martes, enero 30, 2007

Llegaron mis vacas


Buenos Aires es definitivamente el mejor lugar de veraneo. Estos días medio frescolaris están muy bien porque se puede caminar dos horas sin cansarse, pero cuando hay muchísimos grados también es lindo porque la gente tira la chancleta, anda medio en bolas y pierde el pudor como si se fuera a terminar el mundo. El sudor y el descamisamiento crean la ingenua fantasía de que el pecado no existe y que después del verano no viene nada. Ayer ví unos carteles en un programa que se veía en los televisores del gimnasio: decía EN VERANO AUMENTAN EL DESEO Y LAS INFIDELIDADES, y mostraban cómo trabajan los detectives contratados por cónyuges desconfiados para detectar a la patrona apretando en el bosque.
Todas las tapas de las revistas tienen fotos de culos de mujeres y una tiene la de un grasa que no sé cómo se llama, con el pantalón medio bajado y un par de tetas brillantes de bronceador.
El mensaje implícito es "A garchar que se acaba el mundo". Pero ese llamado de la selva ya no despierta alegría como cuando empezó la primavera. Después de tantas semanas de calor todo está como una fruta demasiado madura, a punto de reventar y de ser atacada por las moscas. En febrero ya se demostró que todas las expectativas eran falsas, los padres vuelven exhaustos después convivir 24/24 hs con los hijos, las parejas vuelven chirriando por la misma razón y todos, hombres mujeres y ninios, tienen cara de culo porque les espera un año entero de trabajo.
La espantosa rutina empieza de nuevo. Las piernas peludas vuelven al pantalón de donde nunca debieran haber salido, los tatuajes orientales vuelven a ocultarse bajo la camisa, todos los pies desaparecen debajo de las medias, vuelven el papel araña, las reuniones de padres y los cuadernos Rivadavia. Hay que volver a organizar la vida para que sea idéntica a sí misma, igual a la del año pasado y a la del próximo.

Me parece que quedarse en Buenos Aires es bueno porque no uno no se engaña con la ilusión cortísima del verano. En la ciudad es lindo ver cómo se suceden los ciclos naturales y cómo el calor afecta a las plantas, a los animales y a las personas.
Al atardecer las mamás sacan a pasear a los bebes en cochecito. Me encanta mirarlos. Van dormidos, medio derretidos como quesos mantecosos, como pequeños borrachos desmadejados con las patas abiertas. Los perros duermen estirados a la sombra en las veredas para dispersar todo el calor posible y apenas tienen energía para abrir los ojos y mirar hacia arriba al transeúnte simpático con una mirada aburridísima. Las hojas empiezan a caerse el 20 de enero y esa es la primera señal silenciosa de que el otoño ya está ahí.
Hoy es mi último día de trabajo antes de las vacas. Empecé a las 10 y termino a las 11 de la noche. Igual, mis pacientes saben que en febrero voy a estar y que pueden llamarme para conversar sobre vómitos y diarreas cada vez que sientan necesidad de hacerlo. Cuando cierre el consultorio voy a
poner a lavar el guardapolvo, las toallas y el forrito de la camilla como hago todos los viernes, porque aunque es martes, éste es un superviernes anual. Y mañana voy a desparramar sobre el escritorio todos los papeles para empezar a trabajar en la ponencia que tengo que presentar para un congreso. Además voy a escribir, voy a dibujar, voy a ir al cine y voy a caminar mucho. Y voy a ir a pasear con SF, que vino de Berlín por un ratito, le voy a mostrar mi árbol psicodélico y voy a almorzar con La Rosita que está triste.

16 comentarios:

JB dijo...

hola ememe, felices vacaciones!!!!!! bs as es muy disfrutable en verano. que la pases y bien y me alegra sobremanera que hayas reaparecido. yo me voy a hacer un exhudado porque cada día estoy peor.

beso!

myrna minkoff dijo...

Viste, viste, viste, maldición?
Tomaste aquellos antibióticos sin hacerte antes un exudado (sin hache)?
Ves que es un error? Si tomaste antibióticos y lo que tenías no eran bacterias sino un virus, te desconchaste la inmunidad y les abriste el camino a las bacterias. Y si había bacterias pero no sabías cuáles, tal vez mataste bacterias protectoras y las malas se hicieron un festival en tu garganta.
Sos un desastre. Espero que la próxima vez me hagas caso.

Anahí Lazzaroni dijo...

Muy linda la descripción de Buenos Aires en verano.

