jueves, abril 26, 2007

Vicentico la rompe




Mirelón en toda su diminutez.
Acerco la mano a su jaula y él mira para arriba como miraría uno si una mano del tamaño de la cancha de Boca se cerniera sobre Buenos Aires: se queda inmóvil, con su ojito cónico clavado en la amenaza que se acerca. Lo levanto con dos dedos y automáticamente se hace el muerto. Se achata, se pone rígido y se curva hasta parecerse a una hoja seca. Un aspecto de cadáver total. Muchas veces me asusté pensando que se había muerto del susto. Pero si lo dejo encerrado en mi mano y lo tapo con la otra o si lo llevo por toda la casa en el hueco de la palma, se va ablandando, va recuperando la forma humana y finalmente se pone a corretear hurgueteando entre los dedos para escapar.
-Vicente, Vicentico, angelito valiente -le digo. Eso es lo que siempre le digo y él nunca contesta. Aunque anoche soñé que lo llevaba en la mano y él rugía como un león en miniatura y abría una boca triangular llena de dientes.
Lo de hacerse el tomuer es una estrategia que tiene. Es genial: como no puede atacar, se entrega mansamente. En alguna región microscópica de su cerebrito, hay una neurona que sabe que a los predadores se les excita el instinto carnívoro frente a un animal vivo y en general escapan cuando ven un aminal muerto. Las fotos lo muestran en sus dos estados, ON y OFF.
Muéranse de amor otra vez.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad, la verdad, sí, es como para morir de amor. Sobre todo lo que le repetís cuando lo alzás. Rescato la frase: 'recupera la forma humana'.

Anónimo dijo...

Vicente es definitivamente precioso. Sigue comiendo grillitos?

Gabi dijo...

¿Ya sabe decir mamá?

myrna minkoff dijo...

ab,
sinceramente, no sé qué come. Los grillos saltan a su alrededor y los gusanitos le reptan por encima, pero nunca lo ví comiendo nada. Igual sigue vivo, lo que me hace pensar que de algo se alimenta. Todo el tiempo estoy fabricando gorgojos y moscas de la fruta. Tengo media banana pisada pudriéndose en la cocina para que se llene de mosquitas pero cuando consigo que aparezcan es un lío atraparlas: les tiro una bolsa de nylon encima pero son más rápidas que yo y se escapan.

Anahí Lazzaroni dijo...

Ememe:

Algo debe comer porque está más gordo.

Anónimo dijo...

quizá en un futuro
vicente llegue a cartera

Hipólita

myrna minkoff dijo...

Hip,
mala! perra! talabartera!
Minga Vicentico será cartera!
Con suerte monedero, pero nunca más que eso!

Anónimo dijo...

me parece que vicente necesita un baño, o una lavada de pies y manos.

carolain

Anónimo dijo...

alguien tendría que publicar esto. urgente.

Loca xq sí dijo...

ese bichito jamás sabrá lo afortunado que fue. Considerando, claro, lo que le pasó.

¡Aguante Ememe, la cuidadora de reptiles!

Anónimo dijo...

Yo tuve una iguana que en su momento fue iguanita. Se supone que se alimentan de bichos también pero cuando son muy chiquitos es difícil para ellos.

Le dábamos palta cortada muy chiquita (sin que se haga puré porque se les pegotea en los dedos y eso después se seca), lechuga o zapallito, todo bien cortadito. Cuando fue más grande se la regalamos a un amigo, estaba muy saludable y un tiempo después empezó a atrapar sus propios bichos.

También supe de un camaleón que se alimentaba con lo mismo hasta que cazó su primer grillito.

Muy lindo el blog (y Vicente).