domingo, noviembre 19, 2006

Hablando de tetas

Salgo a caminar. Antes de cruzar Las Heras compro un agüita fría. En cuanto cruzo, dos atorrantes en patas, de 5 y 10 años, me piden –Me das el agua? –No, si te la doy me muero de sed. Pero me acuerdo de algo y abro la mochila: -Les doy esta revista, que es muy buena,
y les ofrezco Fierro, que llevaba para leer en la plaza.
–Uy, qué bueno, pero cuesta más que el agua! dice el más grande.
–No importa, le digo, agua pueden conseguir en cualquier canilla.
En cuanto me doy vuelta oigo –Gracias, tetona!
El más chiquito se incrimina tapándose la cara con la revista.
Reprimiendo a duras penas la risa los encaro con los brazos en jarra representando la imagen de la Señora Escandalizada:
–Qué bonito, no? Qué boquita!
Y el más grande me dice :
-Perdone, doña, es que se tentó!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí vieja, no te las operes por favor.

myrna minkoff dijo...

No pienso operármelas. Son célebres, están muy bien y les tengo mucho cariño.

Ca dijo...

copada la tetona que lee Fierro.

;)