miércoles, septiembre 13, 2006


Hacía semanas que no hablábamos, B.1 y yo. Los dos somos muy anacoretas, nos gusta estar solos, nos molesta el ruido y necesitamos muy poca comunicación.

El vive con R., su mujer, llamada internamente La Pepona porque es como una muñeca de la década del 50 y también llamada Angelina porque se parece mucho a Angelina Jolie.
R. lo cuida, lo organiza, lo ordena y lo mantiene en contacto con el mundo exterior.

Hoy los llamé y hablé un rato con R., que me actualizó sobre las novedades de casa, amigos, trabajo y estudio y me contó sobre diversos bebes que estuvieron viendo y cuidando. Son muy dulces los dos con los nenes.

Después me comunicó con B.1 y nos reímos un rato. Le puso un poco triste el post sobre morirme pero también le pareció que está bien pensar sobre eso y escribirlo, no hacerse los distraídos con ese tema. Le gustan las cosas que hago y a mí me gustan las que hace él y cómo encara su vida. También le doy un poco de risa y un poco de pena. Me dijo –Tontita, bobita, porque es un hombre alto, huesudo, peludo y fuerte y yo le parezco frágil y medio bómbola.

Me olvidé de decirle que hice cantuccinis, granola y cascaritas de pomelo confitadas. A la granola le puse kilos de almendras y sésamo.

Los cantuccinis son lo que se llama bizcochos (que en realidad debiera escribirse con ese y no con zeta) porque se cocinan dos veces: la primera vez como un pan todo entero y la segunda una vez cortado en rodajas. Quedan duros y crocantes con miles de almendras incrustadas. Los italianos las mojan en vino o en café. La foto registra el momento del segundo horneado.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, qué rico! Lástima que ya a mi edad esos bizcochos me empiezan a partir los dientes, pero los voy a disfrutar igual. Y vos no me das pena, tontuela, sólo la idea que te mueras y el hecho de que hayas sido una nena alguna vez.

Anónimo dijo...

Bueno, entonces te doy un poquito de pena por esas dos cosas.
Tal vez rompo un poco recordando todo el tiempo cómo era ser una nena, pero me parece que está bien porque me acuerdo absolutamente de todo y por eso entiendo a los nenes y a las personas jóvenes y me gustan mucho más que la gente grande.
Y sí, un día me voy a morir, pero espero que cuando seas un viejito cascarrabias.
Este puto programa no me deja firmar el comentario como ememe, asi que aparecerá como anónimo.

Martino dijo...

Yo cuando estoy en Roma SIEMPRE pido de postre vin santo con cantucci que son como el re postre elegante. En roma y en un lugar acá en palermo que se llama La Suburra y también tienen.

Anónimo dijo...

En los restaurantes italianos de acá te dan una especie de bay biscuit chiquito con media almendra embutida.
Comí una vez en La Suburra y no recuerdo que hayan dado de los buenos.
Lo mismo pasa con el lemonccello. El de Sorrento te mata de delicia y el de acá parece alcohol Padilla con saborizante limón.
Habiendo tanta cultura italiana es increíble que no fabriquen esas dos cosas tan típicas y tan fáciles de hacer.
Soy ememe en la configuración Anonymous.