viernes, julio 13, 2007
Turismo gratis
A veces la ciudad es tan bonita. Camino por el barrio haciendo zigzags para enhebrar calles. Las conozco a todas pero hago una magia y empiezo a pensar que no las conozco. Leo los nombres y me parece que los veo por primera vez. Qué quiere decir "Arenales", por ejemplo? Y "Juncal"? Algunas veredas tienen palmeras, qué locura tropical, y algunas casas son muy lindas y otras horribles, mezcladas y batidas como por un arquitecto loco. La gente también es rarísima. Todos caminan muy atareados para llegar no sé a dónde y todos hablan gritando y entran y salen de los lugares apuradísimos. Cuando paso al lado de alguien me tapo los oídos así creo que no entiendo lo que dice. Y mientras camino pienso: qué nombre exótico, "Bue nos Aires" y qué belleza es que un país se llame "Argentina" como si estuviera hecho de plata, y qué extraordinario es que haya un río "de la Plata". Todo tiene todavía el nombre que le pusieron los gallegos que se cayeron de culo cuando llegaron. En cada palabra se ve cuánto asombro y cuánta maravilla sintieron al pisar tierra.
Durante un rato soy extranjera y me fascina estar de vacaciones en este lugar. Después me vuelvo a mi casa y A., el portero exaltado, me recibe diciendo
-Qué barbaridá, dotora! Yo no sé a dónde vamos a ir a parar, esta ciudá es un loquero, un desastre, tan todos locos, cada día peor, esto no da para más, dotora!
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12 comentarios:
Salvo cinco años que viví afuera, mi vida siempre transcurrió en o cerca de la calle Juncal. Me encantaba estar cerca de juncos y arena. Muy evocativo.
Los llellogas que llegaron creo que era tal la felicidad de volver a ver tierra firme que cualquier cosa les gustaba, aún un pantano totalmente plano.
Me encanta hacer de turista en mi propia ciudad, cuando (muy pocas veces en la vida) no tengo que (por ejemplo) trabajar. Coincido que es una ciudad (al menos en muchos barrios) muy vibrante.
El portero tiene razón. Acabo de leer en el diario que un automovilista loco se llevó por delante mi puesto de diarios, en Billinghurst y Santa Fe y casi mata al diarero viejito.
Bueno, no tiene razón, pero me dio la excusa perfecta para contar que alguien se atrevió a tocar mi pueso de diarios ahora que no estoy ahí para cuidarlo.
un pantano plano?
La vida entre paréntesis.
Desde que llegué a vivir a Buenos Aires hago lo mismo, vivirla como si no fuera mi ciudad; cosa que al principio era cierta, pero dejó de serlo enseguida que la adopté, a los dos meses mas o menos. ES una ciudad muy mágica y hermosa. Recomiendo como paseo el Palacio Barolo, y toda la Av. de Mayo. También me gusta el botánico.
Qué bueno no ser la única loca que todavía adora pasear por la city!!
Beijinhos
Adri
NUEVO BLOG: http://miramiracomosali.blogspot.com/
Yo a bsas (pronúnciesé así, como un bisbiseo) a veces no sé si adiarla u omarla.
Sin dudas la adio por:
los viajecitos infernales en el subterraneo horario pico, la fatal humedad (extraño el clima seco del noreste chubutense); mucha-muche-dumbre; la ausencia de campo a la vista; de horizonte; de cielo nocturno (acá no hay vía láctea, loco); demasiado cemento; demasiado quilombo bárbaro; y otras cosas que ahora no me salen.
Pero también la omo por:
la diversidad que no siempre sé aprovechar (pero ahí está, y es múltiple); las librerias -en trelew hay una, pedorra-; esa cosa más desprejuiciada de la gente en las grandes ciudades que no quiero explicar acá; cierta geografía urbana que es bella y única, y está sólo en bsas; y no sé, mucho de lo que me gusta.
Saludos
ememe,
mirá la foto del coco en los flashes deportivos de La Nación. es imperdible.
Está fuerrrrte el Coco!
.A.
Si pero vivir acá te re anestesia, nunca podés hacer todo lo que querrías y así terminás haciendo todo a medias. La oferta infinita te vuelve loco y hace mucho ruido.
O.P.
Marismo es lo mismo?
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