lunes, enero 08, 2007



Para que no me vuelvan a pedir ninguna receta, acá tienen dos imágenes verídicas de la comida que hice el domingo a la noche. Espero que con esto escarmienten.

Es verdad que me había pasado todo el día leyendo y escribiendo y me sentía más Simone de Beauvoir que Ketty de Pirolo, más Marta que Magdalena, más Beatriz Sarlo que Casa Foa, pero igual lo que hice es una aberración sin nombre.

A las 11 de la noche nos agarró hambre y sacamos lo que había en la heladera. Como no hay ningún chico viviendo en la casa nos estamos transformando en una especie de Unabomber, dos viejos desarrapados y excéntricos, y comemos lo que hay. Nuestro único límite es que no esté cubierto de moho por completo.

Anoche encontramos estos restos mortales de lo que alguna vez fueron tres salchichas y a mí se me ocurrió hacer unos papines rellenos con queso de kefir, un arrebato típico mío, una exhuberancia inoportuna, una crisis de dollyirigoyenismo después de la bomba de neutrones. Si me hubiera limitado a hacer una ensalada todo hubiera sido más sencillo pero más digno, pero no fue así.

Después de hervir las papitas tiré los cadáveres de las salchis en agua caliente para que recobraran forma humana y mientras tanto fabriqué un relleno con el kefir, aceite de oliva y pimienta. Cuando las papas estuvieron cocidas las corté y traté de rellenarlas pero en contacto con la papa caliente el queso se disolvió, se transformó en un líquido oleoso y las papas patinaban en él irremediablemente.

Comimos ese horror medio frío en el balcón y después tuvimos la mala idea de ver una peli de Kurosawa que nunca habíamos visto. Era sobre un grupo de marginales que viven en una especie de villa miseria pero japonesa. Los subtítulos estaban en italiano. Era un bajón terrible: una japonesa se moría de tuberculosis, otro era Toshiro Mifune y había un viejito bueno que los iba transformando a todos en japoneses buenos. Eso creo, porque nos quedamos dormidos antes de la mitad.

Todo eso nos pasó porque el sábado al mediodía tuvimos la fantasía perversa de ver unos discos de Sandro que me regaló M.4. Son sus canciones extractadas de películas que filmó cuando todavía tenía un poco de tejido pulmonar sano. Es tan, pero tan impresionante oírlo, verlo mover la pelvis y volver a ver esos actores, esa ropa, ese maquillaje, que quedamos deprimidos todo el fin de semana. Claro, después era inevitable seguir derrapando en la ignominia.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Deus, Ememe ! Esas salchichas parecen sorullos. Las papas con queijo tienen pinta. La combinación salchicha con papa es perfecta.

EmmaPeel dijo...

JAJAJA me costó reconocer las salchichas! decime por favor que sobrevivieron a la ingesta
Besos

Anónimo dijo...

Esas salchichas me llevaron al post de que el pene es un miembro retractil,o algo asi.
Y suponete que realmente existe el cielo.Y es un lugar donde se materializan los deseos de uno.Y pedis que Kurosawa dirija una pelicula sobre Condorito.Como la querrias?Con Condorito,Huevo Duro y demases tal como son?O harias un casting?Con Humanos?
Cariños
A

Anónimo dijo...

vimos mucho de la buena como para asustarnos con esas dos fotitos nada más (además estoy de acuerdo con mr. w, las papas no se ven nada mal, y si ÉL lo dice, no lo vamos a discutir). en cuanto a pedirte recomendaciones de películas, ya no sé, eh...

carolain

pd: hice papas fritas siguiendo tus consejos y me quedaron buenísimas, son las "papas fritas ememe".

Martino dijo...

Gracias por la información sobre la ubicación del arbolete. Paso muy seguido por ahí asique no me va a costar nada pegarle una mirada la próxima vez. Mua mua y a cuidarse con las comidas, que entran por los ojos.

Martino dijo...

PS: Mi receta del pavo está en cualquier libro de cocina. Recomendado: Cocina fácil para la mujer moderna.