lunes, septiembre 11, 2006

Lunes otra vez

La relación de la edad con la velocidad del tiempo puede representarse con una curva en forma de campana. Durante los primeros años el tiempo se mueve con lentitud infinita pero a medida que uno crece la distancia que lo separa de lo esperado se hace más tolerable. Primero se acortan los años, después los meses y cuando la aceleración se hace geométrica, se acortan también las semanas, los días y las horas. En el punto de máxima aceleración los dos extremos del año casi se tocan y los hitos que miden el tiempo se suceden vertiginosamente: cada aniversario se repite varias veces al año y creemos que lo que pasó hace tres meses ocurrió hace una semana .

Ese efecto hamster-en-la-rueda se detiene bruscamente en un momento de alguna edad avanzada y a partir de ese punto el tiempo se desacelera suavemente hasta ser aún más lento que en la niñez.

Los días de las personas muy viejas son eternamente largos, un tedio que es sólo la espera de la muerte. Por eso los viejos preguntan si falta mucho como los chicos, pero no por la impaciencia de llegar sino por el hastío de seguir estando.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

el bajon es cuando vez gente hastiada en sus 30s....o los adolescentes....al final no me imagio hastiado...me veo :demolido,destruido,comido,limado...todos tipo de do...pero con la ilusion intacta por lo que vendra..nunca nunca nunca nunca hastiado...."antes drogado que hastiado"
Me esta volviendo una etapa rock.Que no es malo,pero es.
A

Tricula dijo...

Mi estado anímico de este post empezó como la campana (de Gauss): medio bajón por el título y la realidad "lunes", subió hasta estar en una empatía absoluta y alegría por las coincidencias, y bajó estrepitosamente a una penuria de la tenebrosa y generalmente solitaria 3ra edad.