viernes, julio 06, 2007

La Historia de O.


El hijo de O. está mejor. El tabique de la nariz le han roto, y un ojo se le ha hinchao y el brazo derecho tiene roto, pero está fuera de peligro.

O. estaba muy contenta porque entre el sueldo y el aguinaldo tiene un buen toco de plata para mandarle dólares a Lima.

-Pero ni un pestañeo he dao anoche, toda la noche he pasado dispierta.

-Pensando en su hijo?, le pregunta estremecida La Madre de Todas las Burguesas.

-
No, es que no tenía seguro de la mercadería y sin nada se ha quedao -dice mientras se va escondiendo la plata del sueldo parte en los zapatos, parte en el corpiño y parte en la bombacha.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ememe: vengo siguiendo la saga de O., sus derivados y sus mlentendidos, y este post es el que más me gusta. Además de las voces, es decir, escuchar de algun modo la voz de ella, su cadencia, y lo que piensa una y la otra, cortito y al pie dice la imposibilidad,la distancia, que creo querías decir desde un ppio. Te lo digo por que me dejaron pensando, nuestro pensamiento burgués y esa cierta prepontencia en creer que entendemos todo y podemos ponernos siempre en el lugar del o de lo otro. Nada, eso.
beso

Tommy Barban dijo...

Yo debo ser de lo peor, jamás me pongo en el lugar del otro, me encanta el mío.

myrna minkoff dijo...

Yo tampoco me pondría en el tuyo, Tommy. Creo que la Barban me haría picar.