Anónimo dijo...

que disfrutes las vacaciones, ememe! los planes suenan muy bien. estoy de acuerdo, bs. as. es un buen lugar para vacacionar, y las vacaciones estan muy sobrevaluadas...

carolina

pd: buenisimo el descubrimiento de la laja fosil. yo sigo encontrando guantes!

Ling dijo...

Esas conversaciones con los pacientes deben ser divertidísimas.

myrna minkoff dijo...

Carolina,

Vas a guardar esos guantes? Yo los montaría en un bastidor uno al lado de otro con la fecha en que han sido encontrados. Debe ser muy bonito, como un muestrario botánico de Humboldt.

Anahí,

Y Ushuaia cómo es en verano? No te vas de allí por unos días?

Ling,

Sí, a veces son divertidas pero en general son agobiantes. La gente te traspasa la angustia, las fantasías monstruosas sobre su salud, los temores más disparatados y es como calmar a un chico asustado. Cuando eso se repite tres o cuatro veces al día y mientras estás almorzando o durmiendo, es muy denso. Pero igual casi nunca siento que el que llama es un plomo. Entiendo que ahí se manifiesta su enfermedad o su desequilibrio y que es eso lo que hay que ayudarle a desarmar, además del síntoma.

Anahí Lazzaroni dijo...

Este año hay viento todos los días y llueve mucho. Temp media 8º.
En el 2003 tuve dos cirugías de columna en dos meses y quedé con limitaciones.Tengo 8 tornillos de titanio y dos barras de Harrington. Hasta ese año pasaba 40 días al año en Buenos Aires, iba en otoño o en primavera.

EmmaPeel dijo...

excelentes vacaciones ememe! yo siempre dejo unos días libres a fines de septiembre para disfrutar de la ciudad a contramarcha del resto, y es muuuyy placentero

lindísimo texto!

Anónimo dijo...

Happy Holidays.This blog is very nice.My pencil is red.This sun day im going to the zoo.
Cariños
A

myrna minkoff dijo...

Anahí,

cómo fue que llegaste a eso, a tener que operarte? Tuviste un accidente?

Anahí Lazzaroni dijo...

No, problemas congénitos (acondroplasia). En esas cirugías me abrieron el canal medular, me arreglaron la escoliosis, cifosis.
Zafé de la silla de ruedas, camino con bastón unos 200 metros. Y a pesar de todo eso no me duele la espalda.

myrna minkoff dijo...

Anahí,

me puedo imaginar las que pasaste con el cuerpo y con el alma hasta llegar a esto, a las operaciones y a poder caminar con bastones.
Y por qué estás en Ushuaia? Vas a estar para siempre?

Anahí Lazzaroni dijo...

Vivo acá desde que tenía 9 años, mis padres vinieron por cuestiones de trabajo, les gustó y se quedaron.
En mi situación, aunque soy una persona adulta dependo de ellos física y económicamente.

Bla. dijo...

Muy bueno, aplaudo. Me gustó. Bebés-quesos. Perros de miradas aburridas. Caras de culo.
...
un abrazo

myrna minkoff dijo...

Anahí,
qué bajón es tener algo así, que te hace sentir diferente para siempre.
Hace poco hice una ilustración de Petrucciani, el pianista que tenía acondroplasia. La copié de una foto que encontré en un libro de fotos de jazz. Siempre admiré a ese tipo. No por la clásica pelotudez de pensar -ay,pobrecito, qué horrible problema físico que tiene! ni por la pelotudez complementaria que es -pero qué valiente, cómo supera sus limitaciones!, sino porque me fascinaba oírlo tocar. Cuando vino a Buenos Aires y fui a escucharlo era tan poderosa su presencia arremetiendo contra el piano, casi trepándose, aporreándolo, que no podías menos que amarlo. Y cuando supe que había tenido varias mujeres, entre ellas una india navaja que era una divinidad, pensé que realmente tiene bastante poca importancia el envase cuando el contenido es tan fuerte y tan talentoso.
Si querés un día te mando el dibujo del Pet. Es conmovedor porque posa apoyado contra una mesa, con una expresión muy cheronca, y en el piso, tirados, se ven los bastones.

Anahí Lazzaroni dijo...

Conozco la música de Petrucciani, su historia, vi fotografías y también lo admiro.
A mí como a él, salvando las distancias, me salva el arte.
No me quejo, jamás me pregunté: ¿Por qué a mí?. Lo que me deprime un poco es que a partir de las cirugías necesito ayuda para vestirme, calzarme y bañarme. Eso me quita independencia.
Si querés podés enviarme la ilustración a anahilazzaroni@yahoo.com