jueves, noviembre 02, 2006

Ángeles










Roma debe ser el lugar donde más curas hay en la calle. Pululan de a miles por los medios de transporte relamiéndose ante el surtido de muchachones que florece a toda hora en la ciudad.

Éste es un almanaque que se compra en la calle, no en un pornoshop sino en un kiosco común.
La gente pasa y lo mira con absoluta seriedad, como si mirara uno de animalitos o de paisajes. Sólo dos degenerados argentinos pueden percibir la perversión explícita de este objeto!

Es un catálogo de curitas comestibles exhibido con absoluta seriedad, como si se tratara de cualquier otra cosa con el maravilloso título de Calendario de los Ángeles.

Por Dios, no se lo pierdan! Escaneé sólo el mes de enero y el de febrero para que se hagan una idea aproximada. Los interesados pueden solicitar la publicación de los 10 chongos restantes. Serán complacidos a la brevedad.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Viene con un precio cada uno?

Anónimo dijo...

Angeles voladores..o angeles feladores?o angeles y veladores?
A

myrna minkoff dijo...

No, explorador, no tienen precio. Supongo que se consiguen a cambio de unos avemarías.

A., en realidad son unas divinuras, son ángeles y seguramente buenos feladores.

Anónimo dijo...

Mañana pelea Baldomir !!!

Buen fin de semana.

Linkillo: cosas mías dijo...

¡Queremos más!

Ling dijo...

El primero es precioso.

myrna minkoff dijo...

Sí, el primero está muy bueno.
Y el del gatito es un poco más podrido pero puede ser, no?

Anónimo dijo...

¿Qué significa exactamente el adjetivo "podrido" aplicado al curita gatuno de febrero? Digo, porque justamente es el que me había elegido.

myrna minkoff dijo...

Huemul, si pudiera elegir yo también elegiría al del gato.
Podrido quiere decir medio enfermoide, oblicuo, con fantasías y preferencias de esas que sólo se confiesan en una cama muy revuelta. Mucho más atractivo que el saludable de al lado, tan rugbier. No sé, es una cuestión de gustos. Yo los prefiero como al camembert, tirando a faisandé.

Anónimo dijo...

Aaaah, ya veo.
Sabe que? Las sotanas siempre me dieron algo así como un asquito, lo mismo que el interior de las iglesias. En la vida real los curas nunca son como Gabriel Byrne en Estigmata.

Anónimo dijo...

Yo creo que ninguno es verdaderamente un cura.

Annie