buenìsimo el dibu, la caquita y las patas rabìnicas

Como dice Crab y Ememe, se lo tiene que haber arrancado con las manos, el hijo se debe haber casado coon una goy y no le alcanzò con sacarse las solapas (mordisqueò el ruedo tambièn)

Anónimo dijo...

HOLA, soy Fabiana,LA QUE UNA vez te preguntò por los membrillos, que de hecho sigo haciendo y comiendo, me hice adicta!y còmo sabes que es rabino?o pensas eso?si fuera rabino no seria tan pobre como parece....quizà es austero al estilo ghandi, pero me llama la atenciòn lo que contas y me da muchìsima pena!

Anónimo dijo...

digo que si fuera rabino lo ayudaria su templo, no?si es religioso, es raro que no busque ayuda en algun templo o asociacion religiosa, creo que son muy unidos los ortodoxos, beso Fabiana

myrna minkoff dijo...

Pue ser, pue ser, Fabiana, pero éste es un excéntrico. No sólo es pobre y flaco; también es un chiflado. Eso de corretear por el barrio buscando ofertas inútiles no se justifica por la pobreza sino por una filosofía particular sobre la austeridad, el minimalismo, el consumo, qué se yo, alguna chifladura propia que no tiene nada que ver con su cultura ni con su religión.

Cosima dijo...

Me dio un poco de angustia el cuento. Que cruel es a veces la vida no?

Tatiana dijo...

Pero por dios MM somos re-vecinas. Se perfectamente de quien habla. El señor vive en Anchorena al 1700, al lado de una polleria que se llama "La Granja" que atiende un señor muy simpatico que se llama Luis, en el mismo edificio donde funciona una escuelita de arte en la PB.

Por dios, parezco de la Stasi

Anónimo dijo...

Dear MM,
el personaje que describe es hermoso y muy literario, pero.... y la señora de barrio norte que lo sigue, no pudiendo sofrenar su ahínco inquisitivo !!!????? es INMORTAL!
Besos
P.k.

myrna minkoff dijo...

cordeli@,
ésa es la idea. La pescaste muy bien; te felicito!

myrna minkoff dijo...

tatiana,
qué divinidad que lo conozcas!
Lo viste tomando sol apoyado en un poste? Y haciendo sus compritas en Coto? No camina rapidísimo y siempre con sus hauaianas?
A esa escuela de arte va mi amá a hacer cerámica! La profesora se llama Marta y es muy buena. El señor de la pollería me parece medio rompebolas, pero el empleadito que tiene es un as cortando milanesas finitísimas.
Qué bueno que seamosa vecinas! No sé por qué, pero me gusta.

Cosima dijo...

Es cruel envejecer solo, yo creo, y preso de tus ideas. Así es como me pegó.

Increíble además que yo viví hasta los l8 años en Anchorena 1680, cuando era un lindo petit hotel... Hace muchísimos años. Ahí también había vivido mi abuela